|Kellan|
Tomando una profunda respiración vigorizante, pensando que debía hacer esto sí o sí, así me ganara una patada en el trasero, levanté mi mano y golpee la puerta color beige tres veces y de forma contundente, y esperé.
Esperar no era mi parte favorita, y menos cuando estaba a punto de hacer algo importante, pues me daba tiempo para pensar en lo que haría, como justo ahora. ¿Había hecho bien en venir aquí? Esa pregunta solo tendría respuesta cuando Adeline abriera la puerta frente a mí.
Cuando Annabelle me había contado, durante una noche de las tantas en que no podía dormir y para distraer mi mente, sobre sus visitas regulares a Evelyn en su tumba y luego sobre Adeline luciendo tan deprimida, supe entonces que tenía que verla. La mujer siempre había sido desagradable conmigo, lo cual era entendible porque ella quería que su hija saliera a citas con un joven y posteriormente un hombre con futuro, y no un vago con un trabajo cuestionable como yo lo fui en un pasado, pero eso no significaba que el sentimiento era recíproco.
Y luego cuando la desgracia barrió sobre nosotros, llegué a respetarla, porque nunca vi a nadie cuidar tan ferozmente a alguien como ella hacía con su hija. Para Adeline, Evelyn nunca fue su hijastra. No, ella siempre la adoro como si fuera suya, y eso era algo digno de admirar y a lo que yo no era ajeno.
Suspirando, apreté más el casco negro en mi brazo, porque me estaba comenzando a impacientar. Por otro lado, mi brazo ya no dolía y el cabestrillo había acabado olvidado y en el fondo del armario. Algo bueno porque de lo contrario se me hubiera dificultado manejar mi nueva moto, la cual había llegado hace poco. Miré sobre mi hombro, hacia la cosa estacionada en la calle junto a la acera. Josh había elegido la indicada, me dije, era estupenda, tan suave de manejar, y la razón por la que Annabelle estaba escandalizada y temerosa.
¿Quién iba a decir que mi chica tenía miedo de las motocicletas?
Ver su expresión de recelo cuando la vio por primera vez, y el agarre mortal que tenía en mi cuando la lleve a dar una vuelta, fueron de las cosas más divertidas que he presenciado en la vida hasta ahora.
Sin embargo, yo haría que confiara en mis habilidades de conducción, porque tenía planeados muchos viajes divertidos sobre esa Harley.
Antes de que mi mente pudiera divagar más lejos, la puerta se abrió finalmente, y la leve sonrisa que mostraba mi rostro se esfumo al instante.
Adeline se veía... sí, seriamente deprimida.
Su rostro estaba más blanco que el papel, sus labios agrietados y sus ojos, antes desafiantes y altivos, sin brillo. Incluso su cabello había perdido luz, recogido en un moño descuidado en la cima de su cabeza, ya no parecía tan lustroso.
Vestía una sudadera grande y ancha, una mancha de café cerca del cuello y otra de mostaza en el vientre, me indicaron que había estado usando esa cosa por al menos durante tres días.
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PARAÍSO |Souls Fractured #3|
Romance|TERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA SOULS FRACTURED| 《Tan oscuro es el fondo, que no deja ver nada si no subes hasta el dorso del arco, en que la roca es más saliente.》|Dante Alighieri, La Divina Comedia.