Por favor.
CARIÑO. Deja lo superficial y toma mi corazón.
No lo rompas a menos de que yo lo pida.
No seas egoísta, amenos de que sea un buen momento.
Veo tus ojos y siento tu alma. Tu alma oscura.
Me llamo Park TN. Hija de un hombre estúpidamente Millonario, tengo un fastidioso , odioso pero lindo, Hermano.
Soy la más pequeña , Mi mamá ha sido mi ejemplo a seguir. Mi papá es mi héroe en todo, no hay cosa que no me complasca.
Les contaré más sobre mi.
Mi mamá es dueña de un restaurante famoso en la ciudad, mi papá es dueño de hoteles cinco estrellas, mi hermano... Bueno que les puedo decir de él? ... Que es irritante?.
No , el está estudiando todavia y le sigue los pasos a mi papá, ser empresario es su pasión. Canta muy bien y también baila. Es un chico que se ve que es mimado y todo eso pero la verdad es que no. El y yo siempre discutimos por tonterías y cosas estúpidas pero eso es lo que nos hace ser hermanos. Se llama Park Jimin. Es él típico chico moja bragas del centro.
Y yo... Pues soy la princesa de la familia.
Típica chica criticada , envidiada, baja novios , barata... Pero wow.. ¿Barata? Soy más cara que la monalisa en él museo hecho de oro. Por que si llego a un museo ya me confunden con una obra de arte.
Mientras tanto hoy iré a almorazar con mi hermano y mi mejor amiga. Nina.
Iré vestida así:
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—TN , que dices si empiezas a lanzar una linea de ropa? –dijo jimin dejando él periódico de lado.
—Yo digo que todos los créditos serán mios –Sonreí.
—podrias ponerte algo más descente cuando salgas conmigo? –dijo Jimin tomando café– vez cuantos hombres te están mirando.
—Y eso importa , no pueden tocar Jimin, si no tocan no te preocupes –me puse mis gafas de sol.
—De donde salió tu forma de ser? .. De chicas pesadas?
Nina Habló.
—Siempre son así las mañanas con ustedes? –nos lanzó una mirada a ambos.
—De lunes a domingos nada más cariño.
—Claro que si –se encogió de hombros– da gracias al cielo que no tienes una hermana que se roba la atención en la fiesta de tu cumpleaños.
—Ye me disculpé y eso fue hace tres años Jimin.
—Si cuando tenias quince –sacó la lengua.
—Y tu dieciocho...
Y de la nada apareció una voz grave.
—Ya dejen de pelear.
Demonios, era papá.
—No pueden estar un segundo sin pelear? –Se sentó frente a nosotros.
