- 20 - Cajas rosas y hospitales

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Jonas daba vuelta por la sala mientras Meli estaba sentada en el sofá con la caja en las manos como si en cualquier momento las letras y números que contenía fueran a cambiar de significado o simplemente desaparecer.

La caja rosa y blanca se burlaba en sus manos como una triste y graciosa broma de San Valentin, las instrucciones eran las mismas para todas las marcas; hacer pis en el frasco o directamente sobre la misma prueba y esperar tantos minutos -depende- pero, en fin, todas decían lo mismo cuando fueron a la farmacia.

Melody la dejó sobre la mesa de la sala y se puso las manos en las rodillas, sentía como si en cualquier momento iba a despertar, tenía que hacerlo, ella no podía estar embarazada, no podía. Se llevó las manos a la cabeza para intentar tranquilizarse, por eso se sentía tan diferente, por eso comía cosas raras, por eso sentía los pechos pesados, por eso se le estaba inflamando el estomago por eso y por tantas cosas más que recién ahora les estaba prestando atención.

¡Si hasta un botón de su pantalón había salido volando cuando se sentó! Tenía barriga ¡tenía un bebé en la barriga...!

-Ven -dijo tomando su mano y sentándola en uno de los sillones individuales- Cálmate, sea cual sea el resultado lo solucionaremos juntos, somos adultos.

-Pero es que se suponía que era un anticonceptivo... yo nunca te pregunté si querías tener un bebé conmigo -dijo llorando, otra cosa más que no había notado, su extrema sensibilidad.

Jonas sólo se limitó a abrazarla para que descargara toda su angustia sobre él. Odiaba ser el causante de esa singular tristeza pero era algo que tenía que resolver, sacarse la duda de una vez por todas.

-Tienes que hacerte el test. Hoy o mañana, no importa, pero es una duda que tenemos que sacarnos.

-Pero es que tengo miedo.

-Yo tengo más miedo que tú -dijo secándole las lágrimas con extrema dulzura-. Mi amor eres tú la que va a poner el cuerpo para que otra vida habite en el. No cualquier bebé; mi bebé...

Ella sollozo ¿por qué tenía que hablarle de esa manera? ¿Por qué tenía que ser así de dulce? No podía razonar de manera coherente cuando le hablaba de esa forma le secaba las lágrimas, aun cuando sus ojos también estaban llenos de ellas.

-Tu cuerpo es el recipiente más sagrado del mundo, no sólo ahora -dijo posando una mano en su vientre- sino siempre. Es el hogar de nuestro bebé. Pase lo que pase será para bien, si estás embarazada festejaremos que nuestro amor ha dado uno de los frutos más sagrados y si no te haremos un examen para vedo está bien y discutiremos sobre lo de formar una familia.

Melody suspiró y se puso de pie decidida a hacerse el test, pero no pudo ni llegar hasta el baño.

Jonas se puso de pie cuando el médico de guardia se acercó a él.

-Jonas

-Alfredo ¿cómo está?

-Dormida por ahora, el golpe en la cabeza no es nada serio, las TAC son favorables, solo un susto, lo demás te explicara mi amiga que sabe más del tema -sonrió y le dio una palmada- Felicidades.

Jonas se acercó al consultorio y golpeó, un suave «Pase» le indicó que podía abrir la puerta, la mujer del oro lado le sonrió y leyó unos papeles sobre el escritorio.

-Es el esposo de Melody. Ella está bien, todo esta normal, mi colega me habló de ella por eso te cité

La cálida sangre en la venas de Jonas se le volvió hielo en cero coma dos segundos ¿Qué era lo que estaba pasando con su esposa? Oh no... ¿será que este era el año de los embarazos múltiples? ¿cómo iba a hacer Meli en su primer embarazo y sin experiencia ocuparse de dos bebés ¿Y si eran tres? No... no sentía las piernas.

Por ti, amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora