⓿❶❾

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Dormir juntos se había hecho un habito.

Cada noche luego de que cenaban y se bañaban, altos chicos se acurrucaban juntos en la cama del menor, pasando la noche hablando o viendo algunas series anime antes de dormir con tranquilidad.

Wooseok se sentía en paz cada que compartía esa clase de cosas con el japones, riendo y disfrutando sin parar, su pecho con una cálida sensación que se extendía por todo su cuerpo y que le ponía de un humor bastante bueno. Se sentía como un gran cachorro que movía la cola sin parar cada que Yuto dejaba impregnado su aroma a chocolate en su cuerpo.


— ¡Te digo que Giyuu es mejor que todos!

— ¡Y yo te digo que el mejor es Rengoku!


Y allí estaban ambos, discutiendo entre juegos sobre que personaje de Kimetsu no Yaiba era más poderoso o el mejor en cuanto a diseño.

Wooseok había descubierto ese anime hace poco y no había tardado en insistirle al japones para que lo vieran juntos, ambos disfrutando de las animaciones, diseños y de las personalidades de cada personaje que mostraba el anime. Luego del anime, habían decidido seguir el manga, tomándose unos días en decidirse si leerlo en coreano o japones pero optando por el idioma original. 

Shhh, nadie debía saber que Wooseok quería mejorar más su japones para así hablar mejor con Yuto. Eso era un secreto que lo tenía bastante guardado para si.

Claro que cada uno había elegido su personaje favorito.

Por su parte, Adachi creía fielmente que Tomioka Giyuu era el mejor personaje, mientras que Wooseok creía que ese era Kyojuro Rengoku. 

Claro que siguieron leyendo pagina por pagina del manga, a veces sufriendo cuando algo malo pasaba con algún personaje con el cual se habían llegado a encariñar, a veces solo mencionando sobre lo atrapante de la trama.

Solo cuando la noche y el sueño cayó sobre ellos alejaron la tablet que usaban para leer el manga, abandonando el aparato sobre la mesa de luz para así acomodarse en la pequeña cama. 

La cercanía nuevamente les trajo una gran calma, pero que se rompió en el momento en que el japones metió sus manos dentro de la playera de pijama del menor y provocara un grito bastante agudo de este.


— ¡ADACHI TIENES LAS MANOS HELADAS!


Las risas no se hicieron esperar, luchando entre ellos en una balanceada batalla de cosquillas, a veces empujandose y otras veces acercándose más entre si. El alfa fue quien detuvo todo al casi quedarse sin aire por todas las carcajadas que abandonaron sus labios, inhalando y exhalando con fuerza mientras mostraba una sonrisa.


— Wooseokkie.

— ¿Mnh? ¿Qué pasa? ¿Quieres una revancha? 

— Me gustas.


Silencio.

El silencio fue lo que en esos momentos inundo la habitación, pero no era incomodo, era algo incluso agradable que llenaba de ilusión a ambos chicos.

Wooseok tardó unos momentos en parpadear, relamiendo sus labios por los nervios que ahora corrían por sus venas; su corazón palpitando con tanta fuerza que sentía que se saldría de su pecho y con su mente en blanco intentando procesar la situación.

Allí, ambos se acercaron a un más de lo que se encontraban, sus pechos casi tocándose, sus narices rozándose entre si y sus manos con sus dedos entrelazados.

En esa misma noche, Adachi Yuto sintió la verdadera felicidad cuando sus labios se juntaron con los del menor en un pequeño y tímido beso.

En esa misma noche, Jung Wooseok se sintió libre por primera vez en muchos años al recibir los próximos besos que el japones le proporcionaba.

En esa misma noche, ambos se olvidaron del resto, de los estereotipos y de los prejuicios, solo centrándose en lo bien que se sentían juntos.

❀ ℰ𝓃𝒹𝓊𝓁𝓏𝒶 𝓂𝒾 𝓋𝒾𝒹𝒶 ❀ ▻ PENTAGONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora