Después De La Guerra [Book #1] (Catradora)

¿Todo por una cama? (1)

Adora se encontraba durmiendo en su habitación en Luna Brillante, después de haber sucedido lo de Hordiano Primero y que She-ra liberará la magia del corazón de Etheria, todos habían acordado tomarse un respiro y después resolverían los cabos sueltos. Habían vuelto a Luna Brillante dónde tuvieron que hacer un poco de arreglos debido a los clones que andaban sueltos por ahí.

La joven había dormido durante horas, después de haber limpiado un poco el camino del castillo simplemente entró a la habitación que no había pisado por mucho tiempo, se colocó su ropa de dormir y cayó como tronco en la cama durmiéndose al instante aún cuando era de día, así que durmió lo bastante como para no saber cuánto tiempo había pasado desde que tocó la cama.

Miró detenidamente su habitación estando aún acostada en la cama notando los colores luminosos que indicaban que ya estaba anocheciendo, había dormido casi todo un día.

—¿Melog? —preguntó Adora al sentir al felino mientras le lamía los dedos y soltó una pequeña risa —¿Qué haces aquí? ¿No estabas con Catra? —pronto con sus dientes atrapó la tela de su camisa y la comenzó a jalar —. Bien, bien, ya me levanto —declaró sentándose enseguida, pero el felino la seguía jalando —¿Quieres que te siga a algún lado? —Melog la soltó y se dirigió de inmediato a la puerta donde se detuvo y se devolvió a verla —. Vale, quieres que te siga.

Adora le siguió el paso al felino cayendo en la cuenta de que la llevaba a la habitación que Glimmer le había asignado a Catra.

—¿Quieres que vea a Catra? ¿Para que....? —un ligero grito de frustración se escuchó desde el otro lado de la puerta interrumpiendo la pregunta de Adora, quien con rapidez acortó la distancia y abrió la puerta estrepitosamente —¡Catra, estás...! ¿Bien? —su ceño se frunció ante la escena que veía, en aquella flexible cama se encontraba Catra hundida hasta el fondo, casi atrapada entre las sábanas haciéndole recordar a Adora su primera vez en su habitación y como aquello también le había pasado a ella. La rubia no pudo evitar comenzar a reír a carcajadas.

—¡Deja de reírte, idiota princesita, y ayúdame! —Gritó Catra furiosa y avergonzada, mientras aún luchaba por salir de ese colchón. Sin duda aquello era una burla total contra su persona, ¿cómo podían soportar esa clase de camas? ¿si quiera podían llamarse así?

—¿Eres la Catra que conozco? —preguntó la rubia con una sonrisa traviesa —. Porque ella nunca me pediría ayuda —canturreó Adora con burla para acercarse a la cama.

—Te juro que cuando salga de aquí... —intentó Catra amenazar, pero soltó otro grito de frustración cuando intento levantar su cara del colchón y sin lógica alguna se hundió de nuevo.

—Vale, vale —Adora intentó tomar el brazo de Carta para por fin sacarla de ese embrollo, pero sintió un empujón por su retaguardia haciéndola hundirse junto a Catra en la cama. —¡Melog, cariño! —gritó ella —¡¿Por qué lo has hecho?! —chilló en un tono de lamento mientras luchaba por recargarse en sus brazos.