Capítulo 60

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Había pasado una semana desde aquel atraco a la joyería y las joyas que ya habían vendido y cada quien recibió su parte del trabajo con un merecido importe que superó el esperado dedido a yodas las jotas que alcanzamos a robar.

En ese momento me encontraba en la habitación de Kara mientras tomaba el edredón para cubrirme, ya que habíamos dejado el aire acondicionado y hacia frío en la habitación, observé que Kara estaba descansando plácidamente a un lado mio con su espalda desnuda y me acerqué a ella para darle un beso, escuché como soltó un quejido y se removió un poco.

—Cierra la ventana—. Dijo Kara en un tono ronco mientras jalaba el edredón dejándome destapada.

Simplemente busqué en la habitación por mi camisa que me llegaba a los muslos mientras me la ponía y caminaba en dirección a cerrar la cortina, cuando la cerré, escuché un quejido que soltó Kara y me senté en la cama a un lado ella que  estaba boca abajo mientras su cabello tapaba su rostro.

Moví su cabello hacia el lado contrario y observé su perfil con detenimiento, no me podía creer que aquella mujer me tenía prácticamente a sus pies si ella quisiera, pero ella parecía saberlo y solo usarlo cuando le convenía, simplemente le di un beso en una de sus mejillas y la vi esbozar una sonrisa.

Me senté y comencé a revisar mi celular observando que Alexis me había enviado la invitación de la boda arreglada a la que estábamos invitados los chicos, con quienes tenía que hablar del plan para ver quien era el que estaba pasando al información. En la boda que sería en un salón privado, muy caro por cierto, cortesía de uno de los padrinos de bodas.

Seguía sintiéndome mal por Alexis, pero parecía que la decisión ya estaba hecha; y no retrocedían en el proceso que estaba a punto de culminar con aquella fiesta, le mandé un mensaje a Alexis que se tranquilizara y que estaríamos para apoyarlo pasara, lo que pasara.

Sentí como Kara se pegaba a mi y me abrazaba por detrás mientras la escuchaba soltar quejidos mientras se retorcía y movía. Ella colocó sus manos alrededor de mi cintura y las dejó allí mientras colocaba su cara en uno de los espacios de mi cuello.

La escuchaba respirar con más frecuencia, ya no estaba dormitando, parecía estar despierta, escuché como sonó el teléfono de la casa y me levanté ante los ruidos que hacía Kara para evitar que me parara, pero lo terminé haciendo para ver quien era el que de encontraba llamando.

Era Joshua quien se encontraba fuera así que lo invité a pasar; el me dio una especie de mirada pícara mientras le decía que tenía que ir arriba para resolver un asunto, pero que se pusiera cómodo, él se sentó en la cocina.

—Dile a Kara que es algo urgente—. Casi gritó Joshua debido a que ya estaba a la mitad del camino en dirección a la habitación de Kara.

Subí a toda velocidad en donde estaba Kara sentada recargada en la cabecera mientras, la veía leer algo desde su celular.

—Ven—Dijo Kara con una voz ronca que casi me hizo tropezarme y con una mirada totalmente desvergonzada, le dio dos golpes a la cama indicándome en donde quería que me pusiera.

En cuento me senté ella comenzó a jalarme de tal forma que quedé encime de ella mientras le daba varios besos por todo el rostro mientras ella comenzaba a reírse, comenzó a colar sus manos por la camisa que me llegaba a los muslos mientras comenzaba a masajear mis piernas.

—Joshua está abajo—. Dije mientras comenzaba a sentir como sus caricias hacían cierta presión en mi centro—. Dice que es urgente.

—Eso puede esperar—. Dijo Kara a unos centímetros de mi rostro mientras jalaba mi camisa, levanté los brazos ayudándola y dejé mis pechos al aire mientras ella tomaba uno con su boca.

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