CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO

48 4 3
                                    

Dante había permanecido dormido la mayor parte del tiempo, habían pasado tres días en los que a veces despertaba por unos pocos minutos y dormía por horas o días anteros, su pecho dolía cada vez que veía cómo sus ojos se cerraban, él no quería que...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dante había permanecido dormido la mayor parte del tiempo, habían pasado tres días en los que a veces despertaba por unos pocos minutos y dormía por horas o días anteros, su pecho dolía cada vez que veía cómo sus ojos se cerraban, él no quería que nada le sucediera, aquellos días sirvieron para reforzar lo que ya sabía que sentía; él no quería separarse de Dante y, sobre todo, quería protegerlo del mundo.

El helicóptero había regresado, eran pasadas las cuatro de la mañana cuando Blake le ordenó a Cedric que comenzara a preparar a Dante para el viaje. Su corazón taladraba fuertemente en su pecho con la idea de que algo pudiera pasarle, el viaje iba a ser peligroso y seguramente iría de inmediato a una sala de operaciones, pero si algo sucedía en el camino y no lo lograba, apretó sus manos, el sudor cubría sus palmas mientras por su espalda bajaba el sudor frío de la desesperación.

James se mantenía observando desde un rincón de la habitación, las miradas entre Cedric y Blake lo incomodaban un poco pero no tanto como las que Blake y Riley compartían, lo ponían más allá de lo incomodo, de hecho, lograban asustarlo un poco.

— ¿Dante está bien para viajar? —cuestionó a Cedric.

— Debería ser un viaje tranquilo y sin riesgos, pero no puedo afirmártelo al cien por ciento, realmente, todo depende de cómo Dante aguante.

Un par de camilleros entraron a la habitación, los reconocía como parte del escuadrón médico que acompañaba al equipo de Blake algunas veces.

Se acercó a la cama cuando vio los ojos de Dante observando a su dirección, se veía aturdido por el sueño y quizás por el dolor, tomó su mano y acarició con cuidado sus cabellos.

— Está bien, ¿Sí? Iremos a un lugar seguro, sólo descansa y aguanta.

— Tengo sueño —murmuró Dante, su voz vacilante y ronca.

— Entonces duerme, ¿Sí? Estoy aquí.

Los ojos lentamente se fueron cerrando, le partía el corazón verlo así, ver que no podía hacer nada.

Blake había estado callado desde horas antes, lo había visto hablando en secreto con Riley mientras respondía su teléfono. Tan pronto como se acercaron al helicóptero, pudo sentir que algo estaba mal, que Blake no le había dicho todo, pero, aquello no le sorprendió pues sabía que aquella ayuda no era sólo porque Valentine tuviera buen corazón.

Los enfermeros acomodaron todo en el helicóptero para poder acomodar la camilla donde Dante descansaba, se veía tan en paz. Blake y Riley se mantenían cerca de él y James, este lo miró por unos segundos pero aquella mirada bastó para decirle que estaban pensando lo mismo.

— Ustedes esperan aquí —anunció Blake quien se veía calmado, como si nada le perturbara, como si estuviese muy seguro de que nada iba a pasar.

James dio un paso adelante, pero Riley lo encontró en el camino, ambos, aunque anteriormente parecían estar en paz, ahora se veía como si fuesen por la cabeza del otro en cualquier momento.

Mi salvación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora