Capítulo 24

376 81 38
                                    

El nudo que Jimin sentía en la boca del estómago, no se debía únicamente a que apenas faltaban unas cuantas horas para la cirugía de Yoongi. Llevaba un considerable lapso de tiempo con dificultades para procesar sus alimentos, masticar y tragarlos le era difícil, incluso su sistema digestivo se había ralentizado. A pesar de querer esconder la situación, Seokjin fue el primero en descubrirlo. Jimin no se vio sorprendido ante el nuevo pronóstico de parte de su doctor, y a pesar de que una nube gris de tristeza y desanimo insistía en tocar su puerta, trataba de encontrar motivos suficientes para sobrellevar esos duros momentos, buscando en ellos algo, aunque sea mínimamente positivo.

Ocultar los constantes vómitos y molestias se volvió en una tarea casi imposible, Jimin no deseaba traer una preocupación más a Yoongi justo antes de su cirugía y mucho menos después de esta, una recuperación adecuada y tranquila era lo que necesitaría. Por lo que decidido a omitir esta información mientras su amado esposo se recuperaba, optando por reducir la cantidad de alimentos sólidos a ingerir y cambiar estos, por diversos batidos nada agradables a la vista.

—Jimin, le harás un hoyo a la puerta si sigues mirándola de esa manera—. Bromeo Wendy, a su lado Taehyung dormitaba, pero tras las palabras de la mujer abrió sus ojos uniéndose a las risas de esta—. Hobi, prometió avisarnos, así que relájate, para que cuando lo veas en unos momentos, le transmitas toda la seguridad que puedas.

—Estoy tan relajado que no me puedo mover—. Bromeo Jimin. Wendy y Taehyung, se miraron brevemente para después reír. Para ellos aun resultaba extraño la forma en la que Jimin gastaba bromas para relajar la tensión del ambiente—. Y si pudiera hacerlo, hace mucho no estaría aquí.

—En menos de lo que esperas podrás verlo—. Prometió Tae.

Jimin suspiro profundamente, trataba de relajarse, pero realmente era algo casi imposible, era consciente de que Yoongi estaría en buenas manos al entrar a quirófano, pero nadie aseguraba que nada malo sucediera durante la cirugía.

Verse en silla de ruedas lo desanimaba demasiado, era el recordatorio de las muchas cosas que ya no podía realizar solo, y aunque en esos momentos hubiese querido salir corriendo e ir a la habitación donde Yoongi se encontraba preparándose para su cirugía, no había mucho que pudiera hacer. Era plenamente consciente de que muchas veces le era difícil ver más allí de sus propias dificultades, pero mantenerse ocupado con las pequeñas cosas que aun podía realizar y sentir el amor que lo rodeaba, había resultado en un factor crucial para su felicidad.









—¿Nos vemos del otro lado? —. Pregunto con una sonrisa Yoongi, contagiándosela inmediatamente a su lindo esposo.

—Suena un poco raro si lo dices de esa manera—. Y allí estaba, esa pequeña mueca de inconformidad que Jimin ponía cuando algo lo frustraba—. Pero tiene sentido, nos veremos del otro lado.

—No pongas esa cara—. Yoongi estiro una de sus manos para sujetar la barbilla de Jimin, y hacer que este lo mirase a los ojos—. En menos tiempo del que te imaginas, volveré a estar aquí contigo, luego nos reiremos de lo nerviosos que estamos ahora.

—Más te vale Min Yoongi—. Amenazo el rubio—. Si no iré por ti.

Yoongi rio ante las palabras de Jimin. A decir verdad, si estaba preocupado por su operación, pero confiaba en que todo saldría bien, los pronósticos eran buenos, por lo que decidió confiar en ellos y tratar de no pensar tanto en lo que sucedería.

Un año atrás, Yoongi jamás imagino estar ni de cerca en una situación similar a la que ahora vivía. No se imaginó estar casado con un hombre maravilloso como lo era Jimin, tampoco imagino estar luchando contra un extraño tumor que había decidido alojarse en su cabeza y mucho menos se imaginó estar sintiendo tanto miedo como en esos momentos lo hacía. Solía estar absolutamente convencido de vivir su vida tal y como siempre soñó, pero logro darse cuenta de lo equivocado que estaba, los años que pensaba tenía por delante, de repente se vieron reducidos a quizás meses, semanas o días. Pero entre tanta inestabilidad apareció Jimin cambiando su perspectiva. Y ahora tan solo rogaba por salir de ese quirófano con todos sus sentidos intactos, para poder ver una vez más el rostro de Jimin, repetirle lo mucho que lo amaba y cumplir la promesa de sujetar su mano y disfrutar juntos el tiempo que la vida les permitiera.

Cuando se Ponga el Sol  (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora