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Quince.

Louis abrió la puerta de su casa, aquella pequeña casita que apenas lograba pagar con el poco salario que había estado ganando.

Algunas cosas estaban empacadas debido a la gran oportunidad que había tenido y a la cual al final no había ido. Entró a su antiguo hogar con Diggle y un montón de cajas detrás, el omega lo invitó a pasar con una sonrisa, el alfa entró arrastrando las cajas.

—Bienvenido a mi pequeña morada. — vaciló extendiendo sus brazos orgulloso, prendió las luces debido a la poca luz que entraba al lugar. —Algunas cosas ya están empacadas, me faltan muy pocas, si quieres puedes tomar asiento mientras yo las organizo.

—No se preocupe, yo puedo ayudarle.

Louis aplaudió, feliz y aliviado, la verdad es que nunca había sido bueno mudándose y le daba un poco de pereza organizar cada cosa y que no se quebrará o ensuciará, cosas que no le importaban demasiado y por eso casi nunca se mudaba.

Agarro una caja, caminando hasta la cocina para guardar algunos tazones y cosas así.

—¿Sabes, John? — llamó la atención del alfa que metía cosas que encontraba en el piso a la caja, se avergonzó por ello, habían muchas cosas en el suelo por su pequeña crisis en la cual había lanzado todo por los aires. — Si me hubieran dicho que me iba a enlazar, me hubiera reído profundamente.

—¿Por qué? — preguntó, siguiéndole la conversación.

—Nunca he funcionado en esos temas. — se sinceró. —Pero con Zayn todo fue tan fácil, estar con él es fácil y me hace sentir feliz.

Diggle asintió.

—Ustedes se ven muy bien juntos.

—Gracias. — sonrió el omega, terminando con la caja que tenía, fue a la entrada buscando otra para comenzar a llenarla. —Y, ¿qué hay de ti, John?

—¿De mi?

—Si, ya sabes, ¿qué tal ese mundo de romance? — bromeó, agachándose al lado del alfa para recoger algunas cosas también.

—Es Usted una persona muy curiosa. — bromeó de vuelta, Louis quiso gritarle fastidiado al escucharlo tratarlo de "usted" . —Pero, soy felizmente casado, enlazado y padre.

—Oh. — se asombró, siendo honesto, no lograba imaginarse a ese alfa enorme e imponente con una familia, pero la vida estaba llena de sorpresas. —¡Es grandioso! Te felicito. — le sonrió al alfa, quién agradeció con un movimiento de cabeza. —Y deja de tratarme de usted, Diggle.

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El alfa retrocedió los pasos que había avanzado la modelo, su nariz se arrugó al sentir aquel conocido aroma más dulce, tal vez era que ya estaba tan acostumbrado al de Louis que ese le molestaba increíblemente.

Mordió su labio al sentirse débil ante la presencia de Gigi, había deseado tanto estar con ella, pero no así.

—S-sé qué hay mucho de qué hablar. — decidió interrumpir ese incómodo silencio, pasando de ella para llegar a su silla, se sentó, esperando a que la omega hiciera lo mismo.

—Si.. — sorbió su nariz y limpió las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas, el alfa jadeó queriendo abrazarla y consolarla. —Pero, tengo algo más importante que decirte, alfa.

Su animal se removió incómodo por aquella omega que había pasado tantos años con él lo llamara de esa forma, movió su cuello hacia los lados, sabiendo que su alfa no estaba cómodo en presencia de Gigi.

Enlazados |Zouis. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora