"Dulce como tu nombre, como un higo,
me esperas en tu amor hasta que arribo.
Tú eres como mi casa,
eres como mi muerte, amor mío"
Jaime Sabines
Alex abrió y cerró varias veces los ojos al escuchar las felicitaciones de Piper precisamente en ese momento.
— Pipes, insisto, si te sientes mal, es mejor que vayamos al hospital, no quiero que estés enferma — Alex sobaba la espalda de la rubia mientras vomitaba.
— ¿Sabes? Yo llevaba semanas pensando en organizarte una fiesta de cumpleaños, quería invitar a tus amigos, cocinar para ti y... darte un regalo muy especial.
Le confesó sentándose en el piso del baño recostada en la tina, Alex se sentó a su lado y le arregló un poco el cabello con mucha sutileza.
— Rubia bonita, para mi el regalo más especial es estar aquí contigo.
— Jamás imaginé que nuestra relación que era tan viva y ardiente iba a cambiar tanto — se lamentó la rubia con el rostro bajo — Dios, tú y yo éramos tan calientes y queríamos hacer el amor todo el tiempo, en todos lados — suspiró solo de recordarlo — sentía tu amor hasta en una simple sonrisa... pero luego todo se apagó.
— Piper, nada ha cambiado, yo te sigo amando, admito que fui una estúpida y te descuidé, pero no es una razón para dejar nuestra relación — besó su mano y le dijo mirándola a los ojos — luchemos por nuestro amor.
— Tu nunca te vas a deshacer de ella... — soltó dolida — y no tienes el valor de decirlo, Alex aún le temes, la ves diario en tu trabajo, hace lo que quiera contigo — el tono de la rubia era firme a pesar de que estaba sollozándose — ¿sabes? Yo... hice algo sin consultarte porque quería darte una nuestra de la confianza que te tengo — tragó saliva nerviosa y agregó — confiaba en que tú te ibas a separar para que estuviéramos libres las dos — sonrió triste — sin que nadie se estrometiera en nuestra relación, pero me equivoqué, tú no la quieres dejar — lloró mirándola con tristeza.
Alex tomó su rostro para limpiarle las lágrimas, besó su mejilla y la acarició con suavidad.
— ¿De que hablas? ¿Qué hiciste? Pipes, por favor no digas eso, si quiero separarme, yo te quiero a ti, solo a ti, mi amor — besaba una y otra vez el rostro de la rubia que continuaba triste sin decir nada — cree en mí, estoy haciendo lo posible para anular mi matrimonio, rubia bonita dejé la publicación de mi libro y posiblemente me despidan por venir por ti, no puedes decir que no confías en mí y en lo mucho que te amo, es injusto, yo siempre he tratado de que hablemos lo que nos aqueja — ahora era ella quien se sollozaba.
La rubia se levantó y volvió a vomitar, Alex se mostraba más preocupada al verla en ese estado. Le ayudó a sentarse de nuevo, compuso el cabello y acarició su rostro.
— ¿Pipes, vamos al hospital? ¿Comiste algo que te cayó mal? — preguntó preocupada.
— Alex... ¿aún no te das cuenta? — sonrió sorprendida.
— ¿Qué? ¿Pasa algo?
Tomó la mano de la periodista y la llevó a su barriga. Alex abrió los ojos y tragó saliva — este era el regalo... que quería darte de cumpleaños, vamos a ser mamás — sonrió con nostalgia.
Alex negó con cabeza varias veces, estaba nerviosa y la rubia empezó a llorar sentada en el suelo frío del baño junto a ella — perdóname si no lo querías de esta manera, estaba muy ilusionada y quería darte la sorpresa, fue antes de... lo que nos pasó — sonrió recordando su travesía — de hecho, fue el día siguiente del resultado de los análisis, no quiero que pienses que estoy haciendo lo mismo que...
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LLEGASTE TÚ
FanficPiper, una mujer de pueblo, descubre un nuevo mundo cuando conoce a Alex, una periodista llena de vida y aventuras. Una atracción irresistible las une, pero ¿podrá Piper dejar atrás su vida estable para vivir una pasión intensa?