Capítulo 18

313 58 13
                                    

MARATÓN 3/3


UN MES DESPUÉS

 Dana miró el billete en su mano mientras esperaba a que llamasen para abordar el avión. Amelia se había puesto de parto y quería llegar lo antes posible para recibir a su sobrina.

Nathaniel había llamado completamente fuera de si. Tanto, que la madre de Amelia tuvo que quitarle el teléfono y tranquilizarles a ambos.

Si, ella también se había puesto nerviosa.

Desde luego iba a ser un largo vuelo. Ni siquiera había podido tomarse una copa, porque la azafata estaba demasiado ocupada tratando con otro pasajero que todo lo que hizo durante las largas horas de vuelo fue quejarse por todo. TODO.

Por supuesto tampoco había podido dormir, porque de tres asientos, le tuvo que tocar el de en medio, justo entre un hombre que sudaba profusamente mientras roncaba, y sonaba exactamente igual que el motor del avión, y una anciana muy dulce que para tejer necesitaba medio avión por como colocaba los brazos.

Así que no, no fue un viaje agradable.

Y cuando bajó no era otro que Bobby quien la esperaba con una enorme sonrisa y un cartel con su nombre que en vez que provocarle una sonrisa, la decepcionó saber que era él y no otro quien estaba allí.

Claro que entendía que él debía estar en el hospital junto a su familia, pero no hubo modo de hacerle entender eso a su corazón.

Durante ese mes en Nueva Orleans, no había mantenido contacto con nadie salvo Amelia y su madre.

Antes de irse, había hablado con Bobby, usando exactamente las mismas palabras que con Adrian. Bobby fue comprensivo hasta que mencionó a otro.

Así que tenerle en ese momento allí, era sorprendente, sin duda.

—Hola, hermosa. Te extrañé.

Sus brazos la rodearon y dejó un largo y húmedo beso en sus labios.

Wowww, un momento. ¿El avión se había estrellado en algún mundo paralelo?

Bobby nunca, NUNCA, se había mostrado así de apasionado.

Habían compartido algunos besos pero nada como aquello.

Algo incómoda, se apartó y le sonrió.

—¿Vamos al hospital?

—Por supuesto.

Cogió su maleta de una mano y su mano de la otra y se encaminó hacia la salida, con ella tratando de seguir su paso mientras tiraba de ella hacia su coche.

Tal vez, ese mes le había servido también a Bobby para aclarar sus sentimientos y había descubierto que sentía por ella más de lo que esperaba.

Eso era una buena noticia, ¿verdad?


Una vez en el hospital, fue Dana quien dejó a Bobby atrás.

Estaba impaciente por conocer a Charlotte y cogerla en brazos y darle todo lo que había comprado para ella en Nueva Orleans.

—Dana, cuidado.

Unos brazos rodearon su cintura al mismo tiempo que su cara impactó contra un duro pecho.

Aspiró profundamente su olor, la calidez de su cuerpo, y lo supo. Supo quien era sin verle. Y supo que un mes lejos no solucionó nada, porque su corazón no había reaccionado como lo estaba haciendo en ese momento cuando vio a Bobby esperando por ella, ni cuando este la besó, ni siquiera cuando la llamó hermosa y le dijo que la había extrañado.

No, su corazón solo reaccionaba cuando Adrian Stone estaba cerca.

—Bienvenida a casa, Dana.


Puedes tenerme (Serie Love 20)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora