Capítulo 16

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MARATÓN 1/3


Después de dejar a una Dana muy avergonzada en su casa, el viaje de vuelta al rancho, fue en completo silencio.

Si bien, la mente de Adrian era un caos total por la cantidad de preguntas que tenía, sus labios se negaron a abrirse para pronunciar ninguna.

Gabriel parecía inmerso en sus propios pensamientos, de modo que se dejaron en paz él uno al otro.

Una vez en casa, cada uno fue hacia su respectivo hogar.

Cuando estaba a punto de cruzar la puerta, esta se abrió dejando paso a su madre, quien le miró de arriba abajo y frunció el ceño.

Antes de que pudiese preguntar acerca de a donde había estado, le dejó un beso en la frente y subió a su cuarto.

Quizá una buena ducha calmaría su estado, pero estaba tan cansado, no solo fisicamente, sino también mentalmente, que temía quedarse dormido de pie. De modo que se quitó la ropa y se dejó caer sobre la cama.

Tal vez, lo mejor sería aclarar con Dana cuales eran sus sentimientos, porque aunque se negaba a creer que ella fuese de las que jugaban, lo cierto es que no comprendía como podía afirmar que amaba a Bobby Knight y después era capaz de besar a otro hombre, a él, como si no existiese nadie más.

Con esos pensamientos se quedó dormido.


En su cama, Dana dio otra vuelta.

Tenía el cuerpo en llamas y no podía quitarse la sensación de los labios y mas manos de Adrian de su piel.

Si Gabriel no hubiese llegado en ese momento, ¿habrían llevado las cosas más lejos?

Quería creer que no, pero por como su cuerpo reaccionaba al hermano pequeño de Amelia, empezaba a pensar que no lo habría detenido, que quizá incluso hubiese acelerado las cosas para que sucediesen.

¿Así es como quieres que sea tu primera vez? ¿En medio de ninguna parte, sobre el capó de una vieja camioneta?

Por supuesto que no. No obstante, no podía callar esos pensamientos.

¿Por qué no podía reaccionar del mismo modo cuando Bobby la besaba?

¿Como podía seguir diciéndose a si misma que amaba a ese chico con todo su corazón cuando incluso este le fallaba al encontrarse en brazos de Adrian.

Sacando la almohada de debajo de su cabeza, la estrelló con fuerza sobre su cara y ahogó un grito.

Tenía que aclarar como fuese sus sentimientos antes de volverse loca, o peor, antes de acabar hiriendo los sentimientos de alguien más.

Aferrada a su almohada, cerró los ojos esperando encontrar el sueño que nunca llegó.

Cuando el sol salió horas más tarde, no estaba más cerca de resolver su problema.

Quizá, era hora de tomarse un tiempo para si misma.

Aprovechando las vacaciones de verano, podría hacer un pequeño viaje.

Lamentablemente por el estado muy embarazado de su amiga, seguramente esta no podría ir con ella. De todos modos, decidió que se lo comentaría.

Miró la hucha en forma de cerdito que resposaba en lo más alto de la estantería de su habitación e hizo un mohín.

Tendría que romperla, después de años ahorrando.

Con una nueva idea en mente, puso una enorme sonrisa en su rostro y fue a lavarse la cara.

¿A donde podría ir?

Mientras se secaba la cara con una toalla de mano, fijó de nuevo su mirada en la estantería. Especificamente en sus libros.

Lía no había ido a buscar a ningún cazador oscuro en su visita a Nueva Orleans cuando fue a buscar a Nathaniel, pero ella podría perfectamente cumplir con esa misión.

Todavía más emocionada aun, salió de su habitación y bajó corriendo hasta la cocina llamando a su madre a gritos.


Puedes tenerme (Serie Love 20)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora