Capítulo 11 {2 parte}

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—No —gimo—. No quiero que nadie lo sepa.

Tirando de la toalla para apretarla a mí alrededor, Niall dice.

—Bueno, dejaré pasar el tema por ahora. Cassandra hará que te vistas, porque creo que sería un poco incómodo que yo lo hiciera. Lo haría, de una manera totalmente no sexual, pero no creo que te haría sentir muy cómoda.

—No, sé que no significa nada, pero quiero que Cassandra me ayude —susurro, mirando hacia abajo.

—Bueno nena, te esperaré en el pasillo. —Pasa sus dedos por mi cara.

Me estremezco un poco. No tengo miedo de él, pero todavía siento las manos de Howard en mí

—Oh, Alex, lo siento mucho. No te tocaré.

Niall se da la vuelta para alejarse, y le agarro la mano.

—No es tu toque. —Empiezo a llorar de nuevo—. Sólo... lo siento por todo mi cuerpo. El peso de él, con sus manos en mi garganta, siento todo.

—Te protegeré —declara Niall —. Te lo prometo. No llegará a ti otra vez.

Asiento bruscamente. Cassandra trae la otra toalla y empieza a secarme el cabello.

—Consigamos meterte en la ropa caliente. — Niall sale del baño, con un profundo suspiro. Cassandra es gentil y me ayuda con mucho cuidado. Cuando finalmente me pone la camisa, me pregunta—. ¿Estás bien?

Esas palabras me hacen llorar de nuevo y sacudo la cabeza. Cassandra me tira a un abrazo.

—Sus manos, todavía siento sus manos por todo mi cuerpo —gimo.

—Vamos, vamos a la cama —dice en voz baja.

Con su brazo alrededor de mí, nos vamos del baño. Niall está de pie en el pasillo. Tiene los brazos cruzados y la cabeza agachada. Cuando mira hacia arriba, hay una expresión dolorosa en su rostro.

—¿Cómo estás?

—Necesita descansar —dice Cassandra.

Agitando la mano, Niall nos dirige hacia el dormitorio. Me meto en la cama y pongo mi cabeza en la almohada. Las lágrimas comienzan a derramarse de nuevo.

—No fue mi intención que esto ocurriera. Mi mamá dijo que era mi culpa. Dijo que era por la forma en que había cambiado.

—No puedes escucharla —dice Niall en voz baja, sentándose en el borde de la cama—. Sabes lo que es, es una borracha. Probablemente ni siquiera recuerde haberte dicho eso.

—Yo sí. —Suspiro—. Nunca podré olvidarlo.

Cassandra mueve su pie en el suelo.

—Tal vez no deberías, tal vez esto finalmente te distanciará de ella. Josh puede ser una buena persona para hablar. Su padre era alcohólico.

—No —digo, sacudiendo la cabeza—. No quiero que nadie lo sepa.

—Está bien, cariño —dice Niall. Pone cuidadosamente su mano en mi pierna. Me dan ganas de alejarme, pero no lo hago. Sé que no me hará daño—. Debes tratar de dormir.

Sacudiendo la cabeza, replico.

—No creo que pudiera hacerlo, aunque quisiera.

—Oh, bueno, traje algo para eso —dice Cassandra.

—Ella no debe tomar tus medicinas —espeta Niall, un poco demasiado duro.

Con una ceja levantada, Cassandra responde.

—No le daría nada como eso. Es melatonina. Es algo natural para ayudar a dormir. Se puede comprar sin receta médica.

—Sí, por favor —susurro—. Sólo quiero dormir.

Asintiendo, Cassandra gira y sale del cuarto. Niall me mira.

—Me gustaría que me hubieras llamado. —Una lágrima corre por mi cara. Él se agacha y me la limpia—. Hubiera ido y te hubiera recogido.

—Mi primer impulso fue llamarte cuando sucedió, pero nunca habría querido que salieras lastimado.

Niall resopla.

—Puedo manejarlo. No me hubiera lastimado, pero el otro tipo, probablemente estaría muerto.

—Gracias —murmuro, tratando de alcanzar su mano. Él la toma y me la aprieta—. ¿Por qué ella me odia tanto?

—No creo que te odie —responde—. No creo que pueda ver más allá de ella misma. Es egoísta.

Tomo una respiración profunda.

—Me gustaría saber lo que es tener una familia. No tengo a nadie, más que a ella.

—¿Ni abuelos, ni un tío o una tía?

—No, sólo mi mamá y yo —murmuro—. Bastante triste.

Niall abre y cierra la boca. Finalmente, comienza.

—Realmente sé cómo te sientes... —Pero no puede terminar porque Cassandra entra en la habitación.

—Aquí cariño —dice, sosteniendo su mano abierta. — Toma esto.

Me incorporo y tomo la píldora y luego el vaso de agua. Después, le susurro.

—Gracias.

—Acuéstate ahora, y duerme —me instruye Cassandra.

Hago lo que dice, y tiro de la manta hasta mi barbilla. Niall se levanta. Me estiro para agarrar su mano.

—Por favor.

—¿Quieres que me quede hasta que te duermas? —pregunta.

Asiento. Mirándome, sonríe.

—Acompañaré a Cassandra afuera y después volveré, ¿de acuerdo?

—Sí —le susurro.

Cassandra se inclina y me besa en la cabeza.

—Vendré a verte mañana para ver cómo estás, ¿de acuerdo? —Le doy una sonrisa muy, muy débil—. Buenas noches cariño. —Frunce el ceño y se va.

Niall la sigue.

Mis ojos se cierran y al instante empiezo a ver la cara de Howard. Sacudo la cabeza y abro los ojos de nuevo. Oigo la puerta del apartamento cerrándose. Tirando de la manta más cerca, espero a Niall.

Viene caminando de nuevo y apaga la lámpara principal. La única luz viene desde el pasillo. Hace que mi corazón lata un poco más rápido. Niall se arrodilla junto a mí, y se apoya en la cama.

—¿Cómo estás?

—Veo su cara. No puedo concentrarme en nada, excepto en ver su rostro, en sentir sus manos sobre mí. Es demasiado. Casi lo hizo Niall. Empecé a ver negro y estuve feliz por eso. No quería sentirlo más. No quería experimentarlo. Dolía. Me dolió tanto. —Entierro mi cara en la almohada y lloro.

Se pasa los dedos por el cabello y se ve atrapado en un gruñido.

—Espera —dice, levantándose. Lo veo irse con curiosidad. Niall regresa unos cuantos segundos más tarde con un cepillo—. Siéntate por un segundo.

Lo hago y se pone detrás de mí. Con cuidado y suavemente comienza a deshacer los enredos de mi cabello.

—¿Por qué haces eso? —le pregunto en voz baja.

—Porque será una tortura tratar de hacerlo en la mañana —susurra Niall —. De todos modos, dicen que es calmante.

—Eres tan bueno conmigo. No entiendo por qué. Quiero decir, no he hecho nada por ti. ¿Por qué? ¿Por qué me ayudas? —le pregunto, dándome la vuelta.

Dándome una sonrisa triste, responde.

—¿Alguna vez alguien ha hecho algo bueno por ti? —Niego y miro hacia otro lado—. Es tan triste. — Niall envuelve sus brazos alrededor de mí y me abraza—. Lo hago porque me preocupo por ti. No espero nada a cambio.

Lágrimas silenciosas corren por mi cara. Me agobio.

—Algún día te pagaré.

—Un día tendrás que cuidar de mí y te lo advierto, soy un bebé grande.

Eso me hace reír un poco. Niall continúa cepillándome el cabello. En realidad, es muy relajante y adormecedor. Tal vez sea la píldora o el toque suave, pero empiezo a conciliar el sueño. Antes de darme cuenta, me estoy inclinando contra Niall y él me está sosteniendo. Por primera vez esa noche, me siento segura. Me hace sentir segura, y con eso como mi último pensamiento, me quedo dormida.

Mis sueños están plagados de pesadillas. Siento que no puedo respirar. Hay una presión en mi pecho y no me puedo mover. Grito y nada sale. Estoy atrapada. Estoy atrapada y no puedo moverme.

De repente, me levanto en la cama, muy asustada. Me toma un segundo darme cuenta de que estoy bien. Miro hacia un lado y veo a Niall dormido en una silla al lado de la cama. ¿Se quedó aquí conmigo? Eso es tan... dulce. Me siento un rato, simplemente mirándolo dormir. Sus respiraciones son uniformes y está relajado. Un calor se extiende por mi pecho mientras lo miro. Me hace sentir un poco mejor.

Miro la ventana y veo que ya es de mañana. En silencio, agarro la manta pequeña que está al pie de la cama. Con cuidado, me acerco y la pongo sobre Niall.

Muy lentamente, abre los ojos.

—Hola —susurra—. Estás despierta.

—Sí —le respondo—. Te ves tan incómodo allí. ¿Estuviste aquí toda la noche?

—Sí, pero estoy acostumbrado a dormir en sillas mucho más incómodas que ésta. —Abriendo los brazos, dice—. Ven aquí.

Ni siquiera pienso en ello, me siento en su regazo y él envuelve la manta a mí alrededor. Levanto la vista hacia él.

—Gracias por ayudarme.

—Sigues diciendo eso —murmura en respuesta—. No tienes que agradecérmelo. Es lo que hacen los amigos. Ahora, la pregunta es ¿cómo te sientes esta mañana?

—Vacía, hueca, asustada —suspiro—. No tuve nada más que pesadillas toda la noche.

Empujando mi cabello detrás de mi oreja, Niall dice.

—Lo siento cariño. ¿Quieres algo? ¿Café o té?

—Té estaría bien —murmuro—. No tengo hambre.

—Tendrás que comer algo hoy. No voy a permitir que te dejes morir de hambre, incluso si no es a propósito. —Me mira y dice—. Quiero que hables con la policía.

Vigorosamente, niego.

—No.

—Alex, si no dices algo, le podría hacer esto a alguien más — afirma Niall.

Eso me hace detenerme.

—No pensé en eso. Ni siquiera sé quién es, sólo sé que su nombre es Howard.

—Bueno, la policía probablemente hablará con tu mamá —dice Niall vacilante—. Pero realmente no quiero que tú hables con ella.

Recostando mi cabeza sobre su pecho, le susurro.

—No quiero hablar con ella tampoco. —Entonces, es como si todo eso viniera de nuevo rápidamente. Al instante me pongo a llorar. Mi pecho duele mucho.

—No hice nada. ¿Cómo pudo decirme esas cosas? No lo quería en mi habitación.

—Por supuesto que no —suspira Niall, meciéndome ligeramente—. Simplemente lo tomaremos con calma. Por qué no te hago un poco de té, y luego podemos llamar a la policía.

Asiento. Él empieza a recogerme y yo jadeo.

—¡Niall! ¡No me levantes!

The Art Of The Life - NiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora