|Kellan|
La academia deportiva de fútbol a la cual Josh asistía era una de las mejores que había en la ciudad. Y sinceramente me alegré que el chico estuviera recibiendo lo mejor de lo mejor porque absolutamente se lo merecía. Por lo menos Anthony estaba usando la puta cabeza por una vez en su vida y estaba tratando bien a su hijo.
Girando el volante suavemente, guié el auto por el estacionamiento hasta encontrar un espacio vacío. Cuando lo encontré, apagué el motor y salí del auto rápidamente. Rodee el capó y fui hasta la puerta del pasajero y la abrí para Annabelle. Ella me dio una sonrisa brillante cuando le tendí una mano y la ayude a salir del vehículo.
—Gracias —canturreo al salir—. Que galante.
Le guiñe un ojo y luego tome tu mano, tirando de ella para comenzar a caminar por el aparcamiento hacia el edificio. Había un montón de gente por aquí. Padres que también venían a ver a sus hijos jugar, así que acerqué a Annabelle más a mi costado cuando noté la multitud crecer más a medida que nos acercábamos a la entrada, en dónde se suponía que los padres de Josh estaban esperando por nosotros, pero no los veía por ningún lado.
Annabelle rodeo mi cintura con su brazo y yo baje mi cabeza para besar su sien y decir:
—Anthony y Hilary dijeron que estarían cerca de la entrada esperándonos. ¿Puedes verlos?
—No —dijo de vuelta, poniéndose de puntillas para ver mejor cuando nos detuvimos un momento—. Hay demasiada gente y no logro ver bien. Quizás deberías llamarlos o... ¡espera! —Señalo un punto y vi en esa dirección—. ¡Allí están!
Efectivamente, allí estaban cerca de la entrada como habían dicho. Era solo que antes no los había visto por las personas aglomeradas junto a ellos. Annabelle sacudió su mano en el aire con efusividad hacia ellos y eso me hizo sonreír un poco. Tan linda.
Hilary le respondió el gesto, y deje que Annabelle me guiara entre la multitud hacia el lugar en donde estaban.
No había visto a Anthony desde aquella fatídica cena, así que no sabía cómo iría todo esto. Por mi parte, no me encontraba de humor como para pincharlo con mis comentarios que hacían que la vena de su sien comenzara a palpitar con irritación. Solo sentía una fría indiferencia hacia él, y eso era todo. Sin embargo, también recordé la conversación que Hilary y yo habíamos mantenido hace unos días, y por un momento dudé. Había pensado largamente sobre sus palabras, las revelaciones impactantes, pero pese a eso no me sentía listo para tomar una decisión. Aún no. Todo estaba demasiado fresco todavía y tenía que pensar un poco más al respecto. Le había tomado a él veintidós jodidos años darse cuenta de sus errores y mostrar algo de arrepentimiento por los desastres que causo, así que ¿por qué debía yo perdonarlo, o tan siquiera tolerar su presencia, de la noche a la mañana?
—¡Aquí están, chicos! ¡Qué alegría verlos! Pensé que se habían perdido al ver que no aparecían —exclamó Hilary apenas llegamos, yendo de inmediato a abrazar a Annabelle.
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PARAÍSO |Souls Fractured #3|
Romance|TERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA SOULS FRACTURED| 《Tan oscuro es el fondo, que no deja ver nada si no subes hasta el dorso del arco, en que la roca es más saliente.》|Dante Alighieri, La Divina Comedia.