One and Only

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"El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen."

William Shakespeare

— Robert, amigo, ¿cómo estás? — dijo Alex al teléfono — Espero que hayas recibido, las botellas de vino que te envié.

— Oh, sí, son una maravilla, gracias Alex, es bueno saber de ti.

— Robert, necesito un favor.

— El que quieras, sabes que siempre puedes contar conmigo.

— Lo sé, querido, lo que pasa es que una amiga... tiene una fábrica de vinos y bueno quiere invertir en otros negocios —explicaba con entusiasmo — solo que antes quiere ver el estado de su empresa, tú... ¿podrías ayudarle con una auditoría? Pero tiene que ser como algo rutinario, de regulación o algo así...

— Vause, ya sé lo quieres, te conozco — sonrió el hombre.

— ¿Cómo se llama la fábrica? Y ¿cómo quieres que lo haga?

— Se llama Chapman Wine Company, está en la cuidad de Westfield, el administrador se llama Logan Thibault— observaba hacia todos lados para que nadie la escuchara —, pero él pasa muy ocupado de lunes a viernes, tiene que ser los fines de semana, si son varios estaría bien, mi amiga no tiene problema — se mordió el labio sonriente.

— Siempre es un placer hacer tratos contigo, saludos a tu amiga de Chapman Wine Company, son divinos sus vinos, espero que The Wall Street Journal diga cosas muy buenas de mi empresa.

— Tenlo por seguro, amigo mío — sonrió victoriosa y caminó hacia la casa de su amada novia con la tranquilidad de saber que no se estresaría en un tiempo pensando en que llegaría el esposo de la rubia.

Esa semana pasó de maravilla, mantuvieron como rutina ir a dejar a Amy al colegio, luego regresaban y Alex ayudaba a Piper en la elaboración de sus productos a base de uva, después cocinaban entre besos y caricias. Celeste a veces las sorprendía tocándose de más. Por la tarde trataban de pasar tiempo con la niña, pero la noche era solo de ellas, de sus deseos, su amor, podían ser pervertidas, cariñosa, sucias o todo a la vez.

— ¿Amor, puedes venir un momento a probar mi manjar? — pidió la rubia. Alex estaba sentada en una videollamada con Nicky y Charlie.

— Rubia bonita, estamos en horario familiar, te escucharon pedirme que te coma tu manjar — soltó Alex abrazándola por detrás.

— Me refería a este, Alex — movió la cabeza sonriente y le dio a probar en su dedo del manjar que estaba preparando.

Alex cerró los ojos y jadeó al probarlo — exquisito, mi amor, lo haces tan bien que quisiera...

— Alex, ¿podemos hacer mi tarea de Ciencias? — llegó de pronto Amy y ellas se alejaron un poco.

— ¡Hey, esa confianza! Las cosas se piden con educación, señorita — la regañó Piper.

— Sí hay confianza, Pipes — Alex se acercó a jugar con los ricitos de la niña — ¿verdad, Ricitos de Oro?

— Sí, Al, vámonos — la rubia suspiró contenta al ver a sus chicas irse.

Alex le ayudaba a hacer la maqueta de un bosque a la niña que estaba muy animada contándole que no le caían bien algunos de sus compañeros. La periodista se divertía haciéndole preguntas y dando su opinión sobre sus compañeritos.

— ¿Entonces crees que es mejor que no le hable a Camila y le diga August que ella se comió su borrador de Spiderman?

— Sería lo más correcto, además Camila no es tan buena amiga, me cayó mal desde que dijo que Eric se había hecho pipi cuando veían la película en Historia — dijo Alex muy interesada en el tema.

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