Cuando se Ponga el Sol (YoonMin)

Capítulo 17

A Jimin la vida le estaba demostrando claramente que no perdonaba a absolutamente nadie, que era una perra y que muchas cosas nunca podrían ser cambiadas, pero recientemente había descubierto que si bien estaba siendo cruel y que mientras pasara el tiempo podría volverse aún más dura, aun había aspectos buenos, cosas que le traerían alegría a pesar de que su vida fuera un desastre.

El último mes, muchas cosas habían cambiado en su vida, empezando con el hecho de que había tenido una larga platica con su familia, una plática que a pesar de lo dolorosa que fue, había puesto en perspectiva sus vidas, en el caso de Jimin acepto que pronto necesitaría más ayuda de lo que imaginaba, mientras Namjoon, Taehyung y Seokjin comprendían que, si bien estaban allí para cuidar de Jimin y ayudarlo, ahora más que nada y sobre todo lo demás, debían ser una fuente de apoyo, el lugar seguro de Jimin, su apoyo incondicional, las personas que lo llevarían de la mano en esta etapa tan difícil, hubo lágrimas, pues cada uno de los presentes en esa platica, expuso sus sentimientos, dejando al aire sus peores temores, esos que por las noches no les dejaban dormir, pero después de uno de los momentos más difíciles de sus vidas, un poco de tranquilidad parecía llegar.

Sus rutinas habían cambiado por completo, Taehyung se mantenía pendiente de Jimin, únicamente ayudándolo cuando este le pedía ayuda, las sonrisas sinceras habían regresado al rostro del rubio, su lazo de amistad y de hermandad incluso pareció hacerse muchísimo más fuerte, retomaron actividades que habían dejado de hacer, incluso agregando algunas nuevas.

Por su parte Seokjin había armado un horario, totalmente calculado para mantenerse cerca de Jimin sin llegar a asfixiarlo, porque a pesar de lo que el pequeño rubio pensara, Seokjin siempre iba a protegerlo, para el, seguiría siendo ese alegre y lindo niño de mejillas rechonchas y hermosa sonrisa, aquel que la vida había puesto en su camino para velar por el, a pesar de que el dinero no le sobraba, redujo horas laborales en su modesto trabajo como diseñador de interiores, con tal de tener más tiempo junto a Jimin, aunque ponía toda su fe en la pronta recuperación del rubio, una parte de su cabeza y de su corazón le decía que aprovechara todo lo que pudiera, pues nada era seguro, sí, todo era más cansado, pero estaba dispuesto a disfrutar de la luz que Jimin emitía.

Para Namjoon el golpe de realidad fue difícil, sobre todo, aceptar que debía dejar a Jimin ser el mismo, que el rubio podía tomar sus propias decisiones, que no debía tratarlo como a un niño incapaz de valerse por sí mismo, simplemente tendría que ser un espectador dispuesto a dar ayuda, únicamente cuanto le fuera solicitada, lo cual era difícil, porque en su naturaleza estaba el instinto de protección hacia sus hermanos menores, lo había hecho por años, por lo que soltar la cuerda resulto muy difícil, sus miedos llegaron, amenazando con llevarse la poca cordura que le sobraba, pero a un lado de él, llevándolo de la mano, se encontraba su amado esposo Seokjin, se apoyaban mutuamente, tratando de llevar su vida lo más normal posible, dándole la serenidad necesaria Jimin.

Jimin había tenido mucho tiempo para meditar en su situación, arreglar las cosas con Taehyung, Namjoon y Seokjin, le había abierto los ojos a diversas situaciones, dándose cuenta de algo importante, él necesitaba ayuda, sus estados de ánimo variaban constantemente, llevándolo en una constante montaña rusa de emociones, esto no era correcto, era difícil aceptarlo, porque para él había sido fácil hacerse de la vista gorda, pero amaba a su familia, este amor que sentía implicaba ver su realidad, aceptar su ayuda, hacerse la idea de su condición, pero sobre todo, empezar a cuidar de el mismo, empezando con su salud emocional, motivo por el cual armándose de valor, decidió hacer uso de la pequeña tarjeta que Yoongi le había entregado con anterioridad. Lo hizo, se había comunicado a la clínica de salud mental, pidiendo una cita con el medico recomendado por Yoongi, tenía miedo, claro, pero confiaba en que sus decisiones y su vida estaban tomando un buen camino.