El ligero murmullo de una respiración acompasada era lo que lo había despertado, abrió sus ojos pero la claridad que entraba por la ventana de la habitación lo cegó momentáneamente, por lo que cerró sus ojos y lo intentó de nuevo, la cabeza le latía intensamente, las náuseas estaban presentes, así como un asqueroso y amargo sabor de boca, un par de fuertes brazos lo apresaban, fue allí cuando su respiración se paralizó, la neblina de su cabeza se aclaró, temía girarse para comprobar de quien era ese par de brazos, inconscientemente conocía la respuesta, contando hasta tres en su mente, se giró lentamente, topándose cara a cara, con el rostro de Min Jungkook.Su dolor de cabeza incrementó aún más, suspirando con gran alivio al darse cuenta que tenía su ropa puesta, por lo que no habían pasado más allí de unos cuantos besos, porque esa imagen estaba más que clara en su cerebro, recordaba el ligero sabor a licor en los labios de Jungkook, la suavidad de estos, así como el ligero sabor salado de lágrimas derramadas durante ese beso, porque a pesar de que fue un beso exigente, estaba lleno de dolor, tristeza e impotencia, el dolor de la inminente perdida, la tristeza de un corazón roto, la impotencia de no tener una solución para lo que ambos estaban viviendo.
El rostro de Taehyung se encontraba rojo de la vergüenza, empezando con que obviamente no sabía dónde se encontraba, se supone que su plan era ayudar a Jungkook con su dolor, no embriagarlo a la primera oportunidad, pero todo se le había ido de las manos, claramente él no era el indicado para consolar al pelinegro de hermosa sonrisa, ¿Cómo podría hacerlo?, cuando él estaba lastimado de la misma manera, cuando tenía tantos sentimientos confusos en su interior, amaba a Jimin, claro que lo hacía, no había nada que no pudiese hacer por él, pero se sentía lastimado, desplazado e inútil, además de egoísta, porque sentía que juzgar a Jimin no era nada Justo, por lo que la culpabilidad ocupaba un gran espacio en su persona.
No deseaba pensar más, solo necesitaba un poco de paz, irónicamente la noche anterior había encontrado un poco de ella, claro estaba que, fue muchísimo antes de terminar ebrio junto a Jungkook, cuando este le conto de su vida, de la ausencia de padres en esta, de lo cruel que había sido el hombre que le dio la vida, pero ver el brillo en los ojos del pelinegro al hablar de Yoongi le dijo todo, porque era el mismo brillo que él tenía en sus ojos al hablar de Namjoon y Seokjin, fue entones que entendió el enojo de Jungkook, porque Yoongi era su todo, su lugar seguro, la única figura paterna presente en su vida, lo único que tenía en su vida, perder a Yoongi, representaría un duro golpe a la vida del pelinegro.
Acostado viendo el techo de la habitación, el único ruido que se escuchaba, era la acompasada respiración de Jungkook, pero el ruido de la puerta siendo abierta, lo hizo ponerse alerta y sentarse en la cama.
—Hola, buen día—. Una hermosa mujer había entrado por esa puerta, lo primero que le llamo la atención, fue el abultado vientre de la mujer, además de la resplandeciente sonrisa que tenía—. La puerta del frente es el baño—. Menciono señalando a sus espaldas—. Supongo que te duele la cabeza y has de tener hambre, así que te espero en la cocina, Kookie seguramente dormirá un par de horas más, te espero.
Estaba de más decir que Taehyung se encontraba más que confundido, ¿Dónde estaba?, ¿Quién era esa mujer?, ¿Por qué le decía Kookie a Jungkook?, ¿Quién era para Jungkook?, si la cabeza ya le dolía, le dolió aún más, al parecer Jungkook conocía a la extraña, por lo que no teniendo otra opción y con más dudas que respuestas, se bajó de la cama y se dirigió hacia la puerta que la mujer había señalado.
Después de hacer sus necesidades, lavarse la cara y estar más despejado, salió del baño, siguiendo por el único pasillo en el lugar, llegando así a la cocina, donde la misma mujer, se encontraba junto a la estufa dándole la vuelta a lo que al parecer era unos Hot-Cakes, mientras un hombre cantaba muy desafinadamente usando como micrófono una cuchara de madera, sintiéndose sumamente incómodo y no queriendo interrumpir la escena, decidió que lo mejor sería regresar a la habitación y esperar que Jungkook despertara, pero sus planes fueron frustrados, ya que en el mismo momento en que había decidido regresar sobre sus pasos, la mujer alzo la vista y posos un par de ojos castaños en su persona.
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Cuando se Ponga el Sol (YoonMin)
FanfictionEn la puesta del sol, cuando el cielo se tiñe de tonalidades naranjas y se anuncia la inminente oscuridad, los miedos aflorados en el corazón sobresalen a la realidad. El amor y el dolor, juntos en una lucha por sobrevivir a una noche más, porque to...