Feromonas.
Épocas de celo.
Calor.
Todo eso era lo que más odiaba Yuto desde que descubrió que cada ciertos meses tendría que aguantar la cama de uno de sus compañeros golpeando contra la pared que conectaba contra su cuarto.
Y esa misma cosa sucedía en esos momentos.
Podía escuchar a la perfección como la cabecera de la cama de Hui golpeaba sin descanso contra la pared, a la cual su propia cama estaba pegada; también escuchaba los placenteros gemidos que el alfa emitía junto a Jinho, quien se había ofrecido a ayudar al líder del grupo en esas 24 horas de insoportable calentura.
Bien, sabía que era algo normal, algo que la naturaleza les había brindado para tener mayor posibilidades de procrear, tener muchos cachorros y blablabla. ¡Pero todo se volvía personal cuando no podía dormir y ya eran las 3 am!
Sin poder aguantar más tiempo fue que emitió un fuerte gruñido, dando un fuerte golpe con el costado de su puño a la pared al querer hacer notar al alfa de más edad que aligerara los golpes contra esta. En respuesta, el sonido solo se hizo más fuerte junto a los ligeros gritos del omega más viejo.
— Mnh, ¿Yuto? ¿Qué haces? —Una profunda voz adormilada distrajo al japones, quien al voltear a ver la procedencia de la voz pudo sonreír, notando los cabellos despeinados del maknae, el cual se encontraba frotando uno de sus ojos y quitando restos de saliva de sus comisuras—. ¿Por qué no estas durmiendo?
— Me gustaría dormir ¡Pero alguien hace mucho ruido! —Hizo acoplo de fuerzas para decir ello con un volumen más alto, volviendo a golpear varias veces la pared al buscar hacer llegar el mensaje a los de la habitación de al lado—. Dios, a veces quisiera arrancarme las orejas.
— Puedes venir y dormir conmigo si quieres, desde aquí no se escucha tanto...
Dormir con Wooseok...
¿Dormir con Wooseok?
¡DORMIR CON WOOSEOK!
No le tomó ni un segundo levantarse, casi cayendo de cara contra el suelo cuando sus pies se enredaron con las sabanas pero salvándose al sujetarse de la ligera mesa de luz que solo tenía un velador de One Piece que el japones le había regalado al maknae.
Cuando logró llegar a la cama vio como el chico unos días más joven se hacía a un lado para hacerle espacio, moviendo también las sabanas en una seña de que se acostara junto a él. Ni corto ni perezoso hizo de ese sitio su lugar, cubriéndose bien con las mantas antes de acurrucarse contra la espalda del más alto.
Wooseok por su parte se sentía un tanto avergonzado, si bien su ofrecimiento había sido sincero e inconsciente, no había creído que tendría los brazos del mayor rodeandole. El brazo pesado del japones en su cintura, el pecho de este contra su espalda y los finos labios rozando contra su nuca, provocandole unos ligeros escalofríos.
Ambos chicos se mantuvieron en silencio, en parte por no saber que decir y otra cosa por estar demasiado cómodos, disfrutando del calor que sus cuerpos emanaban hasta que el maknae fue el primero en encontrar lugar con Morfeo.
Adachi llegó a sonreír cuando notó la calmada respiración y los ligeros ronquidos que el alto muchacho daba, volviendo a rozar sus labios contra su nuca y depositando un lento beso sobre esta.
— Voy a cortejarte, Wooseokkie, mi sueño... es hacerte feliz.
ESTÁS LEYENDO
❀ ℰ𝓃𝒹𝓊𝓁𝓏𝒶 𝓂𝒾 𝓋𝒾𝒹𝒶 ❀ ▻ PENTAGON
أدب الهواةSi había algo que describía a todo Pentagon en general, eso era la confianza. A pesar de diversas castas, todos confiaban entre si, no había secretos o mentiras de por medio. Eran felices con la transparencia que manejaban... Pero... ¿Qué era ese ar...