Some Kind Of Love

1.4K 120 223
                                    

"Me miras

noventa y nueve veces al día

como si yo fuera lo único que se interpusiera

entre la realidad y tus ojos,

me conviertes en tu filtro

y dices que a través de mí

el mundo se ve más bonito"

Elvira Sastre


Piper salió de la farmacia del pueblo, caminó un poco para comprar algunas vegetales frescos para llevar a su casa. Unas personas que también compraban la observaron con curiosidad, ella solo sonrió brevemente y continuó en sus compras.

— Fue muy fácil para la periodista esa que estaba en tu casa crear el caos en el pueblo y luego irse — le dijo una señora.

La rubia subió el rostro y la miró extrañada — ¿disculpe?

— Lo que escuchaste — agregó un hombre — la tal Alex Vause con la que paseabas por el pueblo provocó que vinieran a hacer auditorías al ayuntamiento y las fábricas, si nos quedamos sin trabajo será culpa de ella — dijo el hombre molesto.

Ella primeramente se sintió intimidada por la forma en que le hablaban esas personas y otras la quedaban viendo de mala gana.

— No le veo nada de malo que vengan a inspeccionar como están funcionando las cosas en el pueblo y ella va a regresar — soltó en tono tranquilo.

— Tú y tu abuela deberían saber a quién meten a sus propiedades — dijo una mujer.

— Mi abuela y yo no tenemos porqué dar explicaciones de nuestras decisiones, buenos días, señores — expresó con seguridad, cogió su bicicleta y se fue.

Alex había visto a Celeste y a Ricitos de Oro en el pueblo, entonces aceleró el vehículo que ahora tenía para llegar a la casa de su rubia bonita y poder darle todos los besos que había deseado los días que no estuvo. Eso la llevó a llegar gritando desde que bajó del jeep. La puerta se abrió, ella sonrió y caminó con rapidez, pero se paró en seco cuando el esposo de la rubia fue quien apareció.

— ¿Rubia bonita? ¿Por qué llamas así a mi mujer? — cuestionó cruzado de brazos y con el ceño fruncido.

Imbécil, ¿crees que me vas a intimidar con tu postura de machito estúpido? — pensó Alex y sonrió burlesca — porque es una rubia bonita — se encogió de hombros caminando hacia el hombre — ¿tienes algún problema con que las mujeres nos halaguemos entre nosotras? — elevó la ceja y también se cruzó de brazos frente a Logan.

— Ninguna de las amigas de mi mujer la había llamado de esa forma, eres una mujer...

— ¿Qué? ¿Qué soy? — preguntó a la defensiva.

— Estuve leyendo ese libro que le dejaste "Una Habitación Propia" — soltó en tono dubitativo.

— ¡Oh, que bien! Creí que eras muy masculino para leer — interrumpió con ironía Alex.

Logan se apretó el ceño con una de sus manos tratando de ser tolerante con la actitud de la periodista que parecía estarlo desafiando en todo lo que decía.

— Mira, Alex, está muy bien tu trabajo y que seas una mujer... no tradicional — Alex suspiró y empuñó una de sus manos al escuchar ese comentario absurdo — solo... deja de meterle ideas en la cabeza a mi mujer, sé que por tus libritos está cambiando y no solo ella, no sabes todo lo que has causado en el pueblo, provocaste que vinieran unas personas a exigir que les den trabajo a las mujeres, las mujeres de aquí no son como tú — le recalcó que era una mujer diferente y la sangre de Alex hervía de rabia, pero sabía tener control de si misma afortunadamente.

LLEGASTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora