"Tal vez no hicieron nada que no hubieran hecho con otros, pero es muy distinto hacer el amor, amando."
Isabel Allende
— Estoy lista, ¿nos vamos? dijo sonriente la rubia apenas miró a Alex. Se moría porque estuvieran a solas para besarla, tocarla y hacerle amor de nuevo.
— Pipes, podemos hablar antes — expresó Alex en tono triste.
— ¿Te pasa algo, mi amor? — susurró preocupada.
Se sentó junto a ella en las gradas de la entrada de su casa. La rubia observó que ni su abuela ni su hija estuvieran por ahí. Tomó la mano de Alex entre las suyas, la miró a los ojos y le sonrió.
— Te amo, Alex, gracias por hacerme tan feliz — susurró con brillo en sus ojos.
— ¿Te quedarás conmigo esta noche? — preguntó la periodista.
— ¿Tú quieres? — sonrió tímida.
— Quisiera tenerte todo el día conmigo, rubia bonita — le sonrió tiernamente.
— ¿Qué me ibas a decir?
Alex sacó aire de sus pulmones y se quedó unos segundos en silencio.
— Mi esposa... — la rubia quitó de inmediato la sonrisa de su rostro — ella... me amenazó con no publicar mis artículos y despedirme si no me voy en una semana — miró con tristeza a la rubia.
— ¿Qué? — Piper tragó saliva y empezó a negar con la cabeza nerviosa por lo que decía Alex.
— Calma, mi amor — Alex apretó su mano que aún seguía entrelazada con la de Piper — no te voy a dejar, solo está enojada porque ya recibió los primero tramites de nuestro divorcio — le sonrió levemente, al menos había una buena noticia en medio de toda esa tensión.
— Pero, Alex... ¿tu trabajo? — la rubia tragó saliva un poco afectada.
— Ya le envié una copia de lo que ella dijo a mi jefe, y sí, evidentemente, mi espo... Artesian, mandó a cancelar la publicación de mi reportaje, pero ya lo están arreglando, quería que lo supieras — Alex se quedó viendo a la nada unos segundos y suspiró — necesitaba hablarlo, estoy... harta de ella, Dios, ni estando lejos deja de joderme la vida — exclamó con los dientes apretados.
Piper de nuevo se cercioró de que nadie las viera y besó tiernamente la mano de Alex.
— Alex, ahora estamos juntas, yo no voy a permitir que lo que diga o haga esa mujer te deprima, amor está iniciando nuestra felicidad — la animó sonriente — esperemos que todo se arregle allá, no quiero que te vayas — le dijo mirándola con sus ojos brillantes.
— ¿Tú crees que me quiero ir? ¿Ahora que ya sé que me amas, como yo te amo a ti y que probé tu riquísimo coño? — la rubia se sonrojó al instante observando que no hubiera nadie cerca.
— ¡Alex, eres muy sucia! Y se supone que estabas triste — rodó los ojos la rubia — pero, me encantas así — se mordió el labio inferior — quiero hacer muchas cosas contigo, ¿es normal que solo te vea y quiera hacerte el amor? — cuestionó coqueta la rubia.
— Yo quisiera nalguearte ahora mismo mientras me como un par de uvas, ¿No se te antoja a ti? — preguntó con seriedad Alex — Y no sé qué es normal, pero a mi me encanta que seas una rubia bonita muy caliente — empezaba a meter su mano en el vestido de Piper, pero ella la detuvo recordando donde estaban.
— ¡Aquí no, Alex! Amy puede estar por ahí. Aunque... yo en realidad — la rubia se pasó la lengua por los labios y miró hacia los pechos de Alex — tengo ganas de tener tus pezones en mi boca — susurró.
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LLEGASTE TÚ
Fiksi PenggemarPiper, una mujer de pueblo, descubre un nuevo mundo cuando conoce a Alex, una periodista llena de vida y aventuras. Una atracción irresistible las une, pero ¿podrá Piper dejar atrás su vida estable para vivir una pasión intensa?