Capítulo 9

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Ya habían pasado dos horas desde que habían llegado los chicos al puerto y Kara les había ido a recibir, di un pequeño grito mientras recordaba que ella emocionada me había dado un efusivo beso y con la misma emoción salió a ver a los chicos. Dios mío, qué pena, no sabía cómo la miraría a los ojos.

Esperando a que alguien respondiese la radio, sentía como mis párpados tenían ganas de caer, pero me fui directamente a la cama del mi cuarto, pero no lograba dormirme, algo me incomodaba, posiblemente el hecho de que no sabía nada de nadie del golpe por dos horas y mi preocupación era más grande que mis ganas de dormir.

Alguien tocó la puerta de mi habitación y le abrí, pero la luz del pasillo que estaba encendida hizo que cerrara mis ojos de golpe, pero me taparon los ojos para evitar que la luz le siguiese dando a mis ojos que ya se habían acostumbrado a la oscuridad del cuarto.

—¿Ya estabas dormida?— Me preguntó Kara mientras apagaba la luz del pasillo y entraba a mi cuarto.- Perdóname si te levante.

—Ni siquiera me he podido dormir porque he estado pendiente de la radio para ver si decían algo.— Dije mientras me talaba mis ojos y regresaba como una autómata a la cama y me cubría con la colcha cómoda y esponjosa que la cama tenía.

—¿Puedo dormir contigo?— Pregunto Kara susurrando mientras sentía como levantaba la colcha.— Ya me he cambiado de ropa por una para dormir.

—Entra.—Le dije mientras me podía de lado en el costado izquierdo de la cama, el que estaba pegado a la única ventana del cuarto.— ¿Cómo ha quedado todo al final?

—Les he pagado a todos su parte y Tom ya ido a llevar el cargamento a otro lugar en donde lo procesaran para convertirlo en paquetes y dárselos a los distribuidores correspondientes—. Dijo Kara mientras la sentía como se removía en la cama.— Tienes que dormir temprano , mañana tienes escuela.

—Quiero llegar un poco más tarde, para dormir un poco más que si no voy a estar como un zombie en la escuela.— Le dije a Kara mientras me volteaba a verla y ella también se volteó.

—¿Te agrada Joshua?.— Preguntó de la nada Kara mientras ella se cubría con la colcha todo el cuerpo menos la cara.— Siento que no le tienes confianza.

—No le conozco.— Le dije la verdad mientras sentía como Kara me iba quitando poco a poco la colcha de mi cuerpo.— Pero veo que tú le tienes mucha confianza.

—Te voy a contar una historia sobre mi.— Dijo Kara susurrando mientras sentía como se acercaba.- Y que te sirva también como cuento de cunas, porque mañana tienes escuela y llegara Tom temprano.

—Hasta crees que me voy a dormir escuchando algo tuyo.— Le dije sin querer a Kara pero después me di cuenta de lo vergonzoso que acababa de decir y traté de rectificarlo.— Bueno es que la verdad no te conozco. Y estás haciendo mucho por mí.

—No te preocupes por eso.— Dijo Kara mientras susurraba y me comenzó a contar la historia.— Esto va un poco antes de que yo naciera, mi madre que se llamaba Jessica conoció a sus dos mejores amigas de toda la vida Rosa y Erika, Erika era la madre de Joshua, ella era muy enfermiza, pero solíamos reunirlos las tres mamás y los tres niños, nosotros siempre tuvimos una gran amistada tanto como nuestras mamás, hasta que la mamá de Joshua murió y el quedó huérfano, mi mamá lo tomó como su hijo y ambos crecimos juntos como hermanos, por eso le tengo mucho cariño.

—Pero eso no explica por qué tienes años de no verlo.— Le dije a Kara quien me decía que tenía razón mientras me quitaba más colcha.— Oye no me quites tanto que no me puedo cubrir.

—Perdona.— Kara dejó de cubrirse en su totalidad y solo se cubrió hasta la cintura.— Hace tiempo cuando robé mi primer banco, a Joshua y a mi nos tocó el tema de abrir la cámara acorazada de ese sitio pero la bomba de tinta de la cámara se activó dejando todo el dinero inservible, ese atraco fue un fracaso. Él y yo nos escapamos fuera del equipo, pero al final me atraparon a mí , él logró escapar , le dije que desapareciera y lo hizo. Durante dos años enteros trabajé como asesina a sueldo para poder pagar esa deuda del banco al hombre que me contrató y en cuanto terminé me salí de allí.

—¿Y cómo crees que ha logrado dar contigo?—Pregunté con curiosidad mientras me cubría por el frío que provocaba el aire acondicionado.

—No es como que me esté escondiendo exactamente.— dijo Kara mientras sentía como se acercaba a mí.— Pero acabamos de llegar, posiblemente me ha estado siguiendo el rastro desde hace tiempo, pero te tengo que hablar de algo.

—¿Qué ocurre?— Pregunté preocupada porque ella habló un poco más seria que el tono suave que tenía.

—Me iré por al menos tres días.— Dijo Kara mientras deslizaba uno de sus dedos por mi brazo, de arriba debajo de forma lenta.- Pero quiero que salgamos a ver una plaza que acaba de abrir en cuanto regrese, ir al cine que tiene un montón de tiempo que no voy, ¿quieres ir conmigo regresando?

—Claro que sí—. Me acerqué a ella mientras ella se acercaba más mientras jalaba la colcha.— Si vuelves a dormir aquí y me quitas otra vez la colcha no te voy a dejar dormir aquí otra vez.

—Está bien.- Dijo ella mientras me soltaba más colcha pero la sentí que se pegaba.— ¿Puedo abrazarte?

Simplemente le susurre que si, en los muchos años que llevaba en el trabajo luego en las noches cuando eran los últimos turnos algunos hombre se dormían y se me pegaban, me daba tanto asco, pero esto era diferente, sentía una sensación de protección y sin nada que me molestara, sentí como mis párpados pesaban más y quedé rendida con unos brazos abrazándome.

Al despertar, observé que estaba caminando por una acera, iba por un grupo de personas, pero todos eran hombres, estaban sin caras y a un lado mío se estacionó un carro que me jaló y sentía como me agarraban varios hombres, tenía miedo, me sentía exactamente cuando me secuestraron, vi como Rocco estaba con la cabeza ensangrentada y me escupió un gargajo con sangre mientras me decía: ¿Creíste que te escaparías de mí?, regresarás a trabajar y pagarás el dinero que no has producido.

Me levanté de golpe, sentía como estaba sudada, toque mis pómulos y sentía líquido, eran lágrimas, Kara se levantó también de golpe, y me abrazaba mientras me acariciaba el pelo, y me repetía que todo estaba bien, alcancé a ver el reloj, eran las seis de la mañana, tenía clase pronto, tenía que apurarme, pero me sentía relajada en los brazos de Kara. A quien parecía haber despertado, ella se levantó mientras se despedía de mí, diciéndome que volvería en pocos días, me dio un beso en la mejilla y salió de la habitación dejándome en la cama, mientras me limpiaba las lágrimas de la pesadilla que acababa de levantarme.

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