- 26 - Voces a oscuras

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Maratón 2/3

—No dijiste que estaba embarazada —sintió que susurraban cerca de ella— Mira, parece que va a explotar.

El otro bufó.

—Él tiene que pagar.

—Pero no el bebé ¡Un bebé!

—¿Desde cuándo eres honesto? ¡Enamorarte de esa estúpida te lavó el cerebro!

—¡No te metas con mi chica!

—Tu chica... quieres pensar. Ese tipo...

—Hermano nuestra hermana pagó por sus crímenes, la mató una de las mujeres a las que le había arruinado la vida.

—Jonas Keegan la metió ahí.

—Sofía secuestro a Thalia y le hizo miles de cosas ¡Tu mismo la violaste! Y lo hiciste demasiadas veces, imagino que el bebé que la niña perdió era tuyo.

—Eso no me importa —dijo el tipo recordando lo delicioso del acto, luego se acomodó la entrepierna sintiendo la necesidad de hacer algo para apagar el fuego que se había encendido en el.

Su hermano lo miró, estaba enfermo y ya había perdido la cabeza por completo.

—Yo no voy a ser parte de esto —le dijo a su hermano— No quiero lastimar a esa joven, lleva a un bebé en su cuerpo. La familia es sagrada, los bebés lo son.

Se giró pero de pronto algo no estaba bien con él, fue sólo un segundo esa sensación ardiente antes de desplomarse en el suelo.

—Quita el cuerpo y déjalo en algún lugar cerca de la ruta, esto mantendrá entretenida a la policía y podremos hacer nuestras cosas.

La inconsciencia volvió al cuerpo de Melody y no pudo evitar dejarse llevar por ella. Tirada en un colchón sucio el mayor de los peña la miraba, era lástima que estuviera embarazada del maldito Jonas Keegan, le daba asco y no podría disfrutar del cuerpo de esa mujer.

Jonas, por otro lado, daba vueltas como león enjaulado, no podía creer lo que estaba viviendo, Michelle estaba al borde de la muerte y Andreas no tenía cabeza para otra cosa que la salud de su mujer, por ende Jonas le había dicho que si se movía del lado de la mujer se considerara como despedido, el griego le había sonreído y había tomado el auto para poder ir a cuidarla.

Nick estaba al tanto de la ubicación de su esposa, pero tenían que hacer las cosas bien, aun no se habían comunicado con ellos.

—Por favor Nicholas, no quiero que le hagan daño, no quiero que...

—No le van a hacer nada, la ventaja es que Meli está embarazada y las pulsaciones son estables, seguramente está dormida.

—¿Y si la drogaron?

—Seguramente lo hicieron, pero todo está bien.

Jonas Keegan no podía más con los nervios, sabían que era exactamente así como pasaría y Meli estaba arriesgando su vida para terminar con la red de drogas y trata más grande del estado de Texas.

—Tengo que llamar a sus padres.

Nick frenó a Jonas antes de que hiciera algo que podría causar un terrible error.

—Ellos aun no se han comunicado con nosotros. No hay que hacer ningún movimiento...

—Si fuera Eloise la que hubiera sido secuestrada tu...

—Estaría loco de miedo, pero piensa, todos los teléfonos de la casa están intervenidos, hay que esperar la llamada, dos horas más y se van a comunicar. Meli es la gallina de los huevos de oro para ellos.

Por ti, amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora