MARATÓN 2/3
—¿Quieres ir a Nueva Orleans?
—Si, ¿crees que a Nathaniel le importe dejarme su apartamento allí mientras estoy de visita? Me ayudaría mucho si puedo ahorrarme la estancia en el hotel.
—No creo que tenga problema en ir, es solo que nosotros pensábamos viajar antes de que Charlotte me lo impida del todo.
Y si, Charlotte era el nombre que habían elegido para su futura sobrina.
Estaba deseando que naciese para poder mimarla y comprarle todo lo que había estado mirando en internet desde que se enteró de que era una niña.
—Puedes venir con nosotros, Dana.
Ambas se volvieron hacia Nathaniel, quien en ese momento se acercaba hacia ellas con un par de vasos de limonada que Amelia había preparado esa mañana y que parecía que se alimentase unicamente de ello.
Y podía entenderlo. Estaba deliciosa.
—¿En serio? ¿De verdad no te importa?
Amelia sonrió al ver que su amiga practicamente saltaba en su sitio de la emoción.
—Por supuesto. El apartamento cuenta con una habitación de invitados que pensábamos convertir en la habitación de Charlotte cuando crezca, de modo que puedes quedarte allí el tiempo que quieras.
Sin poder contener más su entusiasmo, se puso en pie y abrazó a Nathaniel dándole las gracias.
—¿Cuando os váis?
—Un par de días como mucho. Mi socio allí me necesita para firmar algunas cosas y para reunirme son algunas personas, por lo que si queréis podéis hacer un poco de turismo. Eso si— dijo mirando fijamente a Amelia— nada de excederse. Necesito que me prometas que descansaras también.
—Tranquilo, Nathaniel. Me aseguraré de que esté sentada mientras nos atiborramos de bagels.
Los ojos de Amelia chispearon al escuchar hablar de comida.
Si todo el peso que había ganado era debido al bebé, sería un milagro dado que devoraba todo lo que encontraba a su paso.
Y según tenía entendido, escondía comida en su mesita de noche. Chocolate mayormente.
Tras quedar con ellos en que pasarían a buscarla de camino al aeropuerto dos días después, Dana pensó en que lo siguiente que tenía que hacer era despedirse.
Sin duda esa sería la parte más difícil.
Con su madre había sido sencillo.
El carácter de ambas era muy parecido, por lo que tal y como mencionó hacer un viaje, su progenitora practicamente había saltado de la emoción por poder tener algunos días de tranquilidad.
Tener madre para esto...
Adrian estaba en el granero apilando algunas balas de heno para poder llevar al establo, cuando sintió su presencia antes de que ella pudiese hablar.
Después de torturar su mente a lo largo de la noche, no solo estaba frustrado, sino inquieto, porque no sabía como reaccionarían ambos la siguiente vez que se vieran, y ahora tendría que averiguarlo.
—¿Como estás?
—Ocupado.
Incluso él hizo una mueca por el tono que usó, sin embargo, ella pareció no notarlo. Seguramente lo ignoró, porque siguió hablando como si nada.
—Me voy de viaje, Adrian.
Definitivamente esas palabras llamaron su atención.
Dejó caer una de las balas y se volvió hacia ella, quien al mirarle a los ojos, retrocedió un par de pasos y bajó la mirada hasta sus manos.
—¿Te vas? ¿A dónde?
—Nueva Orleans. Siempre he querido ir allí. Me marcho con Amelia y Nathaniel en un par de días y me quedaré allí tanto tiempo como pueda.
—¿Por qué? Es... ¿Es por lo que pasó ayer?
—Si... y no. Estoy muy confundida, Adrian. No debería sentir lo que siento estando contigo cuando mi corazón parece pertenecerle a alguien más. Necesito un poco de distáncia para aclararme y estando aquí, cerca de ambos, es difícil.
—Lo entiendo.
No por ello era más fácil de digerir.
Tal vez era egoísta al pensar que si ella se quedaba, él tendría alguna posibilidad. Que tal vez, si seguía besándola lo suficiente, ella se olvidaría de Bobby y su corazón finalmente acabaría por pertenecerle a él.
—Ten un buen viaje, Dana.
Cogiendo un par de balas, las puso sobre una carretilla, y salió del granero.
No tenía sentido seguir en él, cuando ella ya había tomado una decisión, ¿verdad?
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Puedes tenerme (Serie Love 20)
RomanceAdrian ha tratado de luchar contra la atracción que siente por la mejor amiga de su hermana. Dana es alocada y quiere libertad, pero está enamorada de otro y Adrian necesita alejarse de la tentación que supone tenerla cerca. Es imposible sin embargo...