Capítulo 29

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Dana gritó al sentirle completamente en su interior.

El placer que sentía era indescriptible.

Si bien Bobby había sido generoso en la intimidad, teniendo en cuenta de que le había entregado su virginidad, siempre fue considerado, dándole a ella primero placer antes de alcanzar el propio, Adrian era algo fuera de lo normal.

No estaba comparándolos, pero mientras este se movía llevándola cada vez más lejos, no pudo evitar pensar que quizá se debía a los sentimientos que tenían por el otro.

Había amado muchísimo a Bobby. Todavía sentía algo muy fuerte por él, pero contra más lejos permanecía de Adrian Stone, el agujero en su pecho crecía día a día hasta convertirlo en nada.

—¿Sigues aquí conmigo, nena?

Enfocó los ojos en los de Adrian, mientras este la miraba con una hermosa sonrisa en los labios.

Acarició su rostro, y sintió como todo su cuerpo se estremecía.

Solo ella conseguía ese efecto en él y no podía contener la emoción que eso le provocaba.

—No hay otro lugar en el que quiera estar.

Su sonrisa creció y juntó de nuevo sus labios con los de ella mientras retomaba el ritmo anterior.

El anhelo inesperado por alcanzar la cima le hizo acelerar sus movimientos al sentir como Dana se contraía alrededor de él .

Maldijo cuando supo que estaba perdido y se dejó ir con el rostro enterrado en el cuello de su chica.

Sintió las manos de ella recorrer su espalda mientras trataba de que el aire llegase de nuevo a sus pulmones.

 Temiendo que su peso fuese demasiado para ella, se hechó a un lado llevándola con él. Manteniéndola entre sus brazos donde siempre debió estar.

Su corazón latía frenético dentro de su pecho, no solo por lo que acababa de ocurrir entre ellos, sino porque sentía que por fin, estaba completo.

—Te amo, Adrian.

Apretándola aun más contra si mismo, levantó su rostro para que viese la sinceridad en sus palabras cuando estas salieron de sus labios.

—Te amo Dana. Voy a amarte cada día de mi vida. Los Stone nunca rompemos una promesa.

La sonrisa en los labios de Dana se amplió y toda la tristeza que había estado guardando en su interior desapareció al saber que esta vez era para siempre.

Se estremeció cuando Adrian salió de ella, pero aun así sus cuerpos siguieron juntos.

Suspiró contra su pecho y cerró los ojos. Estaba donde pertenecía.

Adrian la observó dormir sin poder creer aun que ella estuviese allí con él.

Tantos años soñando con ese momento y por fin su sueño se había hecho realidad.

Cerró los ojos cuando un profundo cansancio hizo mella en él.

Despertó temprano aun con Dana en sus brazos. Tenía cosas que hacer en el rancho, pero a pesar del cansancio, su sueño había sido intranquilo.

Si bien estaban juntos y Bobby ya no debería interponerse entre ellos, Dana todavía tenía un trabajo en Nueva Orleans al que volver.

Mientras esperaba a que el café se preparase, se preguntó cual sería el siguiente paso.

Él amaba el rancho. Su sueño siempre fue tener uno propio al igual que su padre y formar una gran familia. Todo lo que Dana siempre quiso. Ella no podía ser feliz allí, ¿o si?

—Pensar demasiado acabará contigo.

Se volvió hacia su hermana y su ahora marido que le miraban con diversión.

—¿Vosotros no deberíais estar en un avión muy lejos de aquí?

—Y a eso vamos, pero no queríamos irnos sin despedirnos de Charlotte y decirte algo.

—¿A mi?

Amelia miró a su marido y le sonrió antes de guiñarle un ojo.

—Hace tiempo que pensaba en abrir una sucursal aquí. Me encanta Nueva Orleans, pero nuestra familia está aquí. Está todo listo para que pueda abrirse en menos de un mes.

Adrian salió de su incredulidad y sonrió ampliamente.

Sin pensárselo dos veces abrazó a su cuñado.

Ahora tenía que hablar con Dana. Esperaba que ella quisiera mudarse.

Puedes tenerme (Serie Love 20)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora