LLEGASTE TÚ

I Would Die For You

"Amor es amar desde la raíz negra.

Amor es perdonar;

y lo que es más que perdonar,

es comprender...

Amor es apretarse a la cruz,

y clavarse a la cruz,

y morir y resucitar ...

¡Amor es resucitar!"

Dulce María Loynaz

Alex bajó el rostro un poco triste por el silencio enternecedor de la rubia, al mismo tiempo se sintió una idiota por querer presionarla, con esa actitud no estaba siendo diferente a su marido.

— Pipes, mi amor...

— Alex, si lo voy a hacer, claro que lo haré la interrumpió dejándola sorprendida — solo que... lo haré cuando yo lo crea conveniente.

— Oh, si... está bien, comprendo — soltó apenada Alex — Piper lo que dije no se trata de mí, ni es por mí, yo estoy a salvo aquí, mi esposa está lejos, me acosa a dario, pero no me importa — dijo con sinceridad — se trata de ti, Pipes, tú eres la que compartes la cama con ese imbécil, tú eres quien está siendo violentada emocionalmente por él.

— ¡Alex, no exageres! No es violencia, él jamás me haría daño — sostuvo la rubia moviendo la cabeza en negación.

La periodista sonrió con ironía y se apretó el cabello, ¿Qué era eso un retroceso? ¿Miedo, inseguridad de la rubia? Piper le había contado absolutamente todos los detalles de su discusión con Logan, la forma en que le habló y lo que había pasado en presencia de la niña. Para ella si era violencia psicológica, manipulación y tenía claro que no era algo reciente, sino desde que estaban juntos, él se aprovechaba de lo vulnerable que era ella.

— ¿Sabes? No quiero discutir contigo, mucho menos presionarte para que hagas algo, te amo, pero te quiero libre — expuso con firmeza Alex — te puedo llamar mía cuando hacemos el amor porque así te siento, pero sé que no soy tu dueña, yo no soy como él — le aclaró a la rubia que estaba escuchándola sin ninguna expresión — solo intentas ser valiente con la persona equivocada, Piper — se levantó de la cama y fue a ponerse su ropa.

La rubia se quedó sentada con la mirada baja mirando al vacío. No dejaba de recordar lo vulnerable que era su hija ante su padre, ¿qué pensaría la niña de ella si lo corría de la casa repentinamente? Alex estaba en silencio, regreso a su escritorio a continuar escribiendo. Minutos después sintió un abrazo por la espalda y un beso en el cuello.

— Tú eres todo para mí, quiero todo contigo, dejaría todo por ti, pero lo haré a mi ritmo, solo espero no perderte por esto —le dijo al oído.

— ¿Como me vas a perder? Si eres la mujer de mi vida y mi corazón te pertenece — sonrió levemente Alex mirando como ella se alejaba hacia la salida.

Esa noche cuando la rubia estuvo sola con su hija lista para dormir notó que la niña estaba seria, era muy raro en ella que siempre estaba sonriente. Se acercó a peinarle sus cabellos, pero ella desistió.

— ¿Qué pasa, cariño, porque actúas indiferente conmigo?

— Porque estoy enojada contigo y papá, él me dijo que tu prefieres estar con Alex y no con nosotros — la rubia suspiró molesta — seguro ahora tú me dirás algo de él y no lo quiero escuchar.