Tendría que haberse levantado de la cama hace más de una hora, pero la pesadez de su cuerpo se lo impedía, desde su posición sólo podía observar el techo de su habitación, hacía rato que Taehyung se había ido, pero sabía que Seokjin aún estaba en casa y en cualquier momento entraría a traerle su desayuno, prácticamente había dejado de ser un hombre joven de 27 años saludable e independiente y regresado a los días en donde tenía 13 años, cuando Jin se encargaba de que tanto Taehyung como el estén limpios, con alimento suficiente en casa, y con los deberes terminados.
Claro que estaba agradecido con el hombre, pero la impotencia podía más y lo hacía estar molesto y enojado con el mundo, tomando una respiración profunda, se obligó a levantarse, primero fue la pierna izquierda, sentía los músculos agarrotados, luego la pierna derecha, no había diferencia entre una y otra, tomando una respiración profunda se impulso para quedar sentado en la cama, el dolo recorrió su cuerpo entero, era como si miles de agujas hubiesen sido clavadas al mismo tiempo, se mordió los labios hasta el punto de hacerlos sangrar, ese dolor era desgarrador y algo que en su vida jamás había sentido, lagrimas de impotencia, dolor y odio a sí mismo, resbalaban por su rostro, pero estaba decidido a no recibir ayuda, no necesitaba lastima de parte de nadie, tomando una respiración aun más profunda que la anterior, se puso de pie, sintiendo como cuchillas eran clavas en las plantas de sus pies, cada paso era más doloroso que el anterior, pero lo estaba haciendo solo y eso era lo importante.
Un metro, solo eso faltaba, pero no lo logro, antes de poder reaccionar, allí tirado en el piso de su habitación, con un corte profundo en la parte posterior de su cabeza, se dio cuenta que jamás seria el mismo, nunca más en su vida podría valerse por sí mismo, la vida como la conocía se había terminado, lloraba desgarradoramente, ese sonido era el dolor de lo más profundo de su alma, su vida se había pintado de blanco y negro, fue la primera vez que deseo estar muerto.
— ¡Jimin!, ¿Qué te paso?, ¿Porqué estas en el piso?— no escucho en qué momento la puerta de la habitación había sido abierta, pero poco le importaba, Jin seguía hablando, pero él no prestaba atención, simplemente estaba allí, deseando poder desaparecer— ¿Porque hay sangre?, diablos Jimin responde— la preocupación en la voz del hombre era evidente, pero Jimin no quería eso, quería que lo dejaran desangrarse en el piso de la habitación— Jimin, responde, te lo suplico.
Seokjin, intentó levantar a Jimin, nunca se esperó que en ese momento, con la poca fuerza que el rubio tenía, lo empujara.
— ¡Lárgate Seokjin!, quiero estar solo, no te quiero ver, no quiero tu ayuda— Jin estaba estático a un lado del cuerpo de Jimin, no sabía cómo reaccionar— no quiero tu puta lastima.
—Jiminie, solo quiero ayudarte— la voz de Jin temblaba debido al llanto que trataba de salir de ella— por favor déjame ayudarte.
— ¡Déjame solo, vete Seokjin!— pero el nombrado se mantenía en el lugar sin moverse, con la mirada clavada en la manche de sangre, esa mancha que poco a poco se hacía más grande— ¡Que te largues! ¿No entiendes?
—No me voy a ir, así que acostúmbrate a tenerme aquí— aseguró Seokjin con voz firme— aunque no quieras, voy a estar tomando tu mano Jimin, está bien estar enojado, ¿Quieres gritar y llorar?, adelante hazlo, puedo aguantar lo que sea por ti, así tú quieras levantar un muro, yo me voy a encargar de derribarlo, porque te amo, y sí, es verdad, tal vez yo no pueda hacer nada, ni sentir lo que tú sientes, pero puedo sostenerte.
Jimin miró fijamente a los ojos de Jin, podía ver cuánta sinceridad y dolor habían en las palabras del hombre, pero el sentimiento de miseria que tenía instalado en lo más profundo de su ser, no disminuyó, inclusive se hizo más intenso, entonces pataleó y dio golpes al aire, por segunda ocasión Seokjin intentó levantarlo, lográndolo en el segundo intento, pero no pasó mucho para que el joven rubio se derrumbara nuevamente, sujetando la camisa del otro, arrugándola con sus puños, el dolor físico que sentía no era nada comparado al dolor de su alma.
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Cuando se Ponga el Sol (YoonMin)
Hayran KurguEn la puesta del sol, cuando el cielo se tiñe de tonalidades naranjas y se anuncia la inminente oscuridad, los miedos aflorados en el corazón sobresalen a la realidad. El amor y el dolor, juntos en una lucha por sobrevivir a una noche más, porque to...