|Annabelle|
Los días pasaron, y cuando menos lo pensé, el cumpleaños de Valerie llegó y luego el de Nancy. Era un sentimiento agridulce todo ello. Por un lado, estaba feliz de que mis niñas estén creciendo grandes y fuertes, pero eso quería decir también que casi otros dos meses pasaron en un abrir y cerrar de ojos y Kellan aún estaba lejos. Y sumándole a eso, estaba el hecho de que Nancy no quiso celebrar su cumpleaños en lo absoluto, y el porqué de ello era sencillamente horrible.
Después de todo, Declan me había llevado este mismo día hace un año atrás, y ella no lo había olvidado.
Y Nancy seguía pensando que algo ocurriría a pesar de mis intentos por convencerla de lo contrario, así que era por esa razón que pidió pasar todo el día y la noche conmigo, como si una parte en su interior le dijera que debía protegerme de aquel hombre malvado, como ella decía. Fue una de las noches más feliz y triste a la vez que he pasado nunca. Y mientras la abrazaba mientras dormía, esperaba que ese miedo desapareciera con el tiempo.
Sabía por experiencia que una espiga quedaría allí, azotando cruelmente la tranquilidad adquirida, pero al menos se podía aprender a ignorarla... vivir con ella. Yo le enseñaría eso, por supuesto. Daría todo de mí para que así fuera.
Con el tiempo también, Adam terminó por recuperarse del ataque de Serena, solo quedando una pálida cicatriz alargada y horizontal en el costado derecho de su vientre donde habían cortado para extraer la bala, como prueba de ello.
Y como pensábamos, la investigación en su contra por venta de drogas se llevó a cabo una semana después de que él saliera del hospital. Pero afortunadamente para nosotros, por lo que Adam le había confesado al detective Winchester, no pudieron vincularlo expresamente con nada puesto que las sospechas fueron disipadas con eso.
Sí, algunos dijeron que habían visto a mi hermano por allí rondando en los barrios bajos, pero sin más testigos a parte de una chica que en medio de su desesperación había acusado a alguien luego de dispararle, su credibilidad por el suelo, sin pruebas que mostraran que él vendía o que siguiera consumiendo drogas, todo llegó a un punto muerto y Adam pudo respirar tranquilo cuando la mirada vigilante de la policía se deslizó lejos de todos nosotros.
Así pues, mi hermano no fue a prisión, pero Serena sí y ella no dijo nada mientras la interrogaron y la llevaban a otro lugar para que esperara su juicio. No hablo de los negocios de su padre, ni dónde estuvo todo este tiempo, ni cómo obtuvo las fotos de las chicas a las cuales Declan asesinó. Solo nos quedaban conjeturas por hacer, una duda sumándose más a la pila que tenía en mi mente: como el paradero de los cadáveres de dichas chicas. Supongo que nunca lo sabría, y el peso de eso... sí, fue descorazonador.
Por otro lado, la relación de Adam y Chase aún seguía siendo tensa por todo lo revelado. Entendía a Chase, pero también a mi mellizo, así que decidí no intervenir a no ser que fuera estrictamente necesario. Pero a lo largo de las semanas, cada vez que los veía juntos, algo entre ellos parecía relajarse cada vez más, y supe que todo estaría bien. Tal vez me preocupaba demasiado, pero entendible porque siempre hemos sido unidos, nosotros cuatro, toda la vida y que eso dejará de ser era una idea terrible de concebir.
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PARAÍSO |Souls Fractured #3|
Romance|TERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA SOULS FRACTURED| 《Tan oscuro es el fondo, que no deja ver nada si no subes hasta el dorso del arco, en que la roca es más saliente.》|Dante Alighieri, La Divina Comedia.