Mis amigas no paraban de hablar sobre la fiesta y yo no podía dejar de pensar como narices me las iba a ingeniar para que no me vieran irme de la fiesta y más si me iba con Scott Hale que lo conocían hasta con un pañuelo alrededor de la cabeza y unas enormes gafas de sol. Por no hablar de que su hermano Jackson iba a ir a la fiesta y probablemente no me quitaría los ojos de encima en toda la noche. Mientras ellas se preocupaban porque modelito sería el más correcto yo me preocupaba como pasar desapercibida. Blair me notó rara pero no la quise contar nada de momento. Quería arreglármelas sola aunque me iba a ser imposible. Siempre pasaba desapercibida y ahora dos hermanos se fijaban en mí a la vez y encima uno de ellos era la súper estrella del fútbol americano. De tanto pensarlo me sentía repetitiva y cansina. Aún no me lo podía creer.
Mi cuerpo aún no había superado la noche anterior así que me eché una buena siesta ignorando las advertencias de Blair por arreglarme antes de que los chicos llegaran o me quedaría allí. Y pensándolo bien no era tan mala idea, si me quedaba allí, no tendría que huir de nadie. Pero mi suerte no era tan buena. Después de mi súper siesta cuando salí al salón las chicas estaban histéricas probándose cosas una y otra vez sin éxito alguno, yo me encogí de hombros y fui a la nevera a comer algo. Me rugían las tripas y no estaba de coña. Después de zamparme tres magdalenas de chocolate y un vaso de leche me metí en la ducha nuevamente y esta vez me tiré demasiado tiempo allí porque Jenna aporreó la puerta como si estuvieren peligro y el baño fuera su última salvación. Cuando salí estaba allí con los brazos cruzados debajo del pecho y con cara de pocos amigos.
– ¿Qué?
– Tenemos que irnos en veinte minutos y mira cómo estás. Vamos a llegar tarde a cenar.
– Tranquila que no. Ya sé que me voy a poner y todo.
– Tienes cinco minutos y después pensaremos que hacer con tu pelo.
– No voy a peinarme para ir a la playa.
– ¿Será una broma?
– No, no lo es y ahora déjame vestirme pesada. - la eché de la habitación delicadamente y le cerré la puerta en las narices.
Me eché un poco de crema y saqué la ropa de mi armario. Lo sentía mucho pero no iba a ir de punta en blanco para ir a la playa. Así que me puse unos pantalones cortos de colores con un jersey fino de lino color rosa con un chaleco finito por encima. Había refrescado aquella tarde y no creí que me sobrara la media manga que me había puesto. Me puse un par de pulseras y un colgante y fui hacia el baño. Me desenredé el pelo y me eché un poco de espuma para que mi pelo tomara un poco de forma y listo. Me maquillé muy levemente y salí de la habitación donde todas me esperaban en el sofá. Me miraron de arriba a abajo y me dieron el visto bueno, aunque dijeran lo que dijeran no me iba a poner otra cosa.
Cerca de las once terminamos de cenar y los chicos ya estaban esperándonos en el vestíbulo, listos para irnos. Esta vez no había limusina sino tres Jepp's cada uno de un color diferente donde nos repartimos para ir hacia la playa. Como no me tocó ir en el de Jackson que no paraba de sonreírme y halagarme por lo guapa que estaba esa noche. Y eso me hizo sentir algo culpable. Cuando llegamos a la playa todo estaba preparado y había bastante gente ya. Aquello era una especie de discoteca a pie de playa. Para empezar nos pedimos unos chupitos de algo con licor de naranja, no sabía que era pero entraban de maravilla me tomé como unos cuatro seguidos más otros dos que Jenna y Libi no querían. Desde luego ellas se lo perdían. Estaba de vicio. La música sonaba y yo estaba muy contenta demasiado diría yo. Bailaba, saltaba y gritaba al ritmo de la música sin parar bailar con todos y de verdad me estaba divirtiendo. Una de las veces Jackson se acercó demasiado a mí e intento besarme pero me escabullí antes de que lo hiciera y él se lo tomó bien, por suerte. Tenía muchas ganas de hacer pis así que cogí a Blair y me la llevé para que me acompañara pero a medio camino sonó mi teléfono.
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Tenías que ser tú (Borrador)
ChickLitUn viaje con amigas. Nada de padres durante tres meses en la cálida y soleada Florida. Todo parece ser perfecto para Blake Haynes hasta que Scott Hale la súper estrella del fútbol americano del momento aparece en su vida. Los rumores acerca de l...