Epílogo {parte 4}

387 21 8
                                    



Rápidamente, voy hacia Josh, empujándolo a la pista de baile. —Ustedes chicos tienen que bailar ahora.

—Está bien, está bien —ríe Josh—. ¿Qué descarada?

Lo miro fijamente. —Holly realmente quiere bailar contigo Josh. —Él me da su mirada despistada habitual. Rodando mis ojos hacia la parte de atrás de mi cabeza tan lejos como pueden llegar, me quejo—: Solo ve a bailar con ella.

Así lo hace. Mientras bailan, Niall viene hacia mí.

—¿Piensas que él tiene idea alguna?

—¿De qué? —pregunto.

—De que a Holly le gusta —responde Niall.

Mi mandíbula cae. —¿¡Como lo sabes!?

Levantando una ceja, se inclina hacia mí. —Es realmente obvio, parecido a como tú lo eras.

—¡Tú no tenías ni idea! —exclamo—. No vayamos por ese camino.

Agarrándome entre sus brazos, Niall dice—: Pienso que muy en el fondo lo sabía. De seguro soñaba contigo todas las noches.

—Oh, ¿en serio? —digo con una sonrisa graciosa—, ¿y acerca que eran esos sueños?

Niall trae su rostro junto al mío y respira junto a mis labios. —Te lo mostraré más tarde. —Eso me hace sonreír. Él me besa muy sensualmente.

Me alejo de él. —¿Cuándo será adecuado que nos vayamos de aquí?

—No tengo ni idea —responde el, aun sobre mis labios—, pero es mejor que sea pronto.

—Mmmmmmm, estoy de acuerdo contigo —murmuro.

Hay mucho más baile y conversaciones con las personas, pero finalmente tuve mi parte y solo quiero tener a Niall a solas. Me acerco a él y lo halo hacia abajo para susurrarle al oído.

—Necesitamos irnos ahora, antes de que me vuelva loca.

El me da una sonrisa malvada. —Está bien. — Niall camina hacia el DJ, y le dice algo. El DJ detiene la música y sobre su micrófono grita—: La novia y el novio se van ahora. ¡Dicen buenas noches a todos!

Nuestros amigos más cercanos se acercan y nos dicen buenas noches, y nuestra familia también. Niall finalmente agarra mi mano y empezamos a salir por los jardines... bastante rápido. Nos dieron la suite del pent-house por esta noche. Cuando por fin entramos en el ascensor y las puertas se cierran, Niall me empuja contra la pared y empieza a besarme. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y lo halo más cerca.

Cuando llegamos a nuestro piso, Niall se inclina y me levanta en sus brazos. Empiezo a reír. —¿Me vas a cargar a través del umbral?

—Si —responde el, con una sonrisa—. Te cargare hasta que este demasiado viejo y débil para volver a hacerlo.

—Aww, eso es dulce —replico.

Llegamos a la habitación y saco la llave del bolsillo de Niall.

— Recuerdo cuando tú ni siquiera te acercabas a mi bolsillo. Si solo estuvieras en realidad yendo por mis pantalones — Niall suspira, mientras abre la puesta.

Levantando mi ceja, digo—: Oye, ahora puedo ir por tus pantalones cada vez que quiera.

Niall se ríe. —Dulce y bondadosa mujer, estas tomándome el pelo.

—¿Quien dice seductoramente que te estoy tomando el pelo? —respondo

—Alex, tú tienes un lado perverso — Niall dice, mientras me baja.

Sonriendo, comienzo a quitarle la chaqueta. —No tienes ni idea.

Él levanta una ceja. —¿Entusiasmada?

—¿Qué piensas? —pregunto.

Con una sonrisa, Niall se inclina y me besa. Estamos así por un tiempo, solo besándonos.

Finalmente Niall se aleja y me susurra—: Te amo Alex.

—También te amo —murmuro.

—¿Estás lista? —pregunta.

Asiento con la cabeza. —Sí, creo que hemos esperado lo suficiente.

—Eso pienso también —contesta el, mientras se dirige a la parte de atrás de mi vestido.

Mis manos comienzan a sudar cuando Niall deshace las cintas.

Luego poco a poco baja la cremallera y sostengo el vestugo contra mi pecho. Sus dedos trazan mi espalda. Dándome la vuelta, me encuentro con su ardiente mirada.

—Estoy nerviosa.

Niall agarra mi mano y la besa. —Por favor no lo estés. Podemos esperar un poco más. Tenemos el resto de nuestras vidas.

Inclinando la cabeza hacia un lado, exclamo—: ¡Te hecho esperar durante más de tres años!

—Lo sé — Niall ríe de nuevo—. He sido muy difícil a veces. Te lo prometo, pero soy tu esposo. Nunca te haré hace nada que no quieras.

—¿Estás enojado porque quisiera esperar? —pregunto suavemente.

—No —dice Niall —. Te amo cariño. Quiero que seas mí para siempre. —Pone sus manos a los lados de mi rostro—. Haré todo lo que me sea posible hacer para hacerte feliz. Por lo tanto, si hay que esperar, entonces esperamos.

—No más espera —exhalo y dejo caer el vestido. Niall sonríe ampliamente—. Cassandra me ayudo a elegir la lencería.

—¿¡Puedo tomarte una foto por favor!? —enfatiza Niall —. No quiero olvidarme nunca de esto.

—Cállate —susurro. Lo halo hacia mí, presionando mi cuerpo contra el suyo—. Es hora de abrir tu regalo de bodas. — Niall me da una mirada inquisitiva—. Yo soy tu regalo de bodas —digo tímidamente—. Hora de quitarlo todo.

Un rato después, estamos tumbados en los brazos del otro. —Wow —Es todo lo que puedo decir.

—Definitivamente vales la pena la espera —suspira feliz Niall.

—Sonriendo, digo—: Gracias.

Me doy la vuelta para estar encima de él.

—Recuerdo la primera vez que te vi. Mi corazón casi se detiene. Nunca habría imaginado que acabaríamos aquí hoy.

—Recuerdo el momento en que supe que estaba enamorado de ti —dice Niall

—¿En serio? —digo—. Nunca me lo dijiste en todos estos años.

Con una mirada muy cariñosa, Niall dice—: Supe que sentía algo el día que te encontré en el callejón porque quería matar a ese bastardo. Finalmente me di cuenta de que estaba enamorado de ti cuando pasamos la noche juntos. Cuando te beso, no es algo que haya sentido antes. Esa noche algo fue muy diferente. Fue mucho más allá de lo que había experimentado con Kaitlin. Sólo lo supe. No quería que parara. Quería estar contigo muy desesperadamente.

—Awww. Debí hacerme dado cuenta que te amaba todo el tiempo. Cada vez que me tocabas, hacías que mis nervios hormiguearan. Cada vez que me besabas quería más, cuando yacíamos juntos por la noche, no quería estar en ningún otro lugar. Pienso que seguía diciéndome a mí misma que nunca querrías estar conmigo. Nunca pensé que fuera lo suficientemente buena.

—Eres más que suficientemente buena. Nunca querría nada más.

Descansando mi barbilla en su pecho, digo—: ¿Realmente quieres tener hijos?

—Si —contesta—. Tres.

—Eso suena bien para mí.

Sonriendo, Niall dice—: Digo que debemos practicar para ello.

—Eso suena aún mejor —replico, mientras me inclino para besarlo.

Fin.

The Art Of The Life - NiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora