❀ ℰ𝓃𝒹𝓊𝓁𝓏𝒶 𝓂𝒾 𝓋𝒾𝒹𝒶 ❀ ▻ PENTAGON

⓿⓿❶

La primera vez que Yuto notó un aroma fuera de lo normal fue después de que volvió de visitar a su madre.

El grupo había tenido un descanso y todos habían decidido visitar a sus familias.

Todos menos Wooseok.

El maknae había sido el único que prefirió quedarse en el departamento que todos compartían; pero nunca preguntaron nada.

Hui, siendo el alfa líder del grupo no había tardado en abalanzarse hacia el pequeño gigante, pero se había alejado arrugando la nariz y llamando así la atención de todos.

Yuto sintió su cuerpo adormecerse al diferenciar ese dulce aroma, tan dulce y fuerte que podría resultar empalagoso, pero era algo que le hizo relamer sus labios. Un vistazo general le hizo saber que los demás alfas del grupo mostraban algo de rechazo y los omegas no dudaron en hacer exclamaciones de disgusto.

— ¡Wooseok-ah! ¡Si vas a traer a un omega aquí, al menos evita que huela así!
— Ay, no es su culpa. Él es beta, obviamente no iba a saber que el omega que trajo tenía ese aroma.
— Se salvó por mucho. Realmente es muy empalagoso, me dan arcadas.

Las bromas sobre ese particular aroma no se hicieron esperar.
Pero el japonés no pasó por alto la ligera mueca de dolor que Wooseok colocó por unos escasos segundos.
No supo la razón, pero inhalo con profundidad, cerrando sus ojos para dejar que sus pulmones se llenaran con esa dulzura.

— Delicioso... Huele delicioso.

Cuando abrió sus ojos se encontró con una de las imágenes más bellas frente a él.

Wooseok le miraba sorprendido, con un anhelo que hacía sus ojos brillar y con sus pómulos con un ligero tinte rosado.

Por un par de días aquel empalagoso aroma se mantuvo en sus pensamientos.