Epilogo

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Era una hermosa tarde de otoño, el clima era agradable, perfecto para llevar a cabo una boda, el cielo se encontraba despejado y el clima no era ni frío ni caluroso.

La poca gente presente en la ceremonia eran los necesarios, no más que veinte invitados. Namjoon y Seokjin jugaban con el pequeño Soobin, haciendo gala de su recién estrenada paternidad. Al otro lado de la mesa, Hoseok consolaba a una muy llorona Wendy, las hormonas del nuevo embarazo la atacaban con fuerzas ese día en específico, mientras que el pequeño Yeonjun era vigilado por Jungkook.

El corazón de Yoongi se encontraba en paz, hacía ya un tiempo que no lograba encontrarla, en ese momento rodeado de las personas que ahora eran su familia y que amaba, podía decir que había encontrado la felicidad que le prometió a Jimin, es cierto que su partida aún dolía, pero trataba de vivir su vida de la mejor manera, haciendo honra a la promesa que le hizo.

Había ocasiones en donde resentía más su partida, épocas en donde se deprimía, pero su familia estaba junto a él para sacarlo adelante, estando cerca lograba percibir la magia que había dejado Jimin en cada uno de ellos, en Namjoon veía reflejado el carácter, la determinación al momento de proponerse una meta, en Jin veía reflejado el cariño paternal y la facilidad de dar amor a otros, y en Taehyung, él era el más especial ya que en ocasiones juraba ver a Jimin, cuando contaban chistes malos, en esa sonrisa que al solo verla te llena el alma, la manera de expresarse, en la actitud infantil que a veces tomaba, así podría nombrar otras características, pero a pesar de todo, Jimin se había llevado una parte del chico con él, parte que poco a poco, con el apoyo de todos y el amor iba recuperando, tal vez no de la misma manera, pero había mejorado.

—Luces precioso—. Menciono suspirando pesadamente.

—Gracias Yoon—. Sonriendo de medio lado y mirándolo de pies a cabeza continuó—. Tu igual, no luces nada mal, los años pasan y mírate, parece que a ti te evitan.

— ¿Contento de ser un Min? —. Preguntó Yoongi.

—Estoy feliz—. Dijo suspirando—. Pero aun así me hace falta mi otra mitad, siempre lo hará. Aunque me mataría si me viera llorando por su culpa el día de mi boda.

Yoongi no pudo evitar soltar una pequeña carcajada.

—Sería algo que él hubiese hecho.

—Enserio agradezco que estés aquí—. Mirando hacia el cielo trataba de retener las pequeñas lágrimas que querían desbordarse de sus ojos.

—Sé que él me mataría si supiera que no estoy a tu lado en este momento—. Rascando su nuca, mientras pasaba la yema de su dedo índice sobre aquella vieja cicatriz, esbozo una pequeña sonrisa—. Es tu día y le prometí que siempre estaría a tu lado, además Jungkook es como mi hijo, y llevabas demasiado atrasando esta fecha.

—Lo extraño demasiado, ¿Sabes?, cuando éramos pequeños soñamos con este día—. Con una sonrisa melancólica Tae sujeto la mano de Yoongi—. El estaría a mi lado, secando mis lágrimas y seguramente regañándome por haberme comido las uñas, me sujetaría de la mano hacia el altar y mientras yo digo mis votos matrimoniales él estaría llorando, seguramente más que yo, además siempre dijimos que tendríamos un baile, generalmente uno baila con sus padres, pero en nuestro caso al no tenerlos, decidimos que bailaríamos uno con el otro y por supuesto con Nam y Jin.

—Acabas de describir la escena perfectamente, pero no te preocupes, aquí estaré para ocupar su lugar.

—Lo único, que realmente me faltaría aquí además de su presciencia, sería el discurso del padrino—. Una lágrima rebelde se había escapado de sus ojos—. Pero es algo que no voy a obtener.

Cuando se Ponga el Sol  (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora