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¡Hoy eran dos capítulos!
Melody sostenía las heladas mejillas de Jonas Keegan en sus manos. Él la miraba con los ojos más brillantes que nunca y sus manos se aferraron más a su cintura. Un mechón de cabello le cayó sobre la frente y Meli se lo recogió, Jon cerró los ojos atesorando la caricia de las suaves manos. El momento pendía de un hilo y ninguno de los dos se anima a emitir palabra alguna.
Jonas bajó su cabeza unió sus frentes.
—¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó en un tembloroso susurro.
Melody suspiró.
—¿Cómo hacerlo? Me olvidaste y cuando te volví a ver me odiabas. No sabía por qué. Me acusaste de robar a Tori y...
¿Cómo explicarle la historia? Jonas tenía la sensación de que si hablaba de eso ella, ella iba a ...
—Fue el cargo de conciencia. Era mentira, ningún empleado me robó a Tori, por estar borracho olvidé la puerta abierta y el pequeño escapó, las heridas con las que lo encontraste fueron causadas por dos mocosos drogados.
Melody acarició detrás de sus orejas y luego le paso los brazos por el cuello.
—Ver a Tori así de herido me recordó mi problema, el problema que no quería aceptar y tú me recordaste a alguien que... me recordaste que cuando estoy alcolizado pierdo facultades, control y parte de mis recuerdos.
—El alcohol es un inhibidor, Jonas, hacemos cosas que nunca haríamos y nuestra mente las borra.
Él la miró de una forma que hizo que el cuerpo se le estremeciera por completo. Tomó sus manos y las besó.
—¿Te hice daño? ¿Te lastimé? —pero la voz se le entre cortó— ¿Te vio...?
Melody le tapó la boca con la mano ¿cómo se le ocurría pensar algo así? El jamás le haría daño, ella lo sabía.
—No, Jonas. Me dijiste que jamás le harías daño a una niña. Además yo sabía que no lo harías.
—¿Por qué?
—No sé, solo lo sentí así.
Jonas retrocedió, pero le tomó las manos y se las llevó a la boca para besarlas; primero una, luego la otra. No podía dejar de tocarla, el contacto era esencial para él, porque su cuerpo lo buscaba.
—Pero te besé. Invadí tu espacio.
—Yo también besé —Meli sonrió— me aproveche de un hombre alcoholizado. Además Jonas... ya pasó. Mírate hoy. Mira lo que eres, lo que has logrado...
—Te he soñado tantas veces.
—Bésame y verás lo real que soy —lo desafió ella tomándolo del cuello de la campera— porque no creo que yo pueda resistir mucho tiempo sin hacerlo.
A Jonas se le aceleró la respiración, había encontrado a la cosita de los ojos oscuros, a su cosita luminosa, a la mujer que lo sacaba de sus más oscuras pesadillas.
Era ella.
La persona que menos esperaba.
Melody.
Con un beso hambriento le tomó y la apretó contra él, tan fuerte que pensó que se fundirían en cualquier momento, ella lo acariciaba, llenándolo de calor, volviendo a llenarlo de esperanza, de luz.
Se separó de ella, pero aún así sus ojos no dejaron de mirarla, en eso que ella seguía acariciando sus mejillas, limpiando unas gotas saladas, un rayo de luz iluminó esos asombrosos ojos azules.
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Por ti, amor
RomanceQuizá no la odiara tanto. Quizá solo la necesitara. Desde el primer momento hubo hostilidad, pero los sentimientos esconden otros más pequeños que suelen crecer sin explicación alguna. Mel era una persona con una gran fuerza, Jonas había perdido la...