Capítulo 69

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Eso de viajar mucho era realmente cansado, me sentía agotada, pero ya estábamos en el plantel del universidad de Sydney en donde se encontraba mi hermano, según los reportes que le habían llegado a Kara mi hermano se encontraba estudiando letras, junto a idiomas, además que tenía una beca de calificaciones que le permitía tener un beca completa y habitaba en una de las hermandades que tenía la universidad, que era enorme, pero el informante que Kara había contratado había logrado seguir la rutina que realizaba mi hermano para que tuviésemos una idea de en donde encontrarlo.

En ese momento nos encontramos en las áreas verdes en donde había muchos estudiantes sentados en el pasto mientras se relajaban, algunos se encontraban tocando guitarra, otros cuantos cantando, o leyendo con audífonos, o simplemente platicando entre ellos, buscaba con mi mirada a mi hermano, aunque me encontraba temerosa por como habían salido las cosas con mi madre, al menos me esperaba que con mi hermano las cosas fuesen diferentes.

Observé que venía un grupo de universitarios que se estaba riendo a todo volumen por que alguien posiblemente estaba diciendo bromas y observé una cara similar que se sorprendió al verme, su cara había cambiado un poco, ya no tenía aquellos cachetes regordetes que solía apretar cuando estábamos jugando y también ya no era más pequeño que yo, llegó corriendo y me abrazó mientras me levantaba del suelo realmente emocionado.

—¡No puedo creer que seas tú!—. Gritaba emocionado Marco, me alzaba y me abrazaba con fuerza mientras yo lo recibía de la misma forma—. Mamá me había dicho que habías muerto, tuviste un funeral y todo.

Esa mujer había sido realmente una mujer tan cínica de haber armado tal funeral falso para que la gente dejase de buscarme y que yo me pudriese en aquel lugar de donde Kara me había rescatado quien había olvidado completamente que estaba conmigo, la reacción de mi hermano era la misma que esperaba si yo lo hubiese visto de nuevo.

—Realmente has crecido—. Le dije mientras acariciaba su rostro y limpiaba las lágrimas que rodaban por sus mejillas mientras el se cubría los ojos con sus manos tan pronto rompimos de abrazarnos—. Ya eres un universitario y todo.

—¿Cómo has estado?¿Qué has hecho de tu vida?¿Quién es ella?—. Señaló Marco mientras hablaba con la rapidez que me invadió de melancolía.

—Ella es mi novia, Kara Williams—. Kara le extendió la mano a Marco quien la jaló y la abrazó mientras Kara respondía amigablemente el saludo y posiblemente le estaba agradecida de no haber respondido igual que madre.

—Ella es muy guapa—. Me dijo Marco mientras me guiñaba con un ojo y se reía con aquella carcajada que siempre escuchaba cuando hacía alguna travesura, señaló a el grupo de amigos con los que venía, pero se despidió de ellos—. Iba a ir a comer con ellos por que acabo de terminar mi día, pero ahora tú eres más importante, vamos cuéntame que hiciste de tu vida.

Comenzamos a caminar en dirección a la cafetería de la escuela que era básicamente como una especie de restaurante en donde pidió una mesa para poder sentarnos todos y comenzar a platicar amenamente mientras esperábamos por unos cafés para poder estar dentro de la cafetería sin temor a que nos pidiesen que saliéramos del establecimiento por no consumir.

Comencé a contarle a él absolutamente todo, desde como había salido aquel día de la casa y con había pasado por todo , hasta ahora que lo había encontrado a él en aquella universidad en la que estaba por sus propios méritos académicos, él se mostraba muy sorprendido por todas las cosas que le había contado, posiblemente madre le había dicho algo totalmente distinto.

—Ya no hablaré con mamá—. Me dijo con una seguridad Marco mientras tomaba mis manos—. No puedo creer que haya sido capaz de hacerte algo así, no lo entiendo, no entiendo que pasó por su cabeza para hacer tal cosa.

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