Capítulo 27.

1.7K 77 5
                                    

Diciembre.

– ¿Pero cómo que no vienes?

– Blair, quiero pasar la noche de fin de año con mi familia. Sabes que son días duros en casa.

– Te hablo de después. Venga Blakie no puedes faltar.

– No Blair.

– Tía es la fiesta del año no puedes faltar.

– Habrá más como esas.

– No, porque el año que viene no estarás aquí y no será una fiesta como esta.

– Blair no puedo y no me apetece ir allí.

– Pero...

– Blair, Dylan estará allí, Libi, Daniel, Riley, Madison y todos los demás también estarán. No estarás sola.

– Pero no está mi mejor amiga.

– Si te digo que me lo pensaré ¿me dejarás tranquila?

– Mm tal vez.

– Blair estoy llegando a casa y tengo que colocarla compra que llevo en el coche. Te llamo luego y me sigues dando el coñazo.

– De eso puedes estar segura. Vendrás a esa fiesta aunque te tenga que llevar de los pelos - me amenazó.

– Lo que tú digas anda, adiós - apagué le manos libres y me dispuse a aparcar el coche en el garaje.

Las luces de casa estaban encendidas y eso significaba que mamá ya estaba en casa con los niños. Cogí las bolsas y cerré el maletero con el pie. Cuando entré en casa se agradecía la calefacción. Hacía unos días había caído una nevada horrible y todo estaba inundado por la nieve.

– ¡Ya estoy aquí! - grité mientras me quitaba el gorro.

– Estamos en el salón. - me respondió en el mismo tono Colin, pero antes de ir al salón tenía que ordenar un poco la compra, la cual no me llevó mucho tiempo. Una vez estaba todo terminado fui al salón donde estaban mis hermanos y mi madre. Y los oí reír.

– No me ayudéis eh, tranquilos que ya lo hago yo - dije simulando estar enfadada.

Abrí la puerta del salón y allí estaban mis hermanos sentados en la alfombra junto a la chimenea y mi madre en el sillón y una silueta con un jersey oscuro de punto se sentaba en el sofá frente a mis hermanos. De repente me paré en seco y escudriñé la silueta que estaba sentada en mi sofá. No podía ser verdad lo que estaba viendo. Aquella silueta que permanecía de espaldas a mi no podía ser quien yo creía que era. Era mi imaginación seguro. No podía ser posible y entonces se dio la vuelta.

Estaba allí, sentado en mi salón; como tantas veces lo había imaginado. No podía creerlo. No podía ser cierto que Scott Hale estuviera sentado en mi salón con mi familia. Aquello era imposible. Entonces empecé a retroceder mientras negaba con la cabeza.

– Blake - susurró levantándose del sofá.

– No, no, no, no, no - repetía una y otra vez - Estoy soñando. Estoy soñando.

– Soy yo, estoy aquí.

– ¡Mentira! - grité con todas mis fuerzas.

– Blake - dijo asustado por mi reacción.

– Blakie el chico que sale en la pared de Colin ha venido a buscarte. ¿Sois novios? - dijo Jane tirando de mi mano. La miré y ella sonreía mientras nos observaba a ambos - Es guapo.

– Chicos, vamos a la cocina a preparar la cena anda - dijo mi madre llevándose a Colin y a Jane a la cocina.

Nos quedamos solos en el salón y yo solo sabía observarle al igual que hacía él. Ninguno de los dos hablaba y aquella situación me era muy familiar, pero esta vez no fui yo quien rompió el silencio.

– Te veo bien - dijo, pero seguí sin responder - Salí hace un par de días y no sabes lo duro que han sido todos estos meses.

– Cuatro.

– Sí, y he estado pensando en ti cada día de estos cuatro meses que estuve allí encerrado. Tú eras lo que me hacía seguir adelante.

– ¿Yo?

– Probablemente no me creas pero es cierto Blake. Estoy limpio.

– Antes también lo estabas y decidiste echarlo a perder.

– Lo sé fui un gilipollas.

– Eres gilipollas - dije con resentimiento- Me mentiste.

– No podía dejar que supieras lo que me pasaba.

– ¿Por qué? Te hubiera ayudado Scott ¿por qué no confiabas en mi?

– Nadie podía ayudarme.

– Sigues sin contestar a mi pregunta ¿por qué no confiaste en mí?

– Era complicado.

– ¡Contéstame!

– ¡Porque tenía miedo de defraudarte! - explotó- No quería perderte por esta mierda.

– Pues resulta que lo has hecho.

– ¿Qué quieres decir con esto? ¿Qué no hay nada que pueda arreglarlo?

– ¿Sabes la de veces que me pregunté qué veías en mi? ¿La de veces que me planteé tener un futuro contigo? Mandarlo todo a la mierda y quedarme contigo. Acostumbrarme a tu vida, a tu fama ¿para poder estar juntos? ¿Sabes cuantas? La de noches en estos cuatro meses que me he pasado en vela pensando en ¿qué hubiera pasado si me lo hubieras contado? Me he culpado durante cuatro meses por no contestarte aquel día en el aeropuerto y ¿la de veces que he deseado volver a tocarte? O ¿besarte? Y ahora que te tengo delante, solo tengo ganas de abofetearte la cara, de gritarte que eres un grandísimo gilipollas y restregarte que lo echaste todo a perder.

– ¡Pues hazlo! Si es lo que sientes hazlo Blake. ¡Pégame! - Scott me coge las manos y las pone sobre su cara y aunque deseo hacerlo no puedo. No puedo. Niego con la cabeza - ¿Por qué?

– ¡Porque te amo!  - gritó apretando los puños - por eso no puedo. Porque te necesito más de lo que debería, porque me he vuelto loca estos meses buscando una respuesta a tú pregunta.

– ¿Y cuál es?

– Que no quiero que te alejes - y entonces ocurre aquello que tanto tiempo he anhelado. Su boca junto a la mía.

–No me alejaré nunca más.

–Prométemelo.

–Te lo prometo Blakie. Me quedaré contigo.

– ¿Por qué?

–Porque simplemente...TENÍAS QUE SER TÚ.

Tenías que ser tú (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora