❀ ℰ𝓃𝒹𝓊𝓁𝓏𝒶 𝓂𝒾 𝓋𝒾𝒹𝒶 ❀ ▻ PENTAGON

⓿❷❶

— ¡Bien! ¡15 minutos de descanso! 

Con un par de aplausos Hui pudo dictaminar una pausa al ensayo que estaban teniendo; el cansancio y dolor corporal de todos hicieron que estos se tiraran al suelo de forma inmediata para buscar calmar su agitada respiración.

Wooseok fue el único que se mantuvo de pie, aunque apoyando sus manos sobre sus muslos, usando una de estas para limpiar las gotas de sudor que corrían por su frente y poniéndola luego en su baja espalda al notar un dolor palpitante en esta. Una mirada general por la sala le hizo notar que el resto estaba demasiado agotado, sonriendo ante ello antes de incorporarse.

— ¡Iré a buscar agua! ¡Ya vuelvo! 

Sin siquiera esperar una respuesta fue que el integrante más alto de Pentagon abandono la sala, dirigiéndose hasta el vestíbulo del edificio de la empresa, buscando con su mirada entre las maquinas expendedoras hasta dar con la que ofrecía bebidas. 

Bien, comprar ocho botellas de agua era fácil, pero llevarlas era todo un desafió. Tal vez debería haber llevado una bolsa consigo, pero ante la felicidad del momento le fue imposible pensarlo. Así que allí iba, pisando con cuidado y con la vista fija en las botellas para no botar ninguna por el camino. 

— ¿Lo han escuchado? Al parecer el japones de Pentagon y el alto están en una especie de relación.

Bien, eso si que no se lo esperaba.

Escuchar eso hizo que inconscientemente se detuviera, girando su rostro para ver como la puerta de una de las salas de ensayo estaba abierta; gracias al ligero espacio de la puerta pudo notar que un total de cinco bailarines estaban allí haciendo sus ejercicios de estiramiento. Si su olfato no le engañaba, se trataban de dos mujeres beta, un chico omega y otras dos chicas omegas.

—  ¿Yuto y Wooseok? ¿De verdad? Wow... Que desperdicio. —Las risas del único bailarín masculino se hizo presente tras hablar, pasando su brazo derecho tras su cabeza—. Yuto es un gran partido... Aunque no me sorprende, nunca se le vio interesado en omegas y ahora me doy cuenta por qué. Siempre los mejores batean para el otro lado.

— ¿Y qué me dices de Wooseok? Él también era un gran partido. —Esta vez fue una de las betas quien habló, soltando un quejido cuando sintió el tirón en su pierna.

— Él ya me decepciono cuando se presentó como beta. El tipo hubiera sido el alfa perfecto, literal todos los alfas le llegan con suerte a la mandíbula y su voz es jodidamente gruesa. —Una de las omegas tomó la voz en ese momento, demostrando con sus palabras su enorme decepción y molestia—. Recuerdo bien como todos los directivos se enojaron, creían que lo usarían como el alfa más llamativo del Kpop y se llevaron la decepción de su vida.

La charla siguió, pero Wooseok prefirió irse.

Sus pasos lentos y pesados, sus dedos sujetando con fuerza las botellas que traía en sus brazos, su respiración lenta y profunda para controlar todo lo que pasaba en su cabeza. Sus labios presionándose hasta convertirse en una delgada linea, sus ojos manteniéndose sin cualquier brillo que pudiera demostrar lo que sentía.

Cuando llegó a donde su grupo se encontraba se dedico a entregar las botellas una por una, inconscientemente pasando su mirada por los tres alfas que ahora bebian el agua con casi desespero.

Hui, quien le llegaba hasta los hombros.

Shinwon, a quien le llevaba 6 cm.

Yuto... A quien le faltaban 5 cm para alcanzarle.

Él siempre era más alto que todos los alfas que conocía, su voz siempre intimidaba a quien fuera que conociera, él siempre vería la sorpresa de todos cuando se enteraban de que era un beta.

Él siempre provocaba decepción.