Capítulo 8 {1 parte}

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—Así que, estos son lindos —dice Cassandra, sosteniendo un par de zapatos bajos.

—Me gustan esos —contesto—. ¿Con qué los usaría?

Ella sonríe.

—Puedes llevarlos con cualquiera de las cosas negras que conseguiste.

—Está bien —replico, caminando por el pasillo de zapatos.

Cassandra y yo estamos aquí solas, porque Niall dice que odia las compras de zapatos. Ya hemos elegido cinco pares de zapatos. Le dije a Niall que estoy pagando por ellos, y que lo renegaría si él tratara de pagar por ellos.

Él dijo que estaba bien.

Mientras camino, de repente me acerco a un par de botas. Son altas negras y de cuero de becerro. Las levanto y miro el tacón. Me pregunto si podría llevar estas y no romper mi cuello.

—Oh Alex, deberías llevar esas —enfatiza Cassandra fuertemente.

—Creo que probablemente me caería —declaro—. Aunque, siempre he querido un par de estas.

—Ellas se verían geniales con las faldas y sobre todo con aquel vestido negro que Niall eligió para ti.

Mirándola, digo—: El vestido que nunca usaré.

—Oh, tú lo usarás, confía en mí. —Ella se ríe—. Solamente pruébate un par. ¿Qué daño te hará eso?

Con un encogimiento de hombros, contesto:

—Supongo que nada. —Inclinándome agarro una talla siete. Voy y me siento sobre la silla. Cuando abro la caja, solamente miro hacia ellos por un segundo. Son tan bonitos. Me quitó mis zapatillas de deportes sucias, y saco una de las botas. Mi pie fácilmente se desliza en ella. Jalo la cremallera sobre el lado y afirmo:

—Bien, encajan.

—Ponte la otra, así podemos ver si puedes caminar con ellas. —Cassandra me urge. Hago lo que dice. Cuando la otra está puesta, solamente saco mis pies y los miro—. Levántate y camina alrededor. Quiero asegurarme de que no te harás daño.

Me levanto y me siento mucho más alta.

—Esto se siente extraño —declaro.

—Sí, tacones, tienes que acostumbrarte a usarlos —contesta Cassandra—. Lentamente camina un poco alrededor.

Entonces, lo hago, muy despacio. Al principio, vacilo un poco, pero luego me acostumbro a ellos.

—Oye, esto no es tan malo —digo—. Creo que podría manejarlos.

—Entonces definitivamente deberías adquirirlos —replica Cassandra—. Después de ésos, creo que estamos listas. Probablemente deberíamos frenar a Niall de todos modos, antes de que rompa demasiados corazones.

—¿Él seduce a muchas chicas a tu alrededor, también, huh? — pregunto, sentándome para quitarme las botas.

Cassandra inclina su cabeza hacia un lado.

— Niall coquetea mucho, y consigue muchos números de teléfono, pero nunca lo veo realmente con chicas. Sé que tiene citas, pero no es que las traiga a nuestro alrededor. Francamente, si me preguntas, creo que hay algo más.

—¿Qué, él está con chicos? —pregunto lentamente.

—¡Mi Dios! no, él se come demasiado con los ojos a las chicas. No, es que algo esté mal con eso, pero no creo que Niall sea gay. Es casi como si tuviera problemas de compromiso.

Pongo las botas en su caja.

— Niall, bueno, Niall es de la manera que Niall es y creo que él tiene sus motivos. No entraré en nada, pero él es un tipo realmente agradable y pienso que un día encontrará a alguien que lo hará realmente feliz.

—Él parece muy apegado a ti —señala Cassandra.

—Es porque me está ayudando. Tarde o temprano, él se aburrirá de mí y querrá alguna verdadera compañía femenina.

Ella encoge sus hombros.

—No sé. Eres la primera chica que él realmente ha traído alrededor de mí. Quiero decir, ha traído chicas con nosotros, pero nunca algo como esto, no algo tan personal.

—Confía en mí —acentúo—. Somos solamente amigos.

—Bien —contesta Cassandra, aunque no suena muy convencida.

Llevamos los zapatos hasta la cajera.

—No necesitamos las cajas —dice—. No seríamos capaces de llevarlas todas.

La cajera solamente asiente. La cajera pasa todo por la registradora, y luego nos mira—. Serían 242, por favor.

—Yo me encargo —digo, agarrando el dinero—. Los zapatos no son baratos.

—Sí, las chicas son embaucadas en ese aspecto. Los chicos necesitan como dos pares de zapatos, los de diario y de vestir. Las chicas necesitan zapatos para emparejar cada traje, y ¡son tan caros!

De repente, dos manos aprietan mis lados y escucho:

—¡Boo! —Eso me hace saltar en el aire.

Me giro para encontrar a Niall que está de pie allí.

—¡Idiota! ¡Me asustaste!

—Ese era el punto. ¿Has terminado ya? Tengo hambre.

—Aquí está su cambio —dice la cajera, entregándome el dinero. Lo tomo y ella nos da las bolsas.

