- 08 - Secreto por secreto

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Los sueños con la joven de profundos ojos y dulce aroma eran más recurrentes que nunca, la cercanía le era tan familiar... el aroma, el tacto...

Lo único es que nunca había alcanzado a oír su voz, ni a distinguir por completo su rostro. Pero esa mujer le traía tanta calma, era como el final de una fuerte y eterna tormenta.

Como era de esperarse, el sueño acabó. Él como siempre termino sentado en la mitad de la cama con la respiración acelerada y empapado de sudor.

Por las ventanas se asomaba un poco de luz, eran las ocho de la mañana y no había sol, una vez más estaba nublado y seguía el mal tiempo. Melody aún dormía mirando hacia la pared así que decidió levantarse y ducharse primero, para prepararle aunque sea una sola vez el desayuno. Con movimientos rápidos se lavó por completo y cuando volvió a la habitación, Melody seguía dormida, esta vez abrazada a la almohada. Algo en eso lo hizo sonreír, ella frunció el cejó, pero luego volvió a relajarlo, sin embargo, siguió durmiendo.

Jonas cacharreó, buscó el café, encendió la tostadora, sacó la mermelada y colocó todo ordenadamente en una bandeja. Cuando subió con el desayuno, Meli se estaba tallando los ojos y atándose el cabello en una cola de caballo.

Su cuerpo se sintió de manera extraña cuando ella le sonrió aún con algunos signos de sueño en el rostro, como los ojos empequeñecidos o esa vaga sonrisa que escondía un bostezo

—Buenos días —saludó con una sonrisa—. Te traigo el desayuno.

—Buenos días tulipán —sonrió ella arrodillándose en la cama— todo huele delicioso. Creo que fue eso lo que despertó. Gracias —dijo recibiendo la bandeja.

Melody comenzó a untar mermelada en las tostadas, luego se puso de pie envuelta en un pijama de franela rosado y fue hacia la ventana para ver que una vez más estaba nevando, pero las nubes parecían menos pesadas que el día anterior. Después de tragar le preguntó girando:

—¿Cree que se podrá salir hoy? —Jonas tomó un trago de su café mientras ella se ponía una bata blanca igual de mullida que su pijama.

—La nieve está bastante firme y no hay tanta como ayer, o días anteriores ¿Tienes calzado?

—Unas botas estilo de montar, son de cuero, creo que no habrá problema si no estoy mucho tiempo afuera. Solo quiero salir unos minutos y estar segura que no quedaré sepultada bajó tres metros de nieve que helara todos mis pequeños husitos.

—¡Que exagerada! No serán tres metros, pero un metro seguro.

Melody tomó la taza con ambas manos y aspiró el delicioso aroma al café y sonrió al sentir lo fuerte que lo preparaba, este viejo sí que era bueno haciendo café.

—Tenemos que salir a recorrer los alrededores de la cabaña, sacar la camioneta y hacerla arrancar, revisar los generadores y la calefacción central, además se está acabando la leña seca y abajo está el resto.

—He visto pinos, puedo buscar algunas piñas para las chimeneas, funcionan bien como yesca. Además hoy me toca cocinar a mí, tulipán, quiero hacer un guisado en la chimenea. Bueno si es posible.

Ambos acabaron el desayuno, sólo quedaba un poco de jugo en el vaso de Jonas, que lo miró pensativo. Aún le daban vueltas en la cabeza las palabras que esa joven le había dicho ayer y ahora lo llamaba tulipán. Será que... ¿Será que era posible sacar lo mejor de todo el infierno que había vivido, o como ella le había dicho "su invierno". Hasta ahora había logrado salir de su alcoholismo, aprendiendo lo malo y lo bueno de su adicción a la bebida y tomando a tiempo la decisión correcta. Según las palabras de esa pequeña mujer de ojos alegres, todavía estaba a tiempo para sacar lo mejor de si

Por ti, amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora