Capítulo 03

385 58 17
                                    

Dana despertó a la mañana siguiente con una profunda sensación de calma.

Durante la noche, mientras Amelia dormía a su lado, estuvo dándole vueltas a las palabras de Adrian.

Él era un chico bastante reservado, más parecido a su padre que Amelia o Evan y sin embargo, pese a ser casi dos años menor que ella, demostraba una sensatez y madurez que no muchos tenían.

Dándose la vuelta para quedar boca arriba, observó como la habitación se iluminaba con la salida del sol.

—¡Buenos días!

Volviéndose hacia Amelia, esbozó una leve sonrisa antes de salir de la cama y ponerse sus zapatillas.

—Buenos días, Lía.

—¿Que te apetece hacer hoy? Podemos montar a caballo.

—Eso sería genial. ¡Me apunto!

En cuanto su amiga salió de la habitación, ella volvió a tumbarse en la cama y cerró los ojos.

Quizá hubiese sido mejor que le dijese que se iba a casa, pero no había forma de que Lia no se preocupase.

Decidida a afrontar el día con una sonrisa, se vistió y después de una rápida visita al cuarto de baño, bajó a la cocina donde Aurora Stone preparaba un abundante desayuno para su familia.

—Buenos días, Aurora.

—Buenos días, cielo. Siéntate, y enseguida te sirvo el desayuno.

—Puedo hacerlo yo.

—Lo sé. ¿Que tal has dormido?

Fijó su mirada en la madre de su mejor amiga y observó como está la miraba fijamente con curiosidad.

Si algo tenía Aurora Stone, era lo perspicaz que era.

Ninguno de sus hijos podía esconderle nada, porque era capaz de leerlos igual que un libro, y puesto que Dana había pasado muchísimo tiempo allí, era capaz de ver a través de ella también.

Desvió la vista hacia la fuente con fruta que había en la isla y alargó el brazo para coger una naranja.

—Está bien si no quieres hablar, cielo, pero parece que llevas un enorme peso sobre los hombros. Quiero que sepas que puedes hablarlo conmigo si lo necesitas.

Cruzando la poca distancia que las separaba, estrechó a Aurora en un enorme abrazo.

SIempre le había resultado fácil hablar con ella. De hecho, Aurora fue quien habló con ambas acerca del sexo y las acompañó a comprar sus primeros sujetadores.

Su madre también había hecho su parte, pero Aurora tenía una facilidad natural a la hora de expresar con palabras lo que quería decir sin avergonzarse, cosa que a su madre le resultaba más difícil.

—Los caballos están listos. En cuanto desayunemos, podemos ir a los establos y montar. Adrian y Evan los ensillaron para nosotras.

Amelia irrumpió en la cocina del mismo modo en que lo hacía todo. Con energía y desenfado.

Ella era bondadosa y amable. Y ella sentía que estaba traicionándola con los sentimientos que tenía por Bobby.

—Estupendo.

Mientras desayunaban y Lia hablaba animada con su madre, su padre y sus hermanos que se habían unido a ellas, mientras Dana comía en silencio bajo la atenta mirada de Aurora y Adrian Stone.

Cada vez era más difícil seguir fingiendo.

--------------

Adrian tragó sus cereales en silencio sin apartar la mirada de la chica que amaba.

No importaba cuantas veces se dijese a sí mismo que debía olvidarla.

Si algo había aprendido de la noche anterior, era que no podía simplemente ordenar a su corazón que se olvidase de ella, aun cuando su mente le decía que solo sufriría si seguía amándola.

—Y entonces Bobby dijo que se pasaría esta mañana para poder montar a caballo.

Vio el momento justo en que las palabras de su hermana hicieron eco en la mente de Dana y supo entonces el motivo por el que ella no parecía la misma de siempre.

Ella ya tenía a alguien que ocupaba su mente y su corazón, y en ninguno de los dos había espacio para él.

Puedes tenerme (Serie Love 20)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora