De nuevo aquella sensación en el estómago. Tenía ganas de vomitar ahora mismo. Odio volar con toda mi alma. Tengo pánico a los aviones y no puedo evitar ponerme de esa forma. Blair está a mi lado sin enterarse de nada mientras a mi me recorre un sudor frío todo el cuerpo. Lo mío es suerte. Y no solo eso sino que el vuelo duraba como unas 14 horas es decir una interminable pesadilla. Me había atiborrado de calmantes antes de entrare en el avión pero no servían de nada. Mis ojos seguían abiertos como platos. Intenté mantener una conversación con Blair pero las turbulencias no me dejaban hacerlo con tranquilidad. Después de tres horas empecé a tener un sueño horrible, por fin habían surgido efecto las pastillitas y poco a poco me quedé dormida.
Me desperté al cabo de unas cuantas horas. Tenía la boca pastosa y la garganta me raspaba al tragar. Necesitaba agua cuanto antes. Me desperecé en mi asiento y vi como Blair estaba a mi lado roncando suavemente. La envidiaba. Llamé a la azafata y con una sonrisa muy educada me trajo una botella de agua. Estaba claro que viajar en primera era una maravilla, no te faltaba de nada en ningún momento. Miré por la ventana y todo estaba completamente oscuro. Solo se veían las pequeñas luces de las alas del avión.
Prefería no pensar que el avión estaba sobrevolando el océano porque si no me pondría como una histérica. Saqué mi portátil y revisé mi correo. Tenía algunos de la universidad sobre la entrega d ella matricula la cual ya había entregado y otros eran de mi madre y uno de Scott. Abrí el de mi madre y vi que eran fotos de los tres pasando el día en el río. Por un momento recordé los días de pesca con mi padre y se me saltaron las lágrimas. Le echaba tanto de menos. Me hubiera gustado haber ido con ellos y recordar a mi padre por un día pero no me arrepentía de haberme ido tanto tiempo lejos. Yo también tenía que mirar un poco por mí misma. Cuando las lágrimas me dejaron ver la pantalla del ordenador de nuevo leí el e-mail de Scott.
Para: Blake Haynes
De: Scott J. Hale.
Asunto: Deseando verte.
Sé que estarás histérica pro el viaje y probablemente leas este mensaje antes de lo que creo pero quiero que sepas que no hay nada de lo que preocuparse. Estoy aquí esperándote. Tengo unas ganas locas de estar a tu lado de sentirte y besarte como nunca. Parece ridículo pero estar separado de ti tantos días (sí, sé que solo han sido cuatro) es una auténtica agonía. Creo que me voy a volver loco si espero un segundo más sin ti. Así que cuando vengas quiero que estés de una sola pieza, tómatelo con calma y duerme todo lo que puedas Blake que nos conocemos. Estaré en la puerta de desembarque cuando llegues, no te preocupes.
Te quiero.
Tuyo, Scott.
Definitivamente este hombre me quería matar de amor de un momento a otro. Pero tenía razón estaba histérica y él lo sabía. Eso significaba que estaba preocupado por mi así que le haría caso. Dormiría todo lo que pudiera antes de llegar y así con un poco de suerte no tendría que verme con la cara ojerosa en plan espectro.
Cerré el portátil después de contestar a mi madre y me acurruqué en mi asiento para dormirme de nuevo. El sol me daba en plena cara cuando me desperté. Blair aún seguía durmiendo como una marmota en el asiento contiguo. Las tripas me rugían, tenía tanta hambre que me comería un caballo así que le pedí a la azafata un desayuno que perfectamente podría haber sido para dos personas. Serían los nervios que me daban hambre. En cuanto el desayuno estuvo delante de mi Blair abrió los ojos y se comió mis napolitanas.
– Buenos días por lo menos.
– Buenos días - dijo con la boca llena - ¡Dios que hambre tengo!
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Tenías que ser tú (Borrador)
Chick-LitUn viaje con amigas. Nada de padres durante tres meses en la cálida y soleada Florida. Todo parece ser perfecto para Blake Haynes hasta que Scott Hale la súper estrella del fútbol americano del momento aparece en su vida. Los rumores acerca de l...