|Annabelle|
Un mes y medio después...
—Así que, ¿en dónde estás ahora?
Sostuve mi teléfono celular con el hombro, haciendo malabares para ponerle el seguro al auto sin dejar caer mi mochila y continuar la llamada. Y cuando lo hice sin causar un desastre, me di la vuelta y comencé a caminar por el aparcamiento para llegar a la academia.
Era muy temprano en la mañana, y el frío aire de la noche no se había terminado de disipar, aun si el cielo era de un bonito azul claro y sin nubes.
La voz amortiguada de Adam llegó a mí, la música y los gritos exaltados de fondo impidiendo que la conversación fuera fluida.
—De camino a Boise. Llegaremos esta noche para una pequeña presentación, y creo que nos quedaremos por otros dos días. Al parecer una estación de radio vendrá para hacer entrevistas y esas cosas —murmuró, y luego grito, sorprendiéndome, haciendo que alejara el teléfono de mi oído con una mueca—. ¡¿Podrían callarse?! ¡Estoy tratando de mantener una conversación aquí, malditos imbéciles!
Riendo, me deje caer sobre un pequeño banco junto a la puerta trasera de la academia, decidiendo que, si llegaba dentro de cinco o diez minutos, no sería el fin del mundo y que Mike eventualmente lo superaría.
—Supongo que no es fácil viajar en un diminuto autobús, ¿no es así? —comenté.
Bufó irritado y divertido al mismo tiempo.
—Eso es decir poco. Es un puto caos, no hay privacidad en lo absoluto y... espera —pidió y la llamada se quedó en silencio por unos cuantos segundos. Justo cuando pensé que se había cortado la comunicación, él habló de nuevo—: Lamento eso, jingle bells. ¿Ahora puedes escucharme mejor?
—Sí, lo hago. ¿A dónde fuiste?
—Tuve que encerrarme en el baño —gruñó y sentí curiosidad al escuchar un golpe seguido de una fuerte maldición—. Sabes, tienes que apreciar lo mucho que te quiero porque estar aquí en este baño, para hablar contigo, es una tortura. Esto es tan pequeño como una caja de fósforos. Tanto, que mi nariz está pegada a la puerta.
—No creo que eso sea posible, pero entendí el concepto —dije, sacudiendo mi cabeza. Inhalando profundamente, continué—: Entonces, dime, ¿estás bien?
—Más que bien —respondió, e incluso pude percibir la sonrisa en su voz—. Como te dije, la parte de la privacidad es jodida y todo eso, pero la diversión que estamos teniendo los chicos y yo lo compensa todo.
—Básicamente estás en una fiesta sin fin.
—Eso lo cubre, sí. Cuando vengas para una presentación, lo sabrás mejor.
—Siempre y cuando no vea algo bizarro como Ayden desnudo o algo así, estoy segura de que lo disfrutaré.
Su risa ronca y divertida me hizo sonreír.
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PARAÍSO |Souls Fractured #3|
Romance|TERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA SOULS FRACTURED| 《Tan oscuro es el fondo, que no deja ver nada si no subes hasta el dorso del arco, en que la roca es más saliente.》|Dante Alighieri, La Divina Comedia.