Niall recoge las bolsas de ropa y nos alienta con su cabeza.

—Vamos.

—¿Encontraste algo? —pregunto—. Fuiste a la sección hombres, ¿verdad?

—Sí, compré una camisa y eso es todo —contesta él—. No estamos aquí por mí hoy.

Cassandra mira su reloj.

—Tengo una hora antes de que tenga que estar en casa. Kent viene después del trabajo.

—¡Bien, vamos al patio de comidas! —exclama Niall dramáticamente.

— Niall, eres tan extraño a veces —dice Cassandra.

Burlándose, Niall contesta con:

—¿A veces? Estoy perdiendo mi toque.

Caminamos hacia fuera del centro comercial. Es entonces que pasamos la tienda de teléfonos.

—¡Oh! —grito—. ¿Podemos pararnos aquí rápidamente? Quiero adquirir uno de esos teléfonos de paga lo que consumas. Creo que es hora de que tenga un teléfono celular.

—No voy a dejar que adquieras uno de esos teléfonos —afirma Niall.

—Perdón —tartamudeo—, ¿no vas a dejarme?

Niall suspira.

—No quise decirlo así. Me refería a que esos teléfonos son caros de usar. Sólo te pondré en mi plan.

—No seas ridículo —espeto—. ¿Por qué harías eso?

—Porque —enfatiza—, puedes pagar un montón de dinero por minutos o 10 dólares al mes por estar en mi plan. ¿Cuál crees que es mejor?

Con una mirada desconcertada, contesto:

—Sí, pero ¿no tienes que firmar un contrato de dos años?

—Creo que si —contesta Niall —. Pero sé dónde vives para conseguir el dinero cada mes. De todos modos, son diez dólares. Puedo manejar diez dólares. Nos detendremos en la compañía de teléfono celular después de dejar a Cassandra.

Gimiendo, digo:

— Niall, realmente no me siento cómoda con que hagas eso.

— Alex. —Se burla de nuevo—. Está biiieennnnn.

Miro a Cassandra, que está detrás de Niall. Ella solamente levanta su ceja y gesticula con su mano, obviamente, indicando que él está haciendo incluso más por mí. Eso me hace fruncir el ceño.

—Realmente siento como que me estoy aprovechando de ti —declaro.

Poniendo una malvada sonrisa en su rostro, Niall dice:

—¿Quieres aprovecharte de mí? Estoy a favor de eso.

—¡Eres un idiota! —Me río—. ¡Dios Niall, eso NO es lo que quise decir!

—Oh maldición —suspira—. Estoy tan solo.

Señalando a la multitud alrededor de nosotros, digo:

—Elige a una chica. Hay muchas de dónde escoger.

—Eh —replica—. Nada que sorprenda mi imaginación.

Mientras él dice eso, dos chicas realmente bonitas pasan por su lado y lo miran. Cuando ellas pasan, le susurro:

—Son bonitas y obviamente les gustas.

—Estoy más preocupado en conseguir comida ahora mismo, que en obtener números. Comida ahora, chicas más tarde.

—Ahora, esa es una cosa típica de chicos —añade Cassandra—. Aprenderás eso Alex. Cuando un hombre tiene hambre, es donde su mente se encuentra.

Eso me hace sonreír.

—Es bueno saberlo.

Finalmente llegamos al patio de comidas. Niall escoge una mesa y acomoda todo.

—¿Qué quieren comer chicas?

—No me importa, pero yo voy a pagar. ¡No discutas con eso Niall! —articulo fuertemente.

—Bien, bien, bien —replica—. Puedo manejar que compres la comida.

Saco el dinero.

—Ve a conseguirnos algo. Voy a sentarme. Las compras son agotadoras cuando tienes que probarte un millón de cosas.

—Un millón de cosas que no he podido ver —gruñe Niall juguetonamente.

—No es como que no vayas a verme en ello de todos modos — replico. Él me da una mirada pensativa.

—Buen punto, será una sorpresa cada día. Bien, voy a traer la comida.

Cuando él se aleja, Cassandra sonríe hacia mí.

—¿Cada día eh? Hmmmm.

—Oh, puedes parar. —Me río—. Eso no es así en absoluto.

—Nunca se sabe. Conozco a Niall hace un tiempo.

Teniendo una repentina sensación extraña, digo:

—No, confía en mí, él no está interesado mí. En serio ¿Lo has visto? Sale con bonitas, chicas geniales; no con chicas tontas tratando de renovarse.

—No te das suficiente crédito —afirma Cassandra, sentada frente a mí.

— Niall sigue diciendo eso de mí, también. Sólo para que sepan, no he tenido amigos en mucho tiempo, y Niall es la primera persona a la que alguna vez me he abierto. Soy tímida y no tengo autoestima. Así que, no, no creo que esté interesado en mí. No creo que jamás pudiera estar interesado en mí.

—¿Querrías que lo estuviera? —pregunta.

No sé qué decir al respecto. 

The Art Of The Life - NiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora