Capítulo 20

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—La teoría de la relatividad es un asco Yoongi—. Expresó molesto Jimin, arrugando la revista que tenía en sus manos—. Es una total mentira, siento decir que Albert Einstein se equivocó.

—¿Porque demonios estás leyendo eso? —. Pregunto curioso Yoongi.

—Es lo único que había aquí para distraerme—. Dijo encogiéndose de hombros y soltando un bufido—. Pero es una mierda, si se supone que la teoría de la relatividad puede predecir sucesos extraños, a ti y a mí nos falló.

—Insultar a los muertos es pecado, además de que acabas de contradecir a uno de los hombres más inteligentes que han existido—. Yoongi trataba de reprimir su risa, le encantaba ver a Jimin haciendo corajes—. Pero tienes razón, míranos, bien jodidos.

Ambos hombres se miraron seriamente por un momento, para posteriormente romper el silencio de esa fría sala de espera con sus intensas carcajadas.  El personal del hospital solía mirarlos con ternura, la mayoría de ellos se había enterado de la relación de ambos hombres, incluso su doctor estuvo sorprendido, cuando una mañana ambos pasaron por la puerta de su consultorio. No le quedo más que felicitarlos y desearles lo mejor.

Durante el último mes era común verlos a ambos rondando por los pasillos del hospital, ya sea cuando Yoongi acompañaba a Jimin a sus terapias o cuando Jimin esperaba pacientemente a que Yoongi saliese de sus radiaciones.



Para Jimin había sido un tiempo extraño y agridulce, por un lado, se sentía feliz, de tener a Yoongi con él, era algo que no espero que sucediera, pero allí estaba. Pero por el otro, odiaba el ver como día a día la salud de Yoongi se iba deteriorando poco a poco, eran pequeños cambios, que a simple vista no se podían apreciar, aunque el podía darse cuenta. Lamentaba no tener mejores palabras para Jungkook, a quien en varias ocasiones había encontrado llorando debido a la situación de su hermano, pero agradecía que Taehyung se hubiese vuelto un buen amigo del menor.

—¿Estas nervioso? —. Pregunto Jimin.

—En toda mi patética existencia jamás había estado tan aterrado como ahora—. Confesó Yoongi, sosteniendo aún más fuerte la mano de Jimin—. Creo que puedo vomitar.

—Vamos Yoon, estoy aquí contigo, no temas—. Dijo Jimin con un tono de voz calmado—. Aunque yo igual estoy asustado. Pero te prometo que cuando salgas, iremos a comprar un bote de helado, independientemente del resultado. Ya sea bueno o malo, nos lamentamos hoy, pero hasta no buscar la última opción, no nos rendimos.

Yoongi sonrió ante la respuesta de Jimin. Era increíble la paz que lograba sentir al estar junto al menor. Debía admitir que una de las cosas que más admiraba de Jimin, era la manera en que se esforzaba en animar a los demás, cuando incluso el mismo se sentía peor. Claro que Jimin se esforzaba, su nuevo lema era "vivir un día a la vez". Un par de semanas atrás el rubio le había dicho a Yoongi que el doctor Baekhyun lo estaba animando a ponerlo en práctica. Definitivamente los cambios habían resultado significativos, Jimin sonreía más y se mostraba más tranquilo. Pero Yoongi era conocedor de las mil batallas en el interior de Jimin, lo que hacía que su admiración creciera, lo que lo hacía no desistir en su propia lucha.

—No debo tardar—. Pronuncio Yoongi. Levantándose lentamente del asiento donde estaba, para seguir al amable enfermero que lo asistiría durante el estudio que se realizaría. Es verdad que era una sencilla tomografía, algo cero invasivo. Pero también era lo que definiría un nuevo rumbo—. Jungkook dijo que estaría aquí para cuando yo termine, así que no te muevas de aquí y espéralo.

—Claro papá, lo que tú digas—. Contesto Jimin, rodando los ojos y dándole una sonrisa socarrona a Yoongi—. No te preocupes, aquí me quedare.

Cuando se Ponga el Sol  (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora