Treinta y uno.
El castaño en la camilla abrió los ojos, cerrándolos al instante, por la luz que entraba furiosamente haciendo que sus ojos dolieran. Pudo sentir a su parte animal ronronear por lo cálido que su cuerpo se sentía en ese momento. Sabiendo al instante que su alfa se encontraba allí. Trago saliva sin querer intentar de nuevo abrir los ojos y verlo.
—¿P-puede cerrar las cortinas? — escuchó esa voz tan conocida, la cual lo había estado levantando por las mañanas durante un tiempo. —Gracias.
Supo que había pedido aquello al verlo intentar abrir los ojos, así que sabía que ya estaba despierto, abrió los ojos con calma, comprobando que no hubiera ninguno rayo de luz que pudiera molestarle, dejó su vista sobre la manta blanca que lo envolvía, con tanto miedo de ver a su alfa.
—L-lou. — Zayn volvió a hablar al verlo parpadear, una sonrisa de alivio cruzó por su rostro, casi jadeando de la tranquilidad que sentía por verlo despierto.
—¿Q-qué.. — su voz se quebró extrañamente, tosió, sintiendo un ardor en su garganta. Vio a Zayn entrar en su cuadro de visión en busca de algo.
—¿Quieres agua? — preguntó, extendiéndole un vaso de cristal, asintió, la verdad es que si sentía que lo necesitaba. Estiró su mano hasta el vaso dispuesto a agarrarlo, dándose cuenta de lo mucho que temblaba su mano, la retiró avergonzado. —Puedo ayudarte.
Louis volvió a asentir, su alfa acomodó el vaso contra sus labios, y lo inclinó, para que pudiera tomar, pudo gemir gustoso al sentir lo refrescante que sentía el líquido en su paladar. Zayn retiró el vaso a petición de Louis.
—Quiero.. ¿Podemos hablar?
—C-creo que se nos acabó el tiempo para hacerlo. — respondió, sintiendo su voz rara al salir de su boca, era un poco ronca, muy lejos a su tono agudo.
La expresión de Zayn decayó, lo vio poner el vaso en su lugar, disimulando su decepción ante su respuesta. Trago saliva. Tratando de no llorar.
—No hay que hacerlo. — quiso explicarse. Zayn miraba el piso, de pie, sólo escuchándolo y aceptando cada palabra que decía. —Haz decidido y tenías todo el derecho de hacerlo.
—No es lo que quiero.
Louis suspiró, sus labios estaba fruncidos y apretados, pensando en que decirle, en cómo expresarle lo que quería decirle, ya que no podía hacerlo más por medio del lazo que los unía.
—Pero es lo que elegiste, alfa. — decidió decir. —Y no pienso seguir y esperar a que vuelvas a cambiar de idea.
—S-sólo déjame demostrarte que eres lo que quiero.. — pidió el alfa, al borde de las lágrimas.
Louis mordió su labio, sus ojos se habían dado por vencidos, soltando lágrima seguida de otra, haciendo su rostro un desastre peor al que ya tenía. Zayn se quiso acercar pero el omega negó.
—T-tienes una familia con ella, Zayn. — limpió sus lágrimas. —Fue tonto pensar que podías elegirme sobre ese hecho.
—Chiquito yo..
—No me llames así. — pidió débilmente, resistiéndose contra el instinto de su animal a acurrucarse con su alfa. —Haznos.. — hipo, rascando su nariz, incómodo. —un favor a los dos y márcala, ¿si?
Zayn negó, mirándolo, buscando trasmitirle lo que quemaba escucharlo decir eso, negó otra vez acercándose a la camilla, sin importar lo mucho que negaba Louis junto a él. Apoyó su cabeza sobre el hombro del omega, aún con la varilla de la cama clavándose incómodamente contra su abdomen sólo podía concentrarse en lo bien que sentía estar con Louis y lo feliz que lo había hecho en tan poco tiempo, en lo increíble que llegarían a ser si el destino no fuera una perra.