Cuando se Ponga el Sol (YoonMin)

Capitulo 8

Había pasado un mes desde el fatídico diagnóstico, Jimin se había mantenido recluido en casa, sentía que su mente no dejaba de trabajar, Taehyung se había mudado a su habitación, mientras que Nam y Jin usaban la de Tae, a su alrededor ellos actuaban como si tuviesen miedo de su reacción, eso estaba enfermando al pequeño rubio, no le gustaba ver sus caras de lastima, andaban sobre cáscaras de huevo a su alrededor, no lo dejaban solo, se habían turnado para mantenerlo las veinticuatro horas del día vigilado, eso ya tenía cansado a Jimin, motivo por el que había tenido constantes roces con cada uno de ellos.

Pero la realidad de todo, es que como la pequeña familia que eran, no habían hablado de la situación, claro que su rutina había cambiado, pero nadie hablaba de ello, era como si algo se los impidiera, como si fuese algo prohibido, simplemente se limitaban a tomar decisiones por él.

Esa mañana Jimin estaba dispuesto a comenzarla positivamente, la última semana había presentado algunos síntomas frecuentemente, dos veces había roto un vaso, se había caído al menos tres veces al intentar levantarse de la cama, y los calambres se volvían cada vez más intensos, decir que no estaba frustrado sería mentira, exactamente no sabía que pensar, imploraba ayuda a cualquier divinidad, si bien aún podía moverse y hacer sus actividades, nada le había dolido más que tener que renunciar a su apreciado trabajo, había sido su sueño desde que descubrió el mundo de la danza contemporánea, Namjoon había incluso trabajando horas extras para pagarle las clases, pero ahora sentía que el mundo se le venía encima, mucho tiempo había sido independiente, las ganas de llorar venían con más fuerza al darse cuenta, que según el pronóstico, tal vez más pronto de lo que imaginaba, actividades tan sencillas como cepillarse los dientes, comer por si solo entre otras no podría realizarlas, era inevitable no llenarse de sentimientos negativos hacia sí mismo, no quería depender de nadie, no quería pensar en lo que él se convertiría, simplemente una carga más para las personas que lo rodeaban, el doctor le había prometido que la terapia física le ayudaría bastante, pero jamás hablaron de una cura.

Los últimos quince días había asistido a terapia física, según el doctor esto le ayudaría a prevenir y retrasar los daños en sus músculos, solo pensar en eso le hacía querer llorar, miles de pensamientos negativos rondaban por su mente, frecuentemente pensaba que era mejor rendirse, que de nada valdría hacer el esfuerzo, si al final el resultado sería el mismo, probablemente un día no muy lejano, su corazón dejaría de latir.

Al salir del cuarto de baño, vio a Taehyung sobre la cama, el menor ya estaba vestido, pero tenía sus ojos cerrados, realmente parecía dormir, pero Jimin que lo conocía tan bien, sabía que no dormía, para el platinado era una forma de meditar, a pasos lento se dirigió a la cama, tomó una de las almohadas para poder lanzársela a Tae, la simple acción, le tomó más tiempo del esperado, problema de tener los brazos entumecidos, el menor salto de la cama asustado.

– ¡Jimin, no hagas eso!–el platinado tenia ambas manos sobre su pecho– ¡Te puedes lastimar!

En ese momento la habitación se quedó en silencio, Taehyung sabía el error que había cometido, la cara de Jimin decía todo, normalmente si el rubio le tiraba una almohada, lo siguiente que vendría era una lucha entre ellos dos, se lanzarían las almohadas mutuamente, se perseguirán por la casa, probablemente se golpearían, terminado tirados en algún rincón muertos de la risa, pero en vez de eso Taehyung únicamente pensaba en si Jimin saldría lastimado.

—Aún no estoy inválido– contestó secamente–pero me estoy hartando de la actitud de todos ustedes– su rostro era una máscara fría– vamos estoy listo.

Dando la media vuelta Jimin camino a pasos lentos, hacia la puerta del cuarto, rogaba a dios no perder el equilibrio, escuchaba los pasos de Taehyung a sus espaldas, intencionalmente lo ignoraba, tal vez los demás creían que lo cuidaban, pero realmente solo lo hacían sentir inútil.