Después De La Guerra [Book #1] (Catradora)

Pesadillas

Catra se encontraba sobre sus rodillas justo bajo el corazón de Etheria mientras sus brazos sostenían a una joven rubia que parecía agonizar y ante esa imagen la chica gatuna se sintió desesperada.

—¡Por favor! ¡Quédate! —le suplicó con la voz rota, mientras sentía como a la rubia vida se le escapaba, como aquellos ojos azules que amaba perdían su brillo, como aquellas líneas verdes invadían su rostro marcando un camino de muerte, tenía miedo, mucho miedo, no quería perderla, no de nuevo, no ahora que por fin había logrado estar a su lado, no cuando por fin había entendido que no necesitaba más si la tenía a ella, que podía ser mejor si la tenía a ella.

“Ella no despertara”, una voz hizo eco en el lugar y repetía las mismas palabras una y otra vez... Era la voz de Hordiano Primero.

—¡Adora! —la llamó con desesperación, deseaba que la rubia la escuchará, suplicaba internamente que pudiera escuchar su voz, ella necesitaba que despertara.

—Es tarde —le susurró la voz de Adora abriendo sus ojos, pero estos no mostraban expresión alguna —, llegaste tarde, te fuiste y al final... Me dejaste sola.

Contuvo su respiración, sus palabras fueron como cuchillas que se incrustaban en su pecho, el miedo se apoderaba de su mente junto al remordimiento... La había abandonado, no intento entender sus acciones y simplemente la abandono, aún si después volvió a ella no sirvió de nada, porque al final... Adora estaba muriendo en sus brazos.

“¿Esto no era lo que querías? ¿Verla derrotada? ¿Qué sintiera lo que tú sentiste cuando se fue? ” un escalofrío recorrió su cuerpo haciendo erizar su pelaje y con lentitud, miró por sobre su hombro... Ahí estaba ella... La antigua versión de ella, la que estaba cegada, la que estaba perdida, la que había hecho bastante daño. La Capitana de la fuerza, Catra.

“Hicimos muchas cosas malas ¿creías que podíamos vivir con tranquilidad? ” le cuestionó con diversión, mientras su cola acariciaba el rostro de su contraparte.

Catra estaba paralizada, mirar a esa versión de ella... La versión de los últimos tres años, aquella que se había cegado por sus emociones más oscuras, aquella que había lastimado a tantos, aquella que se había hundido en un pozo sin fondo... La tenía justo detrás de su espalda, asechandola, susurrándole todas esas palabras con malicia y sin pizca de consideración, justo como ella había sido... O quizás cómo aún era.

—Lo siento... Lo siento... —murmuró mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos y su atención volvió hacia la rubia —¡Lo siento, por favor quédate! —gritó con todas sus fuerzas, sintiendo un fuerte ardor en la garganta y abrazaba fuertemente el cuerpo de la rubia que había perdido la consciencia.

—¡Catra! ¡Catra! —la voz a la lejanía la hizo salir de su trance, la figura de la chica casi muerta en sus brazos desapareció al igual que la vieja versión de si misma y todo el lugar, ahora simplemente estaba sola en una oscura habitación —¡Es una pesadilla, Catra! —como si fueran unas palabras mágicas, una luz apareció repentinamente haciéndola cerrar sus ojos...