Capítulo 31 {3 parte}

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En la mañana, despierto con Niall metiéndose en la cama conmigo. —¡Niall! —siseo en un susurro—. Se van a enojar si te encuentran aquí.

—Somos adultos —responde—. De todas maneras, solo vine a despertarte, para darte tu gran regalo de navidad.

Eso hace que me siente rápidamente. —¿Qué es? Espero, que nada pervertido si es por eso que estás aquí.

—No —Ríe—. Es esto. — Niall me entrega un sobre.

—¿Que en este mundo cabria aquí? —pregunto.

Rodando sus ojos, Niall dice—: Ábrelo Alex.

Rápidamente lo abro. Dentro hay extracto bancario. —¿Qué es esto?

—Tu cuenta de banco —dice, sentándose conmigo. Abro mi boca para protestar y Niall rápidamente pone un dedo en mis labios—. Escucha, este dinero no es para que lo gastes. Es un fondo para la universidad. Quiero que vayas, y no quiero que lo que nos pueda pasar afecte eso.

—¿Que nos podría pasar? —pregunto, asustada.

Sus ojos se abren. —Nada por mi parte. Es solo por si acaso.

—No puedo aceptar esto —digo.

Niall toma el sobre de vuelta y me mira a los ojos. —Vas aceptarlo. Por favor, por mí, en este mismo segundo. Esto es lo que quiero para ti más que nada en el mundo. Basta con tomarlo, pero te juro que, si lo usas para otra cosa que no sea la escuela, voy a gritarte hasta quedar afónico.

Saltando hacia él, lo tumbo y lo beso tan fuerte como puedo. Me devuelve el afecto. Cuando finalmente me alejo, susurro—: Gracias.

Quitando gentilmente mi cabello, Niall responde—: No hay de que, ahora. Vamos, están haciendo panqueques.

El día de navidad es maravilloso. Ellos les dieron a todos sus empleados el día libre, así que somos Lillian y yo en la cocina. Ella es muy dulce, y todo lo que siempre pensé que una madre debería ser. Todo el día es increíble. Los Billings me compraron una computadora portátil. Le doy una mirada rápida a Niall y él me la devuelve como diciendo que no diga nada. Les doy las gracias y un gran abrazo a los dos. Es una computadora genial. Cuando es mi turno de darles su regalo hago que Niall se los de.

—Esto es de parte casi exclusivamente de Alex —declara Niall — . Aunque es mi idea. —Pone en sus manos, un gran paquete. Lillian nos da una mirada inquisitiva. —¿Qué es?

—Solo ábrelo cariño —dice Richard. Miro nerviosamente a Lillian abriendo el regalo. Sus manos van instantáneamente a su rostro cuando ella ve el retrato—. Es Kaitlin —Richard afirma con una sonrisa.

—Es hermoso —susurra Lillian—. Gracias.

Esto me hace sentir orgullosa. —De nada.

Estoy un poco triste cuando tenemos que irnos. Los Billings dicen que tenemos que volver pronto. Estamos de acuerdo y nos abrazamos. Cuando llegamos a casa más tarde ese mismo día, me siento en el sofá... y comienzo a llorar. Niall rápidamente se acerca.

—¿Qué ocurre?

—Eso fue maravilloso, muy maravilloso, y ellos son geniales. Es solo que... no puedo dejar de pensar en mi madre. ¿Qué hubiera pasado si las cosas hubieran sido un poco diferentes? ¿Y si ella fuera un poco más como Lillian? No sabía qué días de fiesta como ese existían.

Niall pone su brazo alrededor de mis hombros y me acerca a él.

—Sé exactamente cómo te sientes. Sigo pensando que para ti fue un poco más fuerte que para mí, pero, aun así, sigo como te sientes. Nos tenemos uno al otro ahora, y siempre haré de la Navidad algo especial. Puede ser nuestro día de fiesta especial.

—Tuve un buen momento —sollozo—. Puedo imaginar que Kaitlin era igual de amable.

—Ella lo era —susurra Niall —. Richard y Lillian te adoran, sin embargo. Ellos dijeron lo mismo de ti.

Poniendo mi rostro en su pecho, susurro—: Pienso que extraño a mi mamá, de una manera bizarra y sádica.

—Bueno, ella es tu mamá. ¿Quieres ir a verla? —pregunta él amablemente.

Pensando en ello por un segundo, contesto—: No, no realmente. ¿Cuál sería el punto?

Nos sentamos por un momento en silencio. Luego Niall gira mi cabeza y nos besamos, después de eso, el mundo desaparece.

Comienza de nuevo la escuela, la vida es genial.

Unas semanas pasan, cuando voy a mi casillero al final de la escuela. Cuando levanto la mirada, mi estómago cae porque mi madre está parada allí.

—Hablando de la mujer del diablo —murmuro. Caminando hacia ella, pregunto—: ¿Qué quieres?

—Vine aquí a hablar contigo —afirma ella—. ¿Podemos ir a algún lugar privado?

—No tengo mucho que decirte —replico, abriendo mi casillero.

Mi madre mira los anillos en su mano. —Por favor Alex, solo dame diez minutos.

Pienso por un minuto y luego cierro de golpe la puerta de mi casillero.

—Bien —gruño—. Podemos ir hablar a mi auto.

—¿Tienes un auto? —mi mamá pregunta.

—Hay un montón de cosas que tengo de las que no sabes —digo, comenzando a caminar por el pasillo. Mi mamá me sigue en silencio.

Cuando llegamos, mi mama se detiene. —Este auto es realmente genial.

—Tengo un novio que me ama desesperadamente y se asegura de cuidarme —contesto—. Alguien que me cuida para un cambio. —Abriendo la puerta, digo—: Entra.

Después de eso hay un silencio sepulcral por el primer minuto cuando nos sentamos en el auto. Finalmente, mi mamá susurra—: Quería decir que lo siento.

—¿Por qué?

—Tu vida —contesta—. He sido una madre horrible.

Eso me hace resoplar. —En serio, eso no es una noticia nueva.

—Solo déjame hablar... por favor —dice, así que me callo—. Cuando pasó lo de Howard, te fallé de forma colosal. La policía vino a hablar conmigo. Me mostraron las fotos y en ese momento estaba sobria. Eso hizo que me viniera abajo.

Ahora enojada, grito—: ¡Te viniste abajo! ¿Cómo piensas que me sentí? ¡No tenía nada! Si Niall no hubiera estado en el cuadro, ¿a dónde habría ido? ¡Ya no podía quedarme contigo! ¡No era seguro!

—Lo sé, Alex, al día siguiente fui a buscar ayuda.

—¿Qué clase de ayuda? —pregunto sarcásticamente.

—Comencé a ver un consejero y nos hemos estado encontrando dos veces por semana. Tengo un patrocinador. He estado sobria desde ese día, ni una gota de alcohol —dice orgullosa mi mamá.

Un tanto estupefacta, me quedo mirándola. —¿En serio?

The Art Of The Life - NiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora