Capítulo 36

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Ya llevábamos 2 rondas y la multitud se había acercado a observar el espectáculo estrafalario que estábamos formando entre los cuatro y que los dos hombres que estaban con nosotros se sumaron a las locas apuestas apuestas que estábamos haciendo, en la primer ronda, sacamos a uno de los hombre quien nos agradeció su tiempo pero ya se tenía que ir por que no tenía más dinero que apostar, y simplemente quedamos cinco en la mesa mientras Eric pedía que alguien más se uniese a nosotros pero todos estaban expectantes, posiblemente antes sus ojos parecíamos apostadores compulsivos y ese era exactamente el efecto que pretendíamos tener en aquel lugar.

Aposté tres cuartas partes de mi dinero que había ganado teniendo 21 puntos pero los chicos igualaron las apuestas, en este punto el hombre se dio cuenta que tarde o temprano perdería el poco dinero que había ganado en rondas anteriores en su estancia en el casino por lo que se levantó a la mitad de la ronda deseándonos suerte, y con eso ya estábamos solo nosotros.

Observé el reloj del crupier y ya era la medianoche, en ese instante las máquinas del casino comenzaron a sonar y sacar dinero como si hubieran ganada el gran premio haciendo que perdiéramos la vista de todas esas personas que me miraban con mucha curiosidad, cada una de las máquinas de apostar se habían vuelto locas, todas estaban sacando dinero por sus ranuras, los hombres de seguridad comenzaban a correr a varios sitios perdidos sin saber que hacer mientras hablaban por sus comunicadores.

—Chicos tenemos un problema—. dijo Leo por el comunicador mientras veía como las personas recogían el dinero de las máquinas de apuestas que él había activado—. Están revisando las cajas de dinero por no sé que problema de contabilización hubo, alguno de ustedes tiene que ir para evitar que vean a Joshua, rápido.

Eric se paró mientras decía que se sentía mal y tenía que ir al baño y salió corriendo, posiblemente él le estaba dando instrucciones de a donde tenía que ir, Jan se veía estresada, si algo salía mal en este plan  que no podía tener margenes de errores, todo el plan se iba por un caño, seguimos haciendo nuestras apuestas entre Jan, Michael y yo, pero con menos intensidad debido a que ya no eramos el foco de atención. 

Estuvimos durante varios minutos sin saber nada más lo que veían nuestros ojos, me estaba preocupando, pero observé que después de un rato que todos los que estaban en el casino habían agarrado dinero de las máquinas todo volvió a la normalidad en unos cuantos minutos haciéndome notar que no había nada extraño, posiblemente estaban haciendo las cosas bien por su lado.

El plan era que una vez que las maquinas de apuestas hubiesen sacados los premios gordos se sacaría el dinero por el pasillo del hotel que correspondía a lavandería, pero para sacar el dinero, Joshua tenia que estar desde dentro de la cámara acorazada, desactivar los diversos sensores que esta tenía en su pasillo para evitar los robos y salir con el dinero de la cámara siendo llevados en los carritos de lavandería en los que se transportaba las mantas y toallas del hotel.

—Joshua está dentro de la cámara—. Nos avisó Leo por medio de los intercomunicadores—. Joshua tienes 3 minutos antes de que suene la alarma interna.

Mientras tanto Eric regresó a la mesa mientras seguíamos apostando los cuatro como desquiciados y siendo vistos por crupier con cierta diversión; pensaba que esos empleados veían a gente que de verdad eran apostadores compulsivos perder grandes cantidades de dinero, peor había algo que me estaba molestando, lo sentía en mi cuello, como un picoteo constante, algo estaba pasando que se me estaba pasando.

Observé como íbamos en el tema monetario, yo contaba con un poco más de lo que comencé, al igual que Michael, el monto de Eric no se movió ya que fue a ver lo del inconveniente de Joshua pero al observar el monto de Jan, pude ver que era lo que me estaba molestando, ella conforme avanzaban las apuestas comenzaba a perder dinero, pero el problema es que estaba apostando demasiado dinero, y así seguimos por al menos cuatro rondas hasta que me di cuenta que si seguía con ese estilo de apuesta tendría que salirse en menos de tres rondas, y se suponía que ella quedaría conmigo apostando hasta el final.

Me rasqué la oreja en dirección a Eric quien sabia que la señal a interpretarse era "Tienes que apostar" el igualó la cantidad que Jan estaba poniendo, pero me di cuenta de algo, ella ya estaba extasiada apostando, tenía miedo, sabia que las cosas se podían salir de las manos si ella no se limitaba, ella era un verdadero demonio apostando, no le importaba si ganaba o perdía; lo importante era apostar.

Jan ganó esa ronda pero tenia miedo por lo que tuve que decir aquella palabra que habíamos acordado en las clases intensivas que esa mujer nos había dado: "apostar" tenia que usar esa palabra en una oración para hacerla entender, pero observé todo lo que apostó, apostó todo lo que tenía en ese momento, y el problema fue que los tres igualamos la apuesta y Eric ganó esa ronda.

—Apostar en exceso es malo, ¿sabe?—. Le dije a Jan quien prácticamente me ignoró y le pidió a uno de los empleados del lugar más fichas.

Los tres mirábamos a Jan tratando de hacerle llegar nuestro mensaje por medio de ondas cerebrales, por que parecía que no entendía, su cerebro estaba en otro lugar en donde nosotros no podíamos llegar, se encontraba emocionada. Él problema aquí era que no podíamos hablar con cierta comodidad sería que ya nos conocíamos y perderíamos esa ilusión de ser extraños.

—Apuestas empiecen a evacuar—. Dijo Leo mientras Michael se levantaba alegando una buena partida y buenas noches a todos en cuanto se escuchó la voz de Leo sonar en los chicharros que teníamos en el oído—. El dinero ya está dentro de las camionetas y ya se están yendo del casino, se logró, ahora a reunirnos en punto alfa.

Eric terminó apostando todo haciendo que Jan ganase la apuesta y recuperara lo que había perdido, el al perder se levantó con un enojo actuado que parecía tan verdadero mientras salía gritando palabras soeces hasta la puerta del casino.

Después de unas cuantas rondas jugadas con Jan quien parecía haber vuelto a la cordura por que ya no apostaba  forma estrafalaria, decidí que era tiempo de irme, por lo que fui dejar las fichas y pedir que se me devolviera en forma de efectivo y salí con unos cuantos miles en mi bolsa de mano que había cargado para el evento.

Me dirigí hacia la entrada en donde me esperaba un taxi que Joshua lo estaba manejando y dimos una vuelta a la manzana mientras le preguntaba a él que era haber estado encerrado por varios minutos por una caja mientras esperábamos hacer un despiste. Después pasamos  por Jan quien estaba esperando a que pasara el taxi que no sabía de donde lo habían sacado, pero se había logrado hacer el robo.

Llegamos a una pista privada en donde estaba el jet privado de Kara en donde nos subimos todos y metimos la carga del dinero, entramos Jan, Eric, Michael, Joshua, Kara, y yo mientras Tom manejaba el jet para regresar a los Los Ángeles; comenzamos a celebrar con una botella de champagne que tenia Kara en su pequeño refrigerador y saco varia copas para celebrar que el plan había sido un éxito.

Después comenzamos a contar el dinero y dividirlos en montos de cien mil dólares. Se logró recaudar treinta millones de dólares en puros billetes, andábamos todos muy felices, pero después Kara comenzó a hablar con Jan pero yo estaba allí escuchando.

—Leo me dijo que no dejaste de apostar incluso cuando Juls te dijo la palabra de seguridad—. Dijo Kara totalmente seria mientras Jan le respondía divertida pero al ver que ella no sonreía ni se reía, se puso seria también—. Hubieras tirado el plan por la borda de no haber sido calculadora en esto, te dejaste llevar por el gusto de las apuestas. Si hubiéramos salido un minuto más tarde hubiéramos perdido suficiente dinero que sería restado de tu parte.

—Pero eso sería restado de mi parte—. Jan le levantó la voz mientras Michael y yo veíamos como Kara se le marcó la vena del cuello mientras le pedía a regañadientes que no le gritara—. Yo simplemente estaba apostando.

Kara comenzó a regañar a Jan quien lucía como un perro llorando bajo la lluvia, triste y con unos ojos saltones que te llenan de una culpabilidad inmediata, pero Kara la estaba regañando , ese era el punto fuerte pero también la debilidad de Jan; las apuestas compulsivas , ella posiblemente ya sabía eso, pero incluso quiso entrara al robo en donde nos tocaba una buena parte del robo; ya con esto tenía suficiente dinero para vivir varios años si necesidad de laborar en ningún lugar; pero de momento yo no deseaba eso, yo tenía una charla pendiente con Kara quien llegó y comenzó a felicitarme de que mi plan si había logrado convertirse en verdad



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