Capitulo 12

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— ¿A dónde se supone que vamos?— cuestionó Jimin.

—No lo sé, pero quiero estar lejos de este maldito hospital— contestó Yoongi, mientras aceleraba el paso, no queriendo que lo acusaran de llevarse a un paciente, rogando ser ignorado por los doctores y enfermeros que se hallaban transitando los pasillos de ese frío hospital.

Cuando lograron estar fuer, Yoongi arrastro a Jimin hasta el taxi más cercano, cuando vieron que estaban dejando atrás el hospital, ambos hombres soltaron el aire que no sabían estaban reteniendo.

Jimin no tenía idea de a donde se dirigían, tampoco pregunto, solamente se dejó llevar por el momento de adrenalina que estaba viviendo, se sentía de vuelta a los días cuando iba al instituto, cuando Taehyung y él se saltaban clases, la diferencia era que ahora era un adulto, un adulto enfermo y con pocas posibilidades, cerrado sus ojos disfruto de aire que entraba por la ventana del taxi, disfrutando del fino silencio de su acompañante.

Estar con Yoongi era en muchas manera un soplo de aire fresco, la tranquilidad en medio del caos, es cierto que apenas lo conocía, pero a su alrededor se podía permitir respirar con tranquilidad, sin sentir que se asfixiaba, no tenía a nadie preguntando cómo se sentía o si tenía alguna nueva molestia, no sabía en qué momento se quedó dormido, los leves toques en su brazos lo despertaron, fue cuando se dio cuenta que el taxi se había detenido frente a una tienda de comestibles.

—Pequeño chismoso, límpiate esas babas, que te ves terrible— la burla en el tono de voz de Yoongi era clara— vamos, hay que bajar.

Rogando que su cuerpo no fallara, bajo del auto, agradecido por poder hacerlo sin necesidad de ayuda, Yoongi sólo lo miraba fijamente, pero no dijo palabra alguna.

— ¿Que se supone que hacemos aquí?— pregunto— ¿Si sabes que no puedo entrar?

— ¿Por qué no podrías?

— ¿Que no ves?— dijo señalándose a sí mismo—  aún llevó este fea ropa de hospital, es ridícula.

—Todo tú eres ridículo y torpe— Dijo con simpleza y toda la naturalidad del mundo.

—Me ofendería, pero supongo que eso es un halago de tu parte— su cara tenía una sonrisa socarrona dirigida al mayor.

—Sueña chismoso, nunca dijo halagos, ni a mi asistente embarazada— observando fijamente a Jimin, lo repaso con la vista y sonrió— pero admito que eres hermoso.

Dicho esto dio la media vuelta y entró a la tienda, Jimin se quedó en su lugar parado, con el rostro más que rojo por el cumplido, apachurraba  sus mejillas y daba leves golpes, solo deseaba esconderse en algún lugar, se encontraba avergonzado por ese extraño alago, no pensando de más las cosas, siguió al pálido a interior de la tienda, no lo vio por ningún lado, hasta que lo encontró parado frente a una nevera.

— ¿Sabes que no podemos tomar alcohol?— Yoongi salto en su lugar, no había escuchado llegar al rubio— ¿Lo sabes?

—Lo sé, pero lo necesito, porque quisiera ahogarme en él y no despertar más— contestó sin emoción alguna.

Esa confesión había tomado desprevenido a Jimin, en las palabras de Yoongi estaba impregnado el dolor de saberte perdido, el dolor de no saber si mañana despertarás, si verás de nuevo a tu familia y amigos, de que tu futuro se pinte de tonos grises, de ver morir tus sueños y no poder hacer nada por detenerlo.


—Yo igual quisiera— Jimin ahora se hallaba parado aún lado del azabache, hombro con hombro, ambos con la mirada perdida en la nevera— no despertar, o pensar que es una broma, desear abrir los ojos y saber que es un día normal, que puedo levantarme e ir al trabajo, que nada ha cambiado, pero no funciona así, tenemos familia, no podemos darnos por vencidos tan fácilmente o ¿Si?.

Cuando se Ponga el Sol  (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora