"Que la vida no vaya más allá de tus brazos.
Que yo pueda caber con mi verso en tus brazos,
que tus brazos me ciñan entera y temblorosa
sin que afuera se queden ni mi sol ni mi sombra"
Dulce María Loynaz
La rubia logró salir de la plaza llena de personas, buscó desesperada hacia todos lados al amor de su vida, su corazón vibraba desesperado al no verla. Corrió por los alrededores para lograr alcanzarla, pero no había rastro de ella, entonces decidió correr hacia su cabaña donde seguro estaba empacando sus cosas.
Corría por las calles de su pueblo como nunca lo había hecho, no le importaba quien la viera, no importaba lo que pensaran de ella, su único objetivo era sacar de su pecho lo que sentía antes de que ella se fuera. Su cuerpo le pedía parar, pero no mente no se lo permitía, sonrió contenta al ver a Charlie venir en su bicicleta, el chico frunció el ceño al verla correr sonriente hacia él.
— ¡Ay, porque me ves así! Lo siento, querida no eres mi tipo, bye — dijo el chico cuando pasó a su lado y siguió su trayecto.
— ¡Charlie! — parloteó molesta — ¡Ven aquí, ahora mismo!
— Lo siento, estoy molesto contigo, soy Team Alex — comentó a Charlie a cierta distancia.
— Se trata de Alex, dame tu estúpida bicicleta — le exigió en tono molesto acercándose a él.
— ¡Ey, como te atreves! Es mi bicicleta y Nicky me está esperando con...
— Dile a Nicky que lo siento — se montó en la bicicleta y se fue apurada.
Sus piernas no paraban ni un segundo, observaba a los lados de la carretera los viñedos nutridos de uvas, sonreía triste recordando lo mucho que le gustaba pasearse por ahí a Alex, el primer beso que se dieron, las confesiones que se habían hecho en ese lugar, ese olor a uvas que siempre le recodarían la mujer que amaba. No tenía la certeza de que se iba a quedar, continuaba pensando que eran muy diferentes y que el futuro juntas era incierto, pero se iba a permitir hacer una locura por amor.
Tiró la bicicleta a unos metros de la cabaña y continuó corriendo desesperada por verla, por hablarte, por tocarla, por ver sus ojos, su rostro que era su felicidad.
— Al... Alex... Ale... — exclamó con la respiración agitada sin fuerzas para hablar, sudando, cansada, se dejó caer sobre las gradas de la cabaña.
— Piper... — salió con los ojos inflamados de llorar por ella — ¡Por Dios! ¿Qué haces aquí... y así? — se arrodilló a su lado al verla casi desfallecer de cansancio, la rubia la miró a los ojos con tristeza.
— ¿Te vas a ir? — exclamó casi sin poder hablar de cansancio.
— Sí, me voy, no tengo nada que hacer aquí — soltó nostálgica — mira cómo estás, ven conmigo, tienes que cambiarte, tomar agua.
— No, no me voy a mover de aquí hasta hablar contigo — expresó con voz entrecortada.
Alex se cruzó de brazos y resopló irritada — ya no tengo nada que hablar contigo, está claro lo que elegiste, yo me voy de este maldito pueblo — soltó con los dientes apretados.
— No, no te vas ir — Alex la miró con el ceño fruncido — no te vas al menos que sea conmigo. Te amo, te amo y quiero estar contigo, solo contigo — se puso sus dos manos en el rostro e inició a llorar amargamente.
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LLEGASTE TÚ
FanfictionPiper, una mujer de pueblo, descubre un nuevo mundo cuando conoce a Alex, una periodista llena de vida y aventuras. Una atracción irresistible las une, pero ¿podrá Piper dejar atrás su vida estable para vivir una pasión intensa?