Capítulo 18 {1 parte}

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El sábado y el domingo pasan volando. Solo pasamos el rato en el apartamento. Trato de enseñarle a Niall cómo cocinar y eso termina siendo un desastre. Podría ser porque tenemos una guerra de comida. En el momento en que se termina, tenemos que limpiar el piso, los armarios, los mostradores y parte de la nevera. Terminamos ordenando comida, porque la cena está por toda la pared.

Honestamente, al menos para mí, es como si Niall y yo nos hubiéramos conocido toda nuestra vida. Estoy tan acostumbrada a estar cerca de él. Nos reímos, bromeamos, todavía lloro de vez en cuando, sin embargo, eso es cada vez menos frecuente. Por último, estoy sentada en el sofá con él. Ya es tarde y estamos viendo las noticias. Niall se vuelve hacia mí.

—¿Estás lista para mañana?

—Sí. —Suspiro.

—¿Estás segura de que quieres volver? —pregunta.

Encogiéndome de hombros, respondo—: Tengo que volver tarde o temprano. No quiero atrasarme demasiado en la escuela. Planeo graduarme con honores si puedo llevarlo a cabo.

—Está bien, bueno, te llevaré a la escuela en la mañana, entonces.

Probablemente debemos alistarnos para dormir.

—Sí —murmuro, totalmente asustada—. Veremos cómo va.

A la mañana siguiente estoy de pie en el baño. No puedo dejar de juguetear con la bufanda alrededor de mi cuello. Tengo tanto miedo de que los moretones se vean a través de ella. No importa cómo me coloque la bufanda, el hematoma no se ve, así que eso me hace sentir un poco mejor.

Niall llega a la puerta.

—¿Estás lista?

—Creo que sí —Suspiro—. No quiero llegar tarde.

Es muy silencioso mientras nos dirigimos a mi escuela. Cuando nos detenemos, solo me siento allí y me quedo mirando.

—No tienes que ir allí Alex. Puedo llevarte a casa.

—No —susurro—. Tengo que hacer esto. —Miro a Niall y le doy una débil sonrisa—. Estaré bien.

—Si necesitas irte, llámame. Vendré a recogerte —afirma seriamente.

Agarro su mano y la aprieto.

—Creo que estaré bien. Debería entrar, sin embargo, antes de que se me haga tarde.

—Está bien cariño, te veré cuando llegue a casa del trabajo. ¿Tienes tu llave? ―pregunta.

Sacándola, la hago sonar.

—Justo aquí.

—Bueno, ten un gran día —murmura Niall mientras se inclina hacia adelante. Él me da un suave beso en la frente.

—Adiós —digo, mientras salgo del auto.

Cierro la puerta detrás de mí y permanezco allí por un segundo. Respirando profundamente, avanzo.

Tengo este miedo abrumador de que todo el mundo va a detenerse y mirarme. Como si tuviera una gran señal sobre mí diciendo que algo pasó. Pero nadie mira, nadie dice nada. La ansiedad comienza a disminuir y puedo respirar mejor.

Los pasillos son un hervidero de gente y me siento mejor perdiéndome en la multitud. Voy a mi casillero y la abro. Pongo todos mis libros a excepción de los que necesito. De repente, oigo:

—Alex.

Me volteo para ver a Eric.

—Hola ―susurro.

—¿Dónde has estado? Iba a enviarte un mensaje de texto hoy si no estabas aquí. Todos nos preguntábamos dónde estabas.

¿Se dieron cuenta de que no estaba aquí?

—Tuve una emergencia —respondo finalmente.

—¿Todo bien? ―pregunta Eric.

¿Qué debo decir a eso?

—Las cosas han estado mejor, pero estoy bien.

—Bueno —dice Eric, sonriendo—. ¿Vas a almorzar con nosotros hoy?

Mi estómago se tuerce un poco.

—Umm —murmuro—. No lo sé.

Eric frunce el ceño.

—¿Segura de que estás bien?

—Sí —contesto en voz baja—. Simplemente han sido unos largos siete días. No me estoy sintiendo completamente social en estos momentos.

—¿Por qué tú y yo no almorzamos, entonces? Podemos ir a uno de los salones de ciencias. —Ofrece.

Arqueo una ceja.

—¿Quieres almorzar conmigo?

—Por supuesto —responde—. No necesitas comer sola, si no quieres estar en torno a un grupo de personas.

—Eso estaría bien. Gracias. —Tímidamente alejo la mirada—. Bueno, debería ir a clase —digo—. ¿Te veré en el almuerzo?

—Sí —contesta—. Nos encontraremos aquí.

Sonrío.

—Bueno, te veo entonces. —Con eso me volteo y voy a clase.

Incluso estando asustada de estar aquí, no puedo evitar sonreír. Perdí el equivalente a una semana de escuela, pero por suerte no estoy tan atrasada.

Cuando llega la hora del almuerzo, Eric está inclinado contra nuestros armarios. Él sonríe.

—¿Estás lista?

—Sí, déjame tomar mi almuerzo —digo. Él se aleja de nuestros casilleros. Abro el mío y agarro mi bolsa—. ¿En qué salón quieres comer?

—El Sr. Berd deja que las personas coman en los salones de biología. Así que, podemos ir allí.

Eric se dirige por el pasillo y comenzamos a caminar.

—Entonces, ¿puedo preguntar cuál era tu emergencia? No hablas mucho acerca de tu vida privada. ¿Le pasó algo a Niall?

Sacudiendo mi cabeza, respondo:

—No, él está bien. Si no fuera por él, no sé dónde estaría ahora.

Hay silencio mientras caminamos hacia el aula de clase de ciencia. No hay nadie más allí, lo cual es agradable. Tomamos asiento en una de las mesas.

—Estoy contento de escuchar que Niall está bien.

Un dolor comienza a formarse en mi pecho. Aprieto mis manos con fuerza.

—Yo también —susurro.

—Así que, de todos modos —comienza Eric—. ¿De qué puedes hablar? ¿Qué hiciste esta semana pasada?

La opresión en mi pecho crece y las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos. ¡No, no, no, esto no puede suceder! Agarrando mis cosas, me pongo de pie.

—Lo siento Eric, no puedo hacer esto. Tengo que ir a casa.

—Alex—dice él, agarrando mi brazo, obligándome a detenerme— . Espera, quédate, no voy a forzarte. Lo que sea que pasó, está bien. Nosotros no tenemos que hablar de ello.

Las lágrimas gotean por mi cara y las limpio.

—No debería estar cerca de alguien en este momento —murmuro.

—Oye, relájate y siéntate. Somos los únicos aquí. Incluso iré a cerrar la puerta. Sólo siéntate y come.

Me volteo hacia él y me da una mirada gentil.

—Está bien —susurro.

Torpemente, me vuelvo a sentar.

Eric se levanta y hace lo que dijo que haría, cierra la puerta.

Cuando regresa, Eric dice:

—Mira, ahí, nadie más alrededor.

—Gracias. —Nos sentamos en silencio durante un rato. Jugueteo con la bolsa de mi almuerzo—. Algo malo pasó —susurro—. Algo muy malo.

—Está bien —responde Eric—. Puedes decirme si lo deseas. No voy a juzgar.

Mis ojos se desvían a un lado.

—No lo sé. Apenas nos conocemos. Quiero decir, no sé si puedo confiar en ti... sin ánimo de ofender.

—No me ofendo —dice Eric—. Estoy aquí si quieres hablar. De lo contrario, podemos comer el almuerzo. ¿Te gustaría una bolita de queso?

—Me da la bolsa.

Eso me hace reír.

—Sí, gracias. ―Estiro la mano y tomo uno.

—Sabes que probablemente estaríamos muy disgustados si averiguáramos que era esta cosa de queso en polvo.

Resoplando, digo:

—Sí, los elfos hacen polvo mágico de queso.

—Lo hacen, mi mamá lo dijo. —Eric sonríe mordiendo una.

Solo niego con la cabeza.

—¿¡Qué!? —jadea Eric—. ¿¡No es auténtico queso!? Di que no es así.

—Voy a tener que averiguar lo que está en esas cosas y te lo haré saber.

Eric voltea la bolsa y mira a un lado.

—Pues bien, en las primeras veinte cosas que están etiquetadas, ninguna de ellas es queso.

—Asco —me quejo—. ¡Eso es horrible!

Él lanza otro en su boca y gime.

—Pero son taaaan buenas. —Empujando la bolsa, Eric sonríe.

—Sabes que quieres disfrutarlas.

Sonriendo, estiro la mano y tomo una.

—Gracias.

—De nada.

Saco mi almuerzo.

— Niall exigió que comiera sano, así que no tengo nada divertido, como bolitas de queso. No quería conseguir más que papas fritas y galletas para comer en el apartamento. Le dije que no podíamos sobrevivir con eso, así que ahora está en una onda saludable. Nada de comida basura para mis almuerzos.

—Espera, ¿qué? ¿Él vive contigo? —pregunta Eric con escepticismo

The Art Of The Life - NiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora