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Tres

El pequeño omega se estiró, recuerdos de hace unas horas llegando a su cabeza, aturdiéndolo, llevo su mano hasta su cuello, a punto de entrar en pánico, acaricio la marca en su cuello con suavidad, cayendo en cuanta de todo lo que había pasado. Se sentó en, al parecer, la cama en la que estaba y trago saliva. Sus ojos se llenaron de lágrimas y su cuerpo completo comenzó a temblar invadido por la sensación de un miedo terrible. Se aferró a las sábanas que cubrían su desnudez, tratando de hacerse tan pequeño como para desaparecer de allí, su barbilla temblaba como si el frío envolviera su cuerpo y sus nudillos estaban blancos de la fuerza que ejercía en la sabana.

Alfa.
Ayúdame.
Miedo.

El omega lloro más fuerte al escuchar a su animal rugir en su interior, sabía que eso también lo había escuchado el que era hora su complemento. Negó fuertemente con su cabeza, como si eso evitara que el alfa viniera corriendo a defender a su omega asustando.

La puerta se abrió, rebotando con la pared por la fuerza aplicada para abrirla, el omega brincó en su lugar, asustado, cerró sus ojos con fuerza, dejando salir mil lágrimas más, su corazón latía a mil, sólo pedía que no le hiciera daño.

—Hey, omega, no. — una voz tratando de ser suave y delicada se filtró en sus oídos, haciendo ronronear a su omega. —No te haré daño.

El castaño negó hacía el alfa, aún con sus ojos cerrados y el miedo abatiéndolo, casi ahogándolo. —P-por favor.

El alfa caminó lentamente hasta la cama, su animal le exigía hacer sentir bien a su compañero y él también quería que se sintiera más tranquilo al menos, porque no estaba seguro de que ninguno de los estuviera "bien" en la situación en la que estaban.

—Omega, mírame. — pidió, su voz lo más suave que podía ser, su corazón estaba latiendo fuerte al ver al omega tan asustado con su presencia.

El chico jadeó asustado, obedeciendo a alfa en la habitación, sus pequeños ojos azules llenos de lágrimas, como si de una cascada se tratase, la mirada del omega se levantó hasta encontrarse con la del alfa. Quién sintió cómo su animal aullaba al ver a su omega yam asustado y triste.

—Estoy tan asustado como tú. — se permitió decir.

El omega trago saliva, sabía que lo que decía era cierto, el lazo le trasmitía lo que sentía el alfa en ese momento y había un miedo en su pecho muy diferente al suyo, pero no descifraba a qué se debía ese miedo.

—Tú-tú me salvaste de ese alfa porque me querías-me querías para ti. — se permitió decir para luego volver a dejarse inundar por lágrimas.

Zayn suspiró en su lugar, negó, negó varias veces como si eso lo hiciera más creíble para el chico asustado en aquella cama. —No, yo-yo quería ayudarte, no soy esa clase de alfa, pequeño.

El omega aún seguía sin creerle una palabra. Aún tan asustado como para pensar con claridad, lo único que podía hacer era sentir, sentir sus emociones y las invasoras del alfa. Era tan extraño y abrumador ese extraño calor en su pecho y su animal tan lleno de paz y tranquilidad con la presencia de aquel alfa desconocido.

—Omega. — lo llamo al verlo tan perdido, el pequeño lo miro, tratando de no volver a quebrarse en llanto. —Toca aquí. — puso su propia mano en su pecho para que el omega lo imitara.

La mano del omega repitió la acción, poniendo su mano en su pecho, aún con su otra mano aferrada a la sábana con tanta vergüenza y miedo de estar desnudo debajo de esta.

—¿Puedes sentir esa paz y tranquilidad en tu pecho? — le preguntó, el omega asintió, sin entender. —Es porque tu animal sabe que no te haré daño, pequeño.

El omega dejó de temblar, concentrándose en su animal, quien ronroneaba y brincaba por el alfa, se dejó llenar por lo que le trasmitía el lazo. Su cuerpo se relajó.

Zayn sonrió con tristeza al ver al omega relajarse, dejando caer despacio la barrera de miedo en la que se había refugiado. Con suavidad se sentó en la cama, frente al chico.

—¿Cuál es tu nombre? — pregunto. Los ojos azules del omega lo examinaban confundido.

—Louis. — respondió.

—Bueno, Louis, yo soy..

—Zayn Malik.

—Sabes quién soy. — mordió su labio, rascando su nuca, incómodo. —Si sabes quién soy, entonces también sabes lo jodidos que estamos, Louis.

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SALU22222222.
Ame increíblemente ver sus comentarios, gracias por seguir aquí en serio, son por lo único que sigo escribiendo.

Y estoy actualizando rápido porque tengo inspiración, hay que aprovecharla. 😞🤙🏻

Enlazados |Zouis. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